La elección de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea como ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación representa una muestra más del poder e influencia del presidente Andrés Manuel López Obrador , pero a la vez constituye una señal a la que el primer mandatario deberá responder con inteligencia.
El ministro Zaldívar era el favorito del presidente AMLO para ocupar ese cargo. Uno de sus principales operadores políticos, el consejero Jurídico Julio Scherer Ibarra, operó a favor de él, y en ocasiones durante el proceso parecía que lo hacía en contra de los impulsos de la ex ministra Olga Sánchez Cordero, secretaría de Gobernación.
Sin embargo, no debemos necesariamente esperar que el nuevo ministro presidente Zaldívar sencillamente se dedique a seguir las órdenes de su vecino de Palacio Nacional. Tiene un nombre propio y una trayectoria profesional que defender. Basta revisar su historial de proyectos ante el pleno de la SCJN para descubrir que si el entonces presidente Felipe Calderón imaginó que sería un ministro sumiso cuando lo propuso, lo que se encontró fue casi un duro opositor.
El ministro presidente Zaldívar, en tanto cara representativa del Poder Judicial, está obligado a mostrar autonomía e independencia frente a un presidente AMLO que ataca con soltura y no valora ni respeta mucho los contrapesos, que no se cansa de repetir que el Ejecutivo no es el poder de los poderes, pero manda, pesa y actúa como si lo fuera.
Al mismo tiempo, la elección de Zaldívar es una señal del pleno de la Suprema Corte al presidente AMLO, que debe responder: no eligieron a alguien que fuera un dique para su naciente sexenio, sino alguien con quien se siente cómodo; ahora toca al presidente responder al gesto respetando la autonomía de la SCJN . Se lee fácil. Con el temperamento del presidente López Obrador y su larga agenda de agravios con el máximo tribunal del país, no es poca cosa.
Al ministro presidente toca empatar al Poder Judicial con los reclamos de no corrupción y sí austeridad que si bien enarbola el presidente AMLO, son de la sociedad entera. Al presidente AMLO toca no usar esos temas frívolamente como para en el fondo buscar someter a quien no esté de acuerdo con él.
Ya nos lo dirán los tiempos por venir.
Mientras tanto, podemos contabilizar otra elección histórica, pues el ministro Zaldívar es el primero en presidir la Suprema Corte siendo un “externo“, es decir, no emanado de las filas del Poder Judicial.