Penicilinos de oficio
los políticos mayores,
por no parecer tan peores.
hicieron gran sacrificio.
Como de poeta y loco
todos tenemos un poco,
¡escribieron calaveras!
que sí espantan de a de veras.
Y, al leerlas de un tirón,
con una que otra excepción,
concluimos que tales “obras”
son de la poesía…las sobras.
Pero, sin romper más platos,
una recomendación les hago:
“Zapatero, a tus zapatos”.