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En la semana de instalación de la nueva legislatura, de los primeros agarrones en las cámaras, de las confrontaciones al interior de los grupos parlamentarios, del anuncio del acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos y el desacuerdo de Trump con Canadá, de la muerte de John McCain y la no invitación al presidente 45 para asistir a su funeral donde observamos a John W. Bush ofrecer clandestinamente unos caramelos a Michelle Obama, de las extrañas maniobras de la PGR que podrían culminar en la próxima liberación de Alejandro Gutiérrez en Chihuahua, acusado de desviar millones del pesos al PRI, y el silencio complice de la próxima administración al respecto, habrá quien encuentre extraño que, habiendo tanto para derramar tinta el tema de hoy sea la poca (tinta) que se usó en tres tatuajes.
Y es que cuando indigna más un tatuaje que cualquiera de los temas anteriores o peor aun que un linchamiento, algo malo ha de estar ocurriendo en el mundo de los medios sociales.Hagamos un análisis comparativo de dos temas el linchamiento de dos campesinos acusados falsamente de intentar robar a menores de edad, y la presencia de un tatuador de fama internacional en Los Pinos ..
Fue el municipio de #Acatlán , #Puebla donde se protagonizó una de las escenas más dolorosas que hayamos presenciado en los últimos meses. Un grupo de personas decidió linchar y quemar vivos a dos supuestos secuestradores de infantes . La nota tomó gran relevancia en redes, al ser los propios habitantes que presenciaron los hechos, los que transmitían a través de las diversas redes sociales. Hace poco menos de un año ya habíamos vivido una escena similar en Tabasco, donde inclusive algunos de los asistentes coreaban a cierto partido político, salvo dos o tres explicaciones y escurrimientos de culpa por parte de los responsables de impartición de justicia en Tabasco, no sucedió nada.
Respecto al caso del linchamiento en Puebla tanto en Facebook como en Twitter las publicaciones tuvieron un mayor impacto, probablemente a que los posts venían acompañados de contenido multimedia, en donde se observaba de manera explícita como las dos víctimas eran quemadas vivas, y cómo agonizaban frente a un panóptico virtual. En total se registraron 6.5 millones de publicaciones respecto al tema y mas de 36.2 millones de cuentas fueron alcanzadas por el mismo.
De acuerdo con una muestra extraída de los medios sociales digitales, apenas el 31.1% condenó los hechos y cuestionó la actitud de los linchadores, mientras que el 29.5% lamentó la situación y pidió que las autoridades hicieran justicia, el 14.5% consideró que era lamentable la poca sensibilidad de quienes transmitieron en vivo el linchamiento, el 12.4% dijo que no hay justificación para actuar de esta manera, pero un 7%dijo que los linchados eran parte de un cártel y hasta un 5.2% apoyó el homicidio.
En contraste, y en un tema que podría y debería ser trivial, tras la publicación de una foto en Instagram en la que se veía a Paulina Peña @paupepepe y a Sofía Castro @sofia_96castro junto con el tatuador de las celebridades Jon Boy @jonboytatto , comenzó una polémica en las redes sociales, que tuvo un alcance de 64.9 millones de cuentas y un impacto de 8.6 millones de usuarios.
El 24.1% de la audiencia cuestionó cuál sería el costo de haber traído al tatuador a la residencia oficial, y el 11.3% aseguró que el pago de esos tatuajes se habría hecho con cargo al erario. El 11% consideró que hicieran lo que hicieran las hijas del presidente @EPN Peña Nieto siempre serían criticadas. Sólo el 5.4% de la audiencia las defendió y el 18.3% celebró que el sexenio está a punto de concluir y ya no estarán para gastar en cosas innecesarias. El 17.1% se burló del diseño de los tatuajes diciendo que cualquiera pudo haberlos hecho y el 12.6% se fijó en los zapatos de @sofia_96castro, que a decir de la audiencia serían demasiado ostentosos.
En respuesta @sofia_96castro decidió publicar un comentario en Instagram informando los motivos de las fotos y ofreciendo disculpas por su proceder. Sofía Castro escribió “Jonboy es mi amigo y lo invité a venir adonde vivo para intercambiar tatuajes ; Yo le puse Sofía, él me puso una J, la inicial del nombre de mi papá. A Pau le puso ML en memoria de una frase que le decía Mónica, su mamá. Él no cobró. Pedimos una disculpa a quienes con esto hayamos causado molestias, especialmente a nuestros papás.” Esta disculpa pública solamente generó un alcance de 1.1 millones y un impacto de 42.4 mil.
No hace mucho los familiares y cercanos al próximo presidente hablaban y exigían respeto para los menores y demás miembros de la familia de López Obrador. En esta ocasión nadie de ellos salió a defender a las hijas del presidente actual. ¿Es acaso que el humor social exacerbado por las campañas permite los linchamientos virtuales y tristemente también los físicos siempre y cuando sean contra aquellos que ya han sido etiquetados como “enemigos”? La ética, pensada como ese compromiso personal del individuo para buscar su mejora y la perfección, está totalmente perdida en el mundo digital, tristemente en la catarsis del enojo, mucho se traslada fuera de la pantalla, ¿qué está mas lleno de encono, ese ancestral México profundo que muchos se alegran de haber despertado o el moderno México socio digital? La simple pregunta entristece.