Los mercados ya están reaccionando a la percepción de que el gobierno electo está a favor del aeropuerto en Santa Lucía y que la consulta será una simulación para tumbar la opción de que continúe la construcción en Texcoco.
Miércoles y jueves nuestra moneda perdió terreno frente al dólar como si México fuera Argentina (y ya sabemos la crisis económica que traen los argentinos). El peso mexicano cayó 2.13% y el peso argentino 2.23%. En cambio, monedas de países emergentes tuvieron un comportamiento muy diferente: la lira turca ganó casi 6%, el real brasileño y la rupia india quedaron “tablas”, el peso chileno bajó 1% y el rublo ruso 0.75%.
Consulté para esta columna a especialistas e inversionistas y coinciden en que esto se debe a que el presidente electo Andrés Manuel López Obrador y su equipo han enviado señales que no gustan a los mercados:
1.—Organizaron una consulta sin ninguna seriedad metodológica, sin ningún candado para evitar que sea vulnerable al acarreo y otras formas de manipulación. Además, cuando originalmente habían prometido ponderar la consulta y una encuesta (que es un método más representativo de la voluntad popular, y que marcaría ventaja para Texcoco), ya dejaron claro que lo que mandará será la pura consulta.
2.—Eso no sería un problema para los mercados si el mandatario electo y su futuro gabinete hubieran mandado señales de que su apuesta es seguir con Texcoco, o al menos cierta imparcialidad. Pero por el contrario, se les ve muy sesgados a favor de Santa Lucía.
Está claro que por las inversiones que ya se hicieron y por lo que implica para un país respetar sus compromisos financieros (sin importar el partido en el gobierno), lo que esperan los grandes capitales es que se mantenga Texcoco. Si gana Santa Lucía lo interpretarán como que es más riesgoso invertir en México.
¿Es un asunto de ricos? No. Se traduce sencillamente en que sube el dólar y eso hace que muchas cosas sean más caras. También en que aumentan las tasas de interés y eso pega a los ciudadanos en cualquier crédito que tengan para un coche, un electrodoméstico, una casa… ya sin contar el efecto negativo hacia el gobierno del propio López Obrador cuando quiera colocar deuda (aunque sea para pagar la que heredó, refinanciando) a través de Pemex o de Hacienda.
El asunto no es ideológico. Así funcionan los mercados y punto. Otro día se puede discutir si es justo o no. El propio Jesús Ramírez Cuevas, vocero del presidente electo, anticipó el miércoles que inclinarse por Santa Lucía acarrearía una “campaña de los mercados financieros” contra México, y que eso lo tendrían que evaluar también los participantes en el ejercicio.
SACIAMORBOS. La decisión sobre dónde se construirá el aeropuerto marcará la relación que tendrá el próximo presidente de México con la economía global. Por lo pronto hay turbulencia en el vuelo. Sabremos si fue aterrizaje suave, forzoso o terminará en choque. Porque estos aviones tampoco se repelen solitos.
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