Fue un éxito la primera colocación de bonos del gobierno del presidente López Obrador. Ofreció 2 mil millones de dólares y los inversionistas querían el cuádruple. Este apetito contrasta con las enormes preocupaciones que se desataron cuando anunció la cancelación del aeropuerto, la revisión de las comisiones bancarias o más aún tras la gira a Nueva York para promocionar a Pemex. Asómese a ver el dólar: anda en 19 pesos para grandes operaciones.
¿De pronto los mercados se volvieron fans del presidente AMLO? No, pero así como castigan las decisiones que consideran equivocadas, aplauden las que les parecen sensatas. Por lo del aeropuerto el dólar subió un peso. Por las comisiones bancarias, subió otro. Esos ya quedaron. Sin embargo, el nuevo gobierno también ha mandado dos señales que han generado confianza: el irrestricto aval a la renegociación del TLC y la entrega de un paquete económico que mostró disciplina (las variables estimadas van en línea con lo que piensan los analistas y el Banco de México, los programas de bajar impuestos —como el de la frontera— están detallados desde el conservadurismo fiscal, el gasto bien financiado a ojos de los especialistas). Esos factores internos son relevantes y aportan en la dirección correcta. Quizá tendríamos un dólar a 17 sin los tropiezos del aeropuerto y las comisiones. Aunque está claro que el grueso de la caída del tipo de cambio se debe a la debilidad del dólar por el apagón del gobierno de Trump y el pleito comercial con China.
Si fuera un partido de futbol, López Obrador iría 2-2. Pero los dos goles a favor (como los que se marcan de visitante en algunos torneos) valen más: el respaldo al TLC y la disciplina fiscal han pesado más para los analistas porque detectan en ello un comportamiento estructural alentador, por encima del exabrupto del aeropuerto (por el que están pagando las consecuencias financieras) y el berrinche de las comisiones bancarias que se diluyó.
El desempate se llama Pemex. La portería del presidente AMLO está bajo fuego. La gira de sus financieros por Nueva York fue un fracaso (como lo expuse en estas Historias de Reportero el lunes) y por si faltara un golpe, el banco Barclays emitió un reporte sobre Pemex: 33 páginas donde hace pomada la gestión financiera del equipo lopezobradorista. Lo tituló: Pemex: el crudo despertar; iniciando por debajo de su peso. Pronostica que le van a bajar la calificación. ¿Por qué es tan importante Barclays? Porque fue el anfitrión de la gira de la “Cuarta Transformación” para generar confianza en Pemex. Y en un hecho casi inédito en el mundo financiero, le fue tan mal a Pemex que hasta los organizadores tuvieron que deslindarse públicamente.
Una baja en la calificación de Pemex, se ha dicho a saciar, podría ser la antesala de que México perdiera el “grado de inversión”. Eso sería fatal para las apuestas de crecimiento del presidente AMLO.
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