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Uno no hace las cosas para ser reconocido, sino por el simple hecho de ser bueno y por pasión, lo demás viene por añadidura, o si no llega, tampoco cambia la premisa.
Al parecer esa no es la forma de pensar y el criterio con el que se toma la decisión de no mandar estrellas de la NHL a los Olímpicos de Invierno en PyeonChang. Me centraré en esta disciplina (hockey) y este evento mundial una vez más por un par de cuestiones que no podemos dejar pasar de largo.
Uno se pregunta; ¿acaso los Olímpicos de invierno, independientemente de donde se realicen, no son el mejor escaparate para un productor invernal? En este caso el hockey y la NHL. El hockey quizás (seguramente, pero intento ser incluyente) no es uno de los deportes con más aficionados y deportistas en México, aunque claro que hay; pero en Estados Unidos es el cuarto deporte que más afición tiene y más ingresos genera.
Al final una liga vive de sus estrellas, pero también del posicionamiento de las mismas y las ventas alrededor de ellos. Ahora bien, un buen papel en los Olímpicos no da más renombre y valor a un jugador que juega en la NHL, ¡entonces porqué no mandarlos! Bueno la verdad sé la respuesta, pero sigo sin poder compartir el criterio de ponderación. En una liga millonaria llena de estrellas internacionales y que nutren esta maquinaria con talento y campañas de marketing alrededor del deporte; sigo sin concebir que las estrellas de Estados Unidos, de la NHL, no estén en los Olímpicos de Invierno, en fin...
En el hockey no solamente vimos un hecho histórico, a Corea del Norte y del Sur unificadas después de 27 años. Con un conflicto bélico escalando día a día dejan de lado sus diferencias. El deporte una vez más ayuda a unir, al menos por unos momentos (parecido a la tregua de Navidad en el futbol entre alemanes e ingleses en 1914) a una familia dividida.
Tras 27 años el deporte ayuda a amalgamar a Corea, que perdió frente a Suiza 8-0 pero alrededor del mundo no se dejó pasar esto de largo, al grado que un miembro del Comité Olímpico Internacional (Angela Ruggiero, cuatro veces campeona del mundo y medalla de oro olímpico) candidatea a este selección para el premio Nobel de la paz.
En otro paralelo, las hermanas Hannah and Marissa Brandt, representan a banderas distintas. Marissa nace en Corea del Sur, pero es adoptada por Greg and Robin Brandt en 1992 y un año después la familia, que tenía problemas para concebir tiene a Hannah, una juega para Estados Unidos y la otra para el país anfitrión.
Es por estas historias que uno no puede ser ajeno al deporte, porque son las que con el paso de los años se convierten en inspiración para guiones de películas, para charlas motivacionales, son un ejemplo y esto solo nos lo da el deporte.