Ni como negarlo: México es un país excepcionalmente violento. En 2017, según cifras del Inegi, fueron asesinadas 31,174 personas.
Pero, por horrible que sea esa cifra, ¿no será la realidad aún peor?
Esa parece ser la opinión de Olga Sánchez Cordero, la próxima secretaria de Gobernación.
La semana pasada, señaló lo siguiente: “Son 25 homicidios por cada 100 mil habitantes. Pero yo no comparto esta cifra por varias razones. En materia de homicidios ya no se denuncian muchos de ellos y la cifra negra podría alcanzar el doble de lo reconocido actualmente por este Gobierno”.
¿Tiene sentido esa afirmación? ¿Es posible que en México haya más de 30 mil homicidios intencionales no registrados por año? Posible, sí. Probable, no.
Me explico:
1. Según revela la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (Envipe), levantada anualmente por el Inegi, 94% de los delitos no son reportados o no detonan una investigación. Pero los homicidios son una categoría especial. Por lo regular, los deudos de las víctimas tienen motivos para no mantener oculto el delito. Por ejemplo, necesitan un acta de defunción para múltiples trámites (disponer legalmente del cuerpo, ejecutar una herencia, etc.).
2. Además, hay dos fuentes oficiales que reportan de manera independiente el número de homicidios. La primera son las procuradurías: allí se cuentan las carpetas de investigación y las víctimas. Los números agregados son reportados cada mes por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). La segunda es el sistema de salud, por el intermedio de los registros civiles: allí la fuente son las actas de defunción. Los datos agregados son reportados anualmente por el Inegi.
3. Esas dos fuentes reportan números distintos, pero el orden de magnitud es similar. En 2017, el SESNSP registró el homicidio doloso de 28,702 personas. Como se señaló arriba, la cifra de Inegi para el mismo año fue 31,174.
4. En las estadísticas de mortalidad de Inegi, pudieran existir algunos homicidios escondidos. Hay una categoría conocida como “Eventos de intención no determinada”: en 2016 (último año disponible), se contaron 4353 muertes de ese tipo. No todas son homicidios, pero aún si todos lo fueran, seguiríamos lejos de la estimación de la señora Sánchez Cordero.
5. ¿No está el país lleno de fosas clandestinas? Sí, pero ni así dan los números. Según un reporte de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, se encontraron 1588 fosas clandestinas, conteniendo a 2674 cuerpos, entre 2006 y 2017. Aún si eso fuese solo el 5% del total de personas enterradas en fosas clandestinas, se llegaría a un promedio de 5300 homicidios no registrados por año.
6. ¿Y los desaparecidos? En la última actualización del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), hay 5477 registros del año 2017. En esa lista, hay duplicidades, no todas las personas registradas murieron y no todos las que murieron fueron asesinadas. Se trata de un instrumento muy malo (que será sustituido en fecha próxima) y que previsiblemente subestima el fenómeno, pero da algún orden de magnitud.
7. Por último, en la Envipe, se le pregunta a los encuestados si alguna persona de su hogar ha sido asesinada. En 2015, ese ejercicio arrojó una estimación de 23,245 homicidios ¿El total reportado ese año en registros administrativos? 20,762.
En resumen, hay homicidios no registrados, pero no hay sustento empírico alguno para suponer que la cifra negra es de 50%.
La situación ya es suficientemente grave, como para que futuros miembros del gabinete promuevan datos inventados y teorías sin fundamento.
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