En prácticamente todas las encuestas recientes, Ricardo Anaya aparece en segundo lugar, bastante debajo de López Obrador, pero con cómoda ventaja sobre José Antonio Meade.
Como lógica estrategia de promoción, la campaña del Frente empezó a divulgar que estaba definida “la final” de la elección: AMLO contra Anaya.
Sin embargo, ese segundo lugar de Anaya luce falso por las siguientes razones:
1.— Los puntos que aumentó Ricardo Anaya en la última ronda de encuestas son los que Margarita Zavala bajó.
2.— Margarita los perdió porque no hizo precampaña. De hecho, todos los independientes lucen mal en las encuestas más recientes porque mientras sus rivales de los partidos estuvieron abiertamente promoviéndose, ellos no tuvieron spots ni mítines, sino que se dedicaron a buscar las firmas que el INE les exige para estar en la boleta.
3.— Es esperable que ahora que Margarita Zavala regrese a la campaña, tenga algunos spots y concentre sus esfuerzos en promoverse, puede recuperar esos puntos que le aparecen a Anaya… y quitárselos.
4.— Más aún si Ricardo Anaya sigue dando muestras de incapacidad para sumar. Apenas este fin de semana, el gobernador de Chihuahua, el panista Javier Corral, criticó pública y severamente a Anaya y su grupo por la manera en como repartieron las candidaturas plurinominales.
5.— El PAN tiene una docena de gobernadores en el país. No parece que Anaya los tenga de su lado. Consistentemente son dos, tres, máximo cuatro los que aparecen apoyándolo decididamente. Los que van a todas. Lo más que ha logrado Anaya fue ayer: juntar a ocho para la foto de su unción. Los gobernadores son operadores electorales por excelencia que le pueden sumar puntos porcentuales estratégicos.
6.— Se sabe que muchos gobernadores panistas y perredistas tienen afinidad y cercanía con José Antonio Meade. No se puede decir que juegan para él. Más bien parece que están guardando sus fichas, “pagando por ver”, como se dice entre apostadores. ¿Está seguro Anaya de que si Meade queda fuera del camino esos gobernadores se le van a sumar, o se entenderán mejor con López Obrador?
7.— No se diga los gobernadores del PRI. Se detectan constantes señales de que si Meade no prende, se sienten más cómodos negociando con AMLO que con Anaya. Si “la final” es entre AMLO y Anaya, y los gobernadores cargan a favor del tabasqueño, su ventaja será aplastante.
Anaya necesita dar un viraje en esta política de rompimiento y exclusión si quiere crecer.
Puede darle consuelo que la campaña de Meade parece aún más pasmada que la suya. Y ya el PRI proclamó una vez que “la final” estaba definida entre su candidato y el de Morena.
SACIAMORBOS. Vaya papel el de Gustavo Madero. Cuando Ricardo Anaya le arrebató el control del PAN, Madero se encargó de hacerle la fama de traidor. Sin embargo, hace apenas unos días, apareció Madero como escenografía, ovacionando las conferencias de Anaya. No duró mucho: este fin de semana, volvió al discurso del Anaya-traidor.
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