Para pagar su deuda, Pemex tendría que dedicar íntegros los ingresos de tres años, claro, sin dedicar un peso a la inversión ni al gasto. Es un hipotético imposible, pero sirve para retratar el reto heredado por la administración Peña Nieto al gobierno de López Obrador: Pemex es la empresa petrolera más endeudada del mundo, pues debe 110 mil millones de dólares.
El pasado 13 de mayo, Pemex refinanció un pedacito de su deuda. Pero es tan importante para la 4T demostrar que no se odia con los mercados financieros, que lo que en gobiernos anteriores se hubiera difundido en un rutinario boletín de prensa, fue ahora revelado como anuncio estelar de la conferencia mañanera en Palacio Nacional con discursos del presidente López Obrador, tres secretarios de Estado, el director de la paraestatal y los directores de las instituciones financieras.
Pemex refinanció el 2.3% del monto total de la deuda. Chiquito, pero manda una buena señal que no debe desdeñarse. Apunta en el sentido correcto de lo que financieramente debe hacerse con Pemex. Con este refinanciamiento, y dadas las condiciones actuales de tasas y montos, si antes se pagaban alrededor de 125 millones de dólares de intereses anuales por ese pedacito de deuda, ahora se pagarán alrededor de 121. Un esquema de refinanciamiento, por cierto, totalmente neoliberal.
Este ahorro de 4 millones de dólares anuales, para el tamaño del problema de deuda que tiene Pemex, también hay que decirlo, casi no pinta. Pero es una buena señal y los mercados reaccionaron bien: según lo reportado por la agencia especializada Bloomberg, la tasa de interés que pagan los bonos de Pemex con vencimiento en 2027 disminuyó de 6.61 a 6.53% luego del anuncio en la mañanera. En el límite, si se mejoró en esos 8 puntos base el costo de la deuda promedio, implica que se ahorraron como 80 millones de dólares anuales. No está mal, pero es poco aún.
Son tan escasas las buenas noticias económicas al arranque del sexenio, que hay que aquilatarlas.
Sin embargo, este anuncio para Pemex choca frontalmente con lo que al mismo tiempo sucedió en la otra gran paraestatal: la CFE. En una franca contradicción, mientras en Pemex se preocupan por no incrementar la deuda pública, en la CFE anuncian que van a revivir esquemas de financiamiento del pasado priista que abonaban al abultamiento de la deuda. ¿En qué quedamos, entonces?
SACIAMORBOS
1.-Fiel a la línea dictada desde la mañanera en Palacio Nacional, el secretario de Gobierno de Veracruz, el morenista Eric Cisneros, lo ha dejado claro para los periodistas: están con su jefe, el gobernador Cuitláhuac García, o… ¡están con el crimen organizado! O sea, que el que critica al gobernador puede ser considerado criminal. Vaya, vaya. Su brutal irresponsabilidad destaca en un estado tan violento y con tantas muertes de periodistas en la impunidad. Luego dijo que se le sacó de contexto. Ajá.
2.-El presidente presume como logro el nivel del peso frente al dólar, pero no dice que en realidad se debe a que el dólar está débil frente a todas las monedas del mundo y a que México paga una tasa de interés altísima por invertir en pesos aunque sea unos días. No acierta en explicar por qué el PIB mexicano decrece (números rojos) cuando uno de su principales motores, la economía estadounidense, está registrando tasas de crecimiento récord.
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