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Estimados candidatos:
¡Felicidades!
Terminaron los debates.
No más ensayos, no más mentadas entre ustedes, no más acusaciones, no más promesas imposibles de realizar y, sobre todo…
¡No más aburrición por parte del auditorio!
Déjenme iniciar esta carta con el número de espectadores que vieron por televisión los tres debates:
El primer debate lo vieron once millones.
En el segundo doce y medio millones.
Y en el tercero bajó el rating a diez y medio millones.
Con esta medición inició la primera hora de cada debate.
Lo que el INE nunca les platicó, fue que el rating de la segunda hora de su debate había bajado a la mitad.
Y para la última media hora, solamente el 20% por ciento del auditorio terminó de verlos.
Yo creo que no es culpa suya.
Más bien, creo que la culpa la tiene el INE, por el tipo de formato que hizo para cada debate.
Formatos muy rígidos y formales.
Formatos que inevitablemente hacían de los debates unos programas muy aburridos.
Me queda claro que los consejeros hicieron un gran esfuerzo para “modernizar” estos formatos, sin embargo, les volvió a fallar.
Fueron muy estrictos con el manejo de las cámaras y muy poco creativos.
Como comentario final, les recomiendo pensar en formatos más dinámicos y sobre todo… ¡entretenidos!
Pasemos a los conductores:
En general estuvieron muy bien.
Sin embargo, siento que un par de conductores decidieron ser fiscales en lugar de conductores.
El cuestionamiento grosero a los candidatos fue muy notorio.
También creo que dos conductores son el número ideal para este tipo de debates.
Dos conductores le dan más dinámica a los debates.
Ahora hablemos de ustedes los candidatos.
Sin duda, el candidato más simpático fue El Bronco. Sus ocurrencias muy chistosas. Y sus propuestas, la mayoría, fueron de risa. De verdad que El Bronco tiene talento para entretener. Para gobernar… no lo sé. No vivo en Nuevo León.
Para mí, el candidato más aburrido fue Andrés. Su estrategia de “amor y paz” para conservar su ventaja le funcionó a la perfección. No arriesgó nunca y no nos enteramos del cómo iba llevar a cabo sus propuestas. Su palabra favorita fue la corrupción. Creo que la repitió quinientas veces.
Pero al final de la historia le funcionó.
El candidato de menos a más fue Meade. En el tercer debate estuvo muy seguro y confiado. Creo que mejoró muchísimo. Sin embargo… dará sorpresas.
Y el que fue de más a menos en cada debate fue Ricardo. Para el tercer encuentro, Ricardo llegó muy enojado y se fue igual. En ninguno de los tres debates conectó emocionalmente con el auditorio y en este último, lo vi muy confuso. Puedo asegurarles que éste fue el peor de sus tres.
En fin, mis queridos candidatos, faltan quince días para que esto se acabe.
Ahora, vienen los cierres de campaña y su último empujón.
¡Suerte para los cuatro!
eluniversal@alazraki.com.mx