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Se supone que las precampañas existen porque hay contiendas democráticas internas en los partidos y los aspirantes se dirigen a los militantes. Patrañas.
Es una simulación más del sistema electoral.
Se trata de candidatos únicos, ungidos por dedazo, despilfarrando nuestro dinero en declaraciones, spots y actos ya conocidos.
López Obrador, Meade y Anaya calientan motores (dos, bastante lentos) para el bombardeo propagandístico a partir de marzo, cuando arrancarán de lleno las campañas.
El panorama es poco prometedor.
Ricardo Anaya se vale de niños, ahora sí que, sin ton ni son.
Primero se tomó la foto con su hijo (a quien, oh, hazaña, llevó a la escuela). Luego se subió al tren del carisma del pequeño Yuawi y su “Movimiento Naranja” convertido en “Na, na, na, na…”
Un palomazo tiene gracia. Dos, tres, resulta chocante y contraproducente.
Desperdicia su potencial de opositor. En lugar de debatir y proponer, exhibe el vacío de ideas.
Andrés Manuel festeja sus años en campaña. Ahora, corregida y aumentada. Sabedor de los errores de antaño, rompe con el sectarismo ofreciendo indultos al por mayor. La sorpresa de la semana es el guiño de Roberto Gil al líder de Morena. AMLO le abrió las puertas y Gil apeló a su militancia, pero creando “pisos de entendimiento”. Y donde el tabasqueño se voló la barda es en el derrumbe de su eterno discurso sobre “el innombrable”. A pregunta expresa de si sería capaz de fumar la pipa de la paz con Carlos Salinas, Enrique Peña y otros, El Peje dijo que sí. Que su fuerte no es la venganza.
Por su parte, a José Antonio Meade —quien un día se lanza a calumniar para proteger los intereses de la indefensa Secretaría de Hacienda y otro amenaza a “los gobernados” para luego arrepentirse—, se le ocurrió publicitar una iniciativa de ley para combatir la corrupción.
Ni modo, la bandera anticorrupción no le queda. Por más intentos que haga. No libra el juicio de la historia.
Sin contar a los muchos que están en la mira y son investigados, actualmente hay más de una decena de ex mandatarios ya detenidos y prófugos.
Detenidos: Javier Duarte (PRI Veracruz), Flavino Ríos (PRI, interino en Veracruz luego de Duarte), Roberto Borge (PRI Quintana Roo), Mario Villanueva (PRI Quintana Roo), Tomás Yárrington (PRI Tamaulipas), Eugenio Hernández (PRI Tamaulipas), Andrés Granier (PRI Tabasco), Jesús Reyna (PRI interino en Michoacán, luego de Fausto Vallejo) y Guillermo Padrés (PAN Sonora).
Prófugos: César Duarte (PRI Chihuahua), Jorge Torres (PRI interino de Coahuila, luego de Humberto Moreira).
Se les acusa de delitos graves que involucran estructuras políticas y financieras sofisticadas. Algunas de éstas, y otras pesquisas internacionales, tocan la puerta del Poder Ejecutivo federal del cual el aspirante José Antonio ha sido actor principal.
Ni hablar, aunque el doctor Meade se vista de impoluta seda, “Pepe Mid Prianista” se queda.
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