Pocas cosas me esperanzan más que ver cómo en medio de un entorno complicadísimo de país, como en el que vivimos y reportamos todos los días, hay quienes le apuestan con energía y rumbo a construir un mejor entorno para todos. No solo eso, sino también lo hacen en un contexto en el que ciertos temas son vistos como “marginales” o prescindibles. El tema de la solidaridad femenina es uno de ellos. Hay quienes no entienden por qué es crucial que las mujeres nos vinculemos, nos entendamos y nos apoyemos en contextos adversos. La solidaridad y las estrategias particulares que grupos de mujeres vayan construyendo en sus ámbitos, es uno de los fundamentos para llegar a una inclusión equitativa de las mujeres en México.
Ejemplos hay muchos, pero creo que vale la pena poner nuestra atención en dos situaciones que sucedieron hace solo unos días. La primera: el caso de la reportera deportiva de la cadena Fox Sports, María Fernanda Mora , que estaba cubriendo el triunfo de las Chivas del Guadalajara en la Conca Champions con un reporte en vivo “de color” —eufemismo para decir: ve a cubrir el relajo de los festejos— cuando un aficionado la manoseó mientras ella daba su reporte al aire. La reacción de apoyo a María Fernanda por parte de muchas mujeres periodistas —deportivas y no— ha sido abrumadora. Más de 120 mujeres firmamos en apoyo a María Fernanda, y muchas más se han ido sumando en días posteriores.
Para que algo así no vuelva a suceder, hay que encarecer este tipo de actitudes. El culpable debe ser castigado. Si María Fernanda —por la razón que sea— no quiere denunciar formalmente, el Club Chivas debiera, por lo menos, vetar al agresor de su estadio. Una sanción de ese tipo daría el mensaje correcto, además que serviría de disuasión para cualquier otra persona que agreda a una mujer que simplemente hace su trabajo. Será importante también que los medios de comunicación no dejen de enviar mujeres a coberturas que consideren “riesgosas”. Nuevamente: la mujer no tiene por qué pagar el costo de las agresiones en su contra.
Festejo también la creación de conectadas.mx , una red de mujeres líderes en el campo de las telecomunicaciones, radiodifusión y TICs que busca visibilizar y romper los techos de cristal que aún existen —tanto en el sector público como en el privado— para muchas mujeres brillantes y talentosas del país. La premisa es muy sencilla: no sólo necesitamos que haya más mujeres en posiciones de decisión en este sector como parte de una aspiración básica de equidad de género, sino también porque es indispensable que las mujeres tengan más incidencia en la toma de decisiones empresariales, en la creación o selección de contenidos y en el desarrollo de políticas públicas. Y para los que todavía crean que es una exageración o que quién necesita de una iniciativa formal, va un dato: en América Latina , sólo el uno por cierto de las empresas tiene como directora ejecutiva a una mujer. Aún más: de acuerdo con cifras de la consultora McKinsey, si las mujeres mexicanas tuviéramos una participación más igualitaria que los hombres en la economía, el potencial impacto sería de aproximadamente 40% del Producto Interno Bruto.
Así que sí: celebro que mujeres apuesten por mujeres. Bien por esa solidaridad e inteligencia colectiva.
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