Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se decidió promover la creación de 24 gasoductos por parte de empresas privadas para que proveyeran a la CFE de gas natural para generar energía eléctrica por dos razones.

La primera es que el único proveedor de gas natural para la CFE hasta ese momento era Pemex, pero ante problemas de la empresa y la caída en la extracción de crudo, la producción de gas natural también presentó una caída sostenida desde 2009, lo que comenzó a generar desabasto para la CFE.

La segunda es que la CFE no tenía el capital suficiente para construir los gasoductos, pero sabía que mediante inversión privada la generación de energía no solamente se garantizaría, además sería más barata que las dos alternativas: utilizar combustóleo, que sale cuatro veces más caro para la CFE, o diésel, que sale seis veces más caro.

De esos 24 gasoductos, 17 ya están operando, proveyendo de gas natural a la CFE, en un esquema que es el que ha seguido no solo México, sino gran parte del mundo, para bajar los precios de la electricidad y, en los casos más exitosos, como en Francia y la empresa Engie, utilizar energías renovables.

A la fecha entonces quedan 7 gasoductos por comenzar operaciones. Tres de ellos están cerca de concluir sus obras. El primero es el gasoducto La Laguna-Aguascalientes cuya licitación ganó la empresa Fermaca en 2016 y tendría que haber comenzado a operar en enero del 2018. Trae sin duda un retraso que, por alguna razón no le interesó mencionar al presidente López Obrador en la mañanera del lunes pasado. De las 4 empresas que tienen los contratos por estos 7 gasoductos, a Fermaca no se le mencionó. Solamente a Grupo Carso, IEnova y Transcanada.

En situación similar están el gasoducto Samalayuca-Sásabe, de Grupo Carso, y el gasoducto Marino, de IEnova y Transcanada. Este último transportará gas natural del sur de Texas a Tuxpan. Se está construyendo en el mar, de ahí su nombre, para evitar los sabotajes que han sufrido los otros cuatro gasoductos que todavía no pueden surtir de gas natural a la CFE, pero que aun así están recibiendo los pagos acordados bajo contrato. La condición contractual es que, una vez inicien operaciones y concluido el contrato establecido, las empresas involucradas sigan proveyendo del gas natural a la CFE que ya les pagó mientras el ducto no pudo operar.

Es decir, el dineral que dijo el presidente López Obrador que la CFE le está pagando a IEnova y Transcanada, lo paga porque el Estado es responsable de liberar los gasoductos de quienes los sabotean o se amparan por conflictos en las zonas por las que atraviesan. No es, por lo tanto, dinero tirado a la basura. Será recompensado a la CFE una vez que concluya el plazo de los contratos con los privados.

En el colmo de los colmos, y algo que omitió mencionar tanto el presidente como Manuel Bartlett, dos de los gasoductos —el Tuxpan-Tula y Tula-Villa de Reyes— están siendo saboteados por el diputado Julio César Ángeles Mendoza. Este legislador que ha estado en prisión en dos ocasiones, ex alcalde de Atotonilco de Tula, es además secretario de la Comisión de Energía en San Lázaro y pertenece a…¡Morena! Gajes de la 4T.

Apostilla: Cuando Donald Trump asumió la presidencia en Estados Unidos bastaba uno de sus tuitazos para tumbar el valor de las acciones de las empresas mencionadas. Ahora en México, Andrés Manuel López Obrador mueve el valor de las empresas con sólo hacer una referencia a ellas. Fue el caso de IEnova tras la mañanera del lunes. Como el comentario fue negativo, los títulos cayeron 4.72% el lunes y 2.19% el martes. Ese poder de conocer de antemano que se va a mencionar a una empresa y su valor va a variar puede generarle jugosas ganancias a quienes tienen acceso a la información de lo que se dirá en la mañanera. Eso es además de inmoral, como le gusta señalar al presidente, es también ilegal.

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@AnaPOrdorica

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