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Jorge Carpizo escribió, en 1978, un estudio integral del presidencialismo mexicano. En él explicó la desproporción existente entre las facultades del Poder Ejecutivo y aquellas que recaen en el Legislativo y en el Judicial.
Para Carpizo, el establecimiento de un sistema basado en un partido predominante contribuyó a que, tanto en la práctica como en el ideario democrático nacional, la figura presidencial parezca investida de atribuciones dignas de un autócrata y capaz de resolver por sí misma la totalidad de las problemáticas que aquejan a la sociedad en su conjunto.
El hecho de que al día de hoy todavía se concentren en el Ejecutivo facultades como las de vetar las leyes propuestas por el Legislativo, ser el único que puede designar a la mayoría de los miembros del gabinete y proponer a los de otras instituciones —tales como la Suprema Corte y la CNDH—, tener la potestad de sugerir el presupuesto federal y la de reglamentar la legislación, hace que la población centre su interés en la elección presidencial y muchas veces pierda de vista los más de 3 mil cargos públicos que estarán sujetos a votación el 1 de julio.
Considerando la preeminencia que han tenido los jefes del Ejecutivo en nuestra forma de gobierno, y teniendo como fuente el trabajo de Alejandro Rosas y José Manuel Villalpando Los presidentes de México, ofreceré algunos datos peculiares que circundan la historia de la Presidencia de la República.
Hasta la fecha, nuestro país ha tenido 64 presidentes. Los de mayor edad al entrar en funciones fueron José Ignacio Pavón, con 69 años, y Porfirio Díaz, con 80 al enfrentar su último mandato. El más joven en ocuparlo fue Miguel Miramón, que tenía 27 años, mientras que Francisco I. Madero lo hizo a los 38, siendo el de menor edad en lograrlo por la vía de las urnas. La media a la toma de posesión es de 47 años.
Miguel Barragán, Benito Juárez y Venustiano Carranza murieron en ejercicio del poder. Ahora bien, la entidad que ha dado más presidentes es la hoy nombrada Ciudad de México, con 13; en cambio, Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Morelos, Nayarit, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas no han tenido ninguno.
En cuanto a su procedencia partidista, la lista es la que sigue: Partido Liberal: 18, Partido Conservador: 16, Partido Revolucionario Institucional: 14, Partido Laborista Mexicano: tres, Partido Constitucional Progresista: dos, Partido Liberal Constitucionalista: dos, Partido Acción Nacional: dos, y siete más lo han sido sin tener una filiación definida.
La profesión predominante ha sido la actividad militar con 31 representaciones, le sigue la abogacía con 21, la carrera empresarial con seis, la economía y las ciencias médicas con dos, respectivamente, y la ingeniería y la contabilidad con una cada cual.
Quien más ha durado en el cargo fue Porfirio Díaz, detentándolo durante 26 años, cinco meses, 25 días continuos, y por 30 años, tres meses y 20 días en total. En sus antípodas se ubica el desafortunado caso de Pedro Lascuráin, quien apenas acumuló 45 minutos.
Antonio López de Santa Anna encabeza la lista de quienes gobernaron en más de un periodo (11), le siguen Porfirio Díaz (9), Valentín Gómez Farías (cinco), Benito Juárez (cuatro), Anastasio Bustamante (tres), Nicolás Bravo (tres), José Joaquín de Herrera (tres), Pedro María Anaya (dos), Manuel de la Peña y Peña (dos), Valentín Canalizo (dos), Miguel Miramón (dos) y José Mariano Salas (dos). De todos ellos, sólo Santa Anna, Juárez y Díaz fueron reelectos mediante procesos formales.
Aunque la creciente demanda de legalidad ha puesto cierta contención al presidencialismo mexicano, es necesario seguir reforzando el apego a la Carta Magna como garantía de libertad y de seguridad para todos los que integramos el vasto, complejo y contradictorio panorama político nacional.