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La victoria de Patrick Reed en el Masters de Augusta en Georgia , contrasta por la forma y el fondo de las cosas. Cuando todos pensaban que Jordan Spieth repetiría como campeón, viniendo de atrás, el texano Reed aguantó la presión, pero también el peso de su pasado entre el público que llenó Augusta National . Spieth, con 9 birdies en sus primeros 16 hoyos y campeón del Masters en 2015, se encontró sorpresivamente a la cabeza del torneo desvaneciendo, por momentos el eventual triunfo de Reed.
A dos hoyos de culminar el torneo, Spieth tuvo por delante varias metas además de pensar en el título, con cierre de 2 birdies más terminaría 61 para ganar con récord, con par y birdie y se uniría a Brandon Grace con récord de 62. Con 2 pares empataría un récord logrando 63 golpes en ronda dominical. En el 17 quemó su primer cartucho, al terminar con par. En el 18 simplemente ya no le alcanzó. Tratando de hacer una buena salida encontró la rama de un árbol a 267 yardas de la bandera final. Con bogey firmó un 64 (-13) y se que-dó a 2 del campeón (-15). Fowler, sin mucho ruido y espectáculo quedó en segundo (-14).
El ganador Patrick Reed j ugó en la Universidad local después de que misteriosamente se vio obligado a abandonar la Universidad de Georgia, y terminó liderando el estado en campeonatos de golf consecutivos de la NCAA. Pero Reed no era favorito para ganar el torneo de maestros, casi todos conocen su pasado, y nadie estuvo cómodo con él. Sus compañeros de equipo de la universidad lo acusaron no sólo de engañarles, sino de robarles. Reed lo negó, pero sus antiguos conocidos hablaron de sus transgresiones.
En una encuesta de jugadores del PGA Tour hace un par de años, Bubba Watson fue votado como el último compañero profesional que ayudarían en una pelea de estacionamiento. Reed fue segundo, y lleva apenas tres años en el Tour. Se sabe que Reed le ha dado la espalda a sus propios padres, quienes viven en Augusta, y no tienen ninguna relación con él ni con su esposa, Justine.
Golfísticamente, Reed nunca había roto el 70 en el Augusta National (hizo 69 al inicio del torneo) nunca antes terminó en el top 20, nadie en Augusta creía que pudiera ganar. Aguantó bien la presión y ganó el torneo.
Sin embargo, la pregunta queda, ¿podrá acaso el “saco verde” (vestuario distintivo de los campeones del Masters) pesar más que el pasado oscuro de su personalidad en un deporte de caballeros? El tiempo lo dirá, la fama y reconocimiento tomarán su verdadera dimensión.
Ahora más les recuerdo que Jugar golf es... hacer amigos (de verdad).