A diez días de las elecciones, algo del panorama empieza a aclararse. Sabemos, por ejemplo, que Olga Sánchez Cordero será en efecto secretaria de Gobernación. Sabemos también que sí habrá una Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y que esta será presidida por Alfonso Durazo.
Persisten, sin embargo, varias preguntas sobre el diseño y configuración del nuevo gobierno. Van algunas que me parecen relevantes en los temas que se tratan en esta columna:
1. ¿Cuál va a ser el rol de la Secretaría de Gobernación en los temas de seguridad y justicia? Hasta donde se entiende, la Segob va a perder las unidades administrativas hoy adscritas a la Comisión Nacional de Seguridad, incluyendo a los tres organismos desconcentrados que dependieron de la antigua SSP (Policía Federal, el Servicio de Protección Federal y el OADPRS, como se conoce al sistema penitenciario federal). Pero allí no acaban las funciones de Gobernación en la materia: en el actual marco institucional, por ejemplo, es la dependencia que preside el gabinete de seguridad. Entre los organismos desconcentrados que tenía en 2012 antes de la fusión, se cuentan el Cisen, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad (SESNSP) y el Instituto Nacional de Migración ¿Los va a conservar en el nuevo diseño? Por otra parte, parece que la Segob tendrá como encomienda el diseño de la ley de amnistía y de una política de pacificación. ¿La instrumentación también caerá en esa dependencia, así sea parcialmente? ¿Cuál sería su papel en específico?
2. ¿Persiste la idea de crear una Guardia Nacional? A inicios de año, Andrés Manuel López Obrador habló de crear una fuerza híbrida llamada Guardia Nacional que agruparía a elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal, además de policías estatales y municipales. En las fases finales de la campaña, la idea desapareció del discurso. ¿Sigue en pie ese proyecto? ¿Se han reducido sus alcances? ¿O ya se abandonó? De ser lo último, ¿qué se piensa hacer con la Policía Federal? ¿Cómo encaja esa corporación con otras propuestas que han flotado en estos días, como la posible creación de una policía fronteriza?
3. ¿Qué va a suceder con el Cisen? Durante el proceso electoral, el hoy candidato ganador afirmó que el Cisen iba a desaparecer. Lo reiteró en su discurso de cierre de campaña en el Estadio Azteca. Pero Olga Sánchez Cordero ha matizado la propuesta y ha señalado que se convertiría en un “instituto de investigación para la seguridad humana”. Más recientemente, la ex ministra de la Suprema Corte afirmó que la Segob mantendría una instancia de inteligencia para la “gobernabilidad” y que “vamos a dejar lo que sirve, lo que hicieron otros gobiernos bien”. Por su parte, Alfonso Durazo señaló recientemente que “el Cisen será sustituido por una nueva instancia… que se articulará con otras dependencias de la administración federal que manejan inteligencia y que hacen acopio de información”. Afirmó asimismo que “el nuevo órgano (una coordinación nacional de inteligencia) dependerá de la SSP”. ¿Cómo encajan esas dos visiones? ¿Van a coexistir dos organismos de inteligencia —uno en Segob y otro en SSP? ¿Qué va a pasar con el personal, el presupuesto, los activos y los archivos del Cisen?
No espero que el nuevo equipo tenga aún muchas respuestas a estas preguntas. Con toda probabilidad, sus integrantes aún andan escasos de información, tratando de dimensionar la responsabilidad que les cayó encima. Pero no es demasiado pronto para plantear interrogantes y generar debates sobre temas cruciales. La situación de seguridad es demasiado complicada como para dejar pasar mucho tiempo.
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