Mal inicio de año: en enero, 2 mil 545 fueron asesinados en México , según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Implica un crecimiento de 16% en comparación con el mismo mes del año previo. Acumulado, el incremento es ya de 88% desde 2015.
Como en 2017, la escalada de violencia homicida es un fenómeno de geografía amplia. En la mayoría de las entidades federativas, hubo un incremento en el número de homicidios dolosos con respecto al mismo mes del año previo.
En algunas, el ascenso es francamente espectacular. En Nayarit, el número de víctimas de homicidio creció 1175% (aunque eso es, con toda probabilidad, reflejo de un subregistro masivo y sistemático en la administración estatal previa). En Guanajuato, el crecimiento fue de 130% a tasa anual. En Quintana Roo, la cifra se triplicó en comparación con el mismo mes de 2017. En Baja California, se duplicó. En Tamaulipas, el incremento fue de 64%. En Puebla, 47%. En Guerrero, 38%.
Pero, a pesar de todos estos datos terribles, empiezan a surgir en la lejanía algunas señales medianamente alentadoras:
1. La tasa de crecimiento anual se desaceleró. En 2017, el número de víctimas de homicidio doloso aumentó 27% con respecto a 2016. En diciembre de 2017, la tasa de crecimiento fue de 25%. En enero de 2018, se redujo a 16%.
2. Desde agosto de 2017, el total mensual de homicidios se ha mantenido en torno a 2 mil 500 víctimas (con la excepción de septiembre, cuando se llegó a 2 mil 750 víctimas). Esto pudiera ser algún tipo de efecto estacional o pudiera ser alguna señal temprana de estabilización. Habrá que esperar algunos meses antes de emitir un juicio, pero, por ahora, es medianamente buena noticia que las cifras no sigan escalando mes a mes.
3. En algunos de los estados que experimentaron los incrementos más acelerados en los últimos dos años, la curva se ha invertido. Por ejemplo, en Baja California Sur, el número de víctimas en enero fue casi 50% inferior al de diciembre y 26% debajo de la cifra de enero de 2017. En Colima, la disminución contra el mismo mes del año pasado fue de casi 20%.
4. En algunas entidades con peso importante en las estadísticas nacionales de homicidio, cambió la tendencia. En la Ciudad de México, el número de víctimas de homicidio pasó de 104 en enero de 2017 a 71 en enero de 2018. De hecho, el resultado del mes pasado fue el mejor resultado mensual para la capital del país desde febrero de 2016. Sinaloa es un caso similar: los homicidios disminuyeron 23% a tasa anual y el dato de enero fue el mejor desde julio de 2016.
Antes de que alguien se lance a descorchar la champaña, es necesario apuntar que, si bien los homicidios están creciendo a menor ritmo y en menos estados, siguen aumentando. Asimismo, esto es apenas dato de un mes: las buenas señales de este reporte bien pudieran desaparecer en los meses siguientes. Por último, no se puede saber a estas alturas la causa de esta posible desaceleración, ni si el gobierno se puede colgar una medalla.
Pero, como sea, esta es la primera vez en muchos meses donde se puede percibir algo que tal vez (y solo tal vez) sea buena noticia.
NOTA: en mi columna del pasado miércoles, afirmé que, de acuerdo con algunas estimaciones, tres de cada diez homicidios están relacionados al consumo del alcohol. Carolina Torreblanca, una lectora muy acuciosa, me hizo el favor de rastrear la fuente de ese dato y me señaló que a) el dato es viejo (2001), b) es válido sólo para la Ciudad de México y c) se refiere a las víctimas y no a los victimarios. Gracias a Carolina por el apunte. Una disculpa al resto de mis lectores por no comunicar adecuadamente ese dato específico.