En un mes ya será presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.
Habremos atravesado por una larga transición con turbulencias que se intensificaron frente a la cancelación del Aeropuerto de Texcoco y los nubarrones rumbo a Santa Lucía.
Este periodo mostró al México confrontado, discriminador, polarizado.
Los argumentos racistas, los mensajes de odio, el discurso clasista marcaron lo que pudieran ser seis largos y desgastantes años.
A los políticos y a ciertos empresarios encumbrados les sobran recursos, públicos y privados, para difundir a través de sus medios, sus empleados (si así lo desean o permiten), sus bots, sus troles y sus seguidores, una eterna lucha propagandística. Llena de lodo, verdades a medias, mentiras, información fabricada, visiones parciales.
Será todo un reto comunicar, comunicarnos.
Expresar libremente nuestra opinión sin dejar de escuchar y considerar posturas contrarias.
Rectificar cuando sea necesario y mantenernos firmes frente a la simulación y los abusos del poder político y económico.
El reto es mayúsculo.
Veamos en dónde estamos hoy.
Y a partir del 1 de diciembre, no dejemos que el nuevo gobierno se convierta en más de lo mismo.
RAZONES Y PASIONES 1: En medio del barullo por el NAIM, sucedió algo nunca antes visto.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, vía el ministro Eduardo Medina Mora, sí “amparó” (dio entrada a una extraña controversia constitucional) a Enrique Peña y sus funcionarios.
Medina Mora —director del Cisen y secretario de Seguridad Pública con Vicente Fox, procurador general de la República con Felipe Calderón y hoy ministro de la Suprema Corte de Justicia (propuesto por Peña Nieto)— frenó las investigaciones de la fiscalía y cualquier acción de los jueces de Chihuahua en contra de su impulsor.
Estas pesquisas que se detonaron en aquella entidad norteña apuntan a provocar un efecto dominó, no solo en ese estado.
Como ustedes saben, involucran al ex gobernador César Duarte y al cercanísimo de Beltrones, Alejandro Gutiérrez, en el desvío de recursos hacia distintas entidades en época electoral.
Es por ello que podrían llegar hasta las más altas esferas priistas. Incluyendo al dirigente de ese momento, Manlio Fabio, al entonces secretario de Hacienda, Videgaray, y por lo visto con la reacción en Los Pinos, a su mismísimo habitante.
Por si las dudas y por lo pronto, metieron en un embrollo a la Corte.
RAZONES Y PASIONES 2: Después de una consulta de opinión disfrazada de ejercicio democrático, bienvenidas las manifestaciones. Pero es poco decoroso (por decirlo de alguna manera) salir a marchar vestidos de negro porque se canceló un aeropuerto, cuando está concluyendo el sexenio más violento de las últimas décadas. Cuando los asesinatos y las desapariciones han enlutado y desgarrado a familias enteras.
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