En el partido del presidente electo López Obrador están realizando consultas legales y a sus estatutos para definir qué hacer con el coordinador de los senadores, Ricardo Monreal.

Fuentes de primer nivel me aseguran que el controversial Monreal sí se fue por la libre. Que no está jugando al “policía bueno-policía malo” en una “pelea” arreglada con López Obrador en el asunto de las comisiones bancarias para asustar a los empresarios, sino que la iniciativa de ley para cancelar varias de ellas fue una ocurrencia que no consultó con nadie. Ni siquiera apareció en la agenda legislativa que presentaron los de Morena. Tampoco fue tema en ninguno de los tres encuentros que han tenido los legisladores morenistas con el presidente electo López Obrador. Y el asunto tuvo consecuencias:

La primera fue económica. Se desplomó la bolsa y se disparó el dólar, pero lo peor fue que los mercados e inversionistas no creyeron al futuro secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, ni al futuro presidente, Andrés Manuel López Obrador, cuando salieron de emergencia a tratar de contener la debacle con el discurso de que no iba a suceder. La contuvieron, pero sólo poquito: el golpe central ya estaba dado.

La segunda fue la reacción de Monreal ante el evidente jalón de orejas que le dieron López Obrador, Urzúa y hasta la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky. Lejos de recapacitar, se declaró en pie de guerra e incluso varios de los integrantes de la bancada de Morena en el Senado contaron que Monreal les dijo que Urzúa y Yeidckol andaban defendiendo a los ricos porque eran gente de dinero, y cosas así.

El tema de qué hacer con Monreal se ha vuelto una de las prioridades en el partido. El problema es que los estatutos de Morena no son claros sobre los coordinadores de las bancadas legislativas.

Según me informan estas fuentes bien enteradas, ya se realizaron consultas al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para definir una vía legal que pueda ser utilizada para remover a Monreal, aunque esta decisión no se ha tomado. La definición que recibieron del TEPJF es que las bancadas son brazos de los partidos, lo cual dejaría en una posición de debilidad cualquier intento de rebelión legislativa, si es que lo hay.

Otra de las cosas de las que pueden echar mano es que consideran que la elección de Monreal como coordinador fue amañada, y hacen una diferencia: mientras Mario Delgado arrasó en una elección interna de su bancada en la Cámara de Diputados, Monreal habría presionado a los senadores morenistas para que firmaran ante notario su compromiso con él.

Esto, aclaro, es lo que está sucediendo dentro de Morena frente a los desplantes del coordinador de sus senadores. Falta ver qué es lo que está haciendo Ricardo Monreal para defenderse y atrincherarse, y saber qué tan popular es realmente al interior de su bancada frente a un posible ajuste instruido desde el partido.

Porque una cosa es el duelo entre el partido y la bancada, y otra si interviene directamente el presidente electo.



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