En contraste a lo señalado hace pocas semanas por Alfonso Durazo, futuro secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, la Guardia Nacional va. Al menos, esa fue la señal dada por el presidente electo la semana pasada.
El proyecto, según parece, se presentará el próximo miércoles. En tanto conocemos más detalles, van algunas preguntas iniciales sobre la idea:
¿Dónde se ubicaría administrativamente la Guardia Nacional? ¿En la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana? ¿En la Sedena? ¿En la Semar?
¿La Guardia Nacional tendría un mandato legal similar al de la Policía Federal? De ser el caso, ¿qué sentido tendría crear un nuevo cuerpo policial? ¿No sería más sencillo integrar a los elementos correspondientes a la estructura de la Policía Federal? Si fuese distinto, ¿cuáles serían las diferencias esenciales? ¿Qué haría la Guardia Nacional que no hace hoy la Policía Federal?
¿La Guardia Nacional estaría integrada sólo por militares o también por civiles? De ser lo primero, ¿estaría constituida por los elementos militares que ya participan en los operativos federales o por tropa adicional? Si se piensa usar a los soldados y marinos ya desplegados, ¿qué diferencia haría el nuevo cuerpo en el plano operativo? ¿Por qué se esperarían resultados distintos si no habría cambio en el número de efectivos? ¿Actuaría de manera distinta a como lo hacen hoy las fuerzas armadas en los operativos federales? ¿Cuáles serían las diferencias específicas? Si se tratase de elementos adicionales, ¿las fuerzas armadas seguirían participando directamente en tareas de seguridad pública, a pesar de la existencia de una Guardia Nacional? En ese escenario, ¿no quedarían las fuerzas armadas excesivamente reducidas y con dificultades para cumplir sus otras misiones (atención a la población en caso de desastres naturales, vigilancia de instalaciones estratégicas, etc.)?
¿Qué tamaño tendría inicialmente la Guardia Nacional? ¿Cuál sería la trayectoria estimada de crecimiento ¿Quién haría el reclutamiento y formación inicial? ¿El propio cuerpo o las fuerzas armadas, para su posterior traslado a la Guardia Nacional?
¿Cómo se distribuiría territorialmente? ¿Qué criterio de distribución se seguiría? ¿Población? ¿Incidencia delictiva? ¿Usar cualquiera de esos criterios no implicaría una disminución del número de elementos en los estados que hoy cuentan con un operativo federal?
¿Cómo se financiaría la Guardia Nacional? ¿Trasladando los presupuestos correspondientes de Sedena y Semar? ¿Cómo se compensaría a las fuerzas armadas por la pérdida de una porción considerable de su presupuesto y personal? ¿Los gobiernos de los estados tendrían que hacer aportaciones con recursos propios?
¿Los soldados y marinos que fuesen transferidos a la Guardia Nacional seguirían siendo beneficiarios del régimen de seguridad social de las Fuerzas Armadas? ¿O se volverían derechohabientes del ISSSTE, como los policías federales? De ser el caso, ¿se les compensaría de algún modo la pérdida de beneficios sociales?
¿Los integrantes de la Guardia Nacional seguirían sujetos al fuero militar o pasarían al fuero civil? ¿La nueva corporación contaría con alguna unidad de asuntos internos o mecanismos de control similares, o seguiría sujeto a los sistemas de control y disciplina de las fuerzas armadas?
Estas preguntas no buscan demeritar la idea. Buscan entenderla para mejor valorar sus ventajas y desventajas. Dado que se propone una cirugía institucional de gran calado en un tema de primera importancia, resultaría muy útil para los ciudadanos saber con precisión a qué atenerse. Al menos yo lo agradecería enormemente.
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