Presidente, al igual que usted, considero que el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, no quiso ofender cuando sugirió que los abuelitos podrían hacerse cargo de sus nietos. Pero el tema es más complejo y delicado que eso.
La decisión de disminuir el presupuesto de las estancias infantiles y entregar directamente a las mamás o papás 1,600 pesos bimestrales para que paguen A) guarderías o B) a tías y abuelitas que se queden con sus pequeños, parte de una concepción errónea: asumir que se trata de un asunto doméstico.
No es así. El Estado tiene obligaciones al respecto.
Ayer declaró que si alguien no está de acuerdo con esta política puede resolverlo hablando con los progenitores que recibirán el recurso.
Confirmó usted la confusión. Creo que sus intenciones son buenas.
Espero que esta acción no tenga la finalidad de repartir dinero solo para ganar votos.
¿A quién le dan pan que llore? Decía, precisamente, mi “abue”.
Ella hubiera sido muy feliz con el apoyo para los adultos mayores que exitosamente implementó en la Ciudad de México; que otros copiaron; y que ahora retomará, con un aumento, a nivel nacional.
Muy bien. Es una forma de ayudar a quienes nos han brindado su experiencia, sabiduría, trabajo y que con el paso del tiempo se les complica salir adelante y llevar una mejor vida.
Estoy de acuerdo con la política de asistencia directa a este sector. Aunque me parece que no es suficiente.
Es indispensable ampliar áreas de realización para todos.
Me da gusto ver a su gabinete, por ejemplo. Con mujeres y hombres septuagenarios y octagenarios que disfrutan de esas oportunidades, en plenitud.
Con lo que no estoy de acuerdo es que su administración promueva enjaretarles la inmensa responsabilidad del cuidado de menores.
Si bien ello corresponde en primera instancia a los padres y a las madres, una de las condiciones para poder hacerlo es contar con lugares especializados proporcionados por el gobierno.
Estos espacios deben ser de socialización, educación, desarrollo integral. Con personal capacitado, evaluado, vigilado.
Andrés Manuel, si varias estancias no cumplen, investíguenlas. Supervísenlas (cosa que no podrían hacer con los tíos o parientes. Peligroso).
Si hay actos de corrupción o irregularidades, quiten las concesiones. Sancionen a los culpables.
Brinden altos estándares de calidad, como lo marca nuestro marco normativo.
Cumplan con la Ley General de Prestaciones de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil.
Acaten lo resuelto por la Suprema Corte en relación a que estos servicios son parte de la seguridad social. De adultos y niños.
Amplíen esos derechos humanos a favor de la igualdad y no discriminación. No violen las leyes del país, ni los tratados internacionales.
Y por favor, dejen en paz a las abuelitas y abuelitos. Ellos ya cumplieron.
Que amen y disfruten a los hijos de sus hijos cuando quieran, como quieran, y si se les pega la regalada gana.
Y continúen proporcionándoles su pensión. Sin condiciones.
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