Alejandro Cervantes Llamas

Repunte de la confianza

No hay que descartar que la confianza del consumidor y del productor registren retrocesos marginales en los próximos meses por la volatilidad en torno al TLCAN y las elecciones

09/05/2018 |00:59
Redacción El Universal
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En la presente semana, el Banco de México y el Inegi dieron a conocer su reporte conjunto sobre la confianza del consumidor de abril. En México este indicador comenzó a medirse en 2003 ante la necesidad del banco central de contar con una encuesta confiable y muy oportuna que midiera la opinión de los consumidores respecto a la situación de sus hogares y su visión sobre el desempeño económico del país. En Estados Unidos la confianza del consumidor es un indicador muy relevante para los mercados, ya que históricamente ha sido exitosa en anticipar los ciclos económicos. Con cifras ajustadas por estacionalidad, en México, este indicador registró en abril un crecimiento de 2.1% m/m, con lo que revirtió parcialmente la caída que había registrado en los cuatro meses previos.

Su interior, la visión de los consumidores con relación a la situación económica presente y futura de los hogares presentaron incrementos de 0.7% y 1.7% m/m, respectivamente. Por su parte, las expectativas respecto a la situación presente y futura del país registraron avances de 5.4% y 2%, respectivamente. Con lo anterior, las expectativas de los consumidores respecto a la situación económica futura del país ya acumularon tres meses consecutivos en expansión. Por último, el componente que hace referencia a la posibilidad de adquirir bienes duraderos aumentó 2.3% m/m.

Es probable que la recuperación de la confianza del consumidor en abril se haya explicado por la trayectoria descendente de la inflación y el impacto que ello ha tenido sobre las decisiones de consumo de los hogares mexicanos en los últimos meses. Como se comentó previamente en esta columna, la inflación anual en la primera quincena de abril descendió a 4.69%, después del 6.78% observado al cierre del año pasado. Por su parte, si bien las ventas de vehículos en nuestro país continúan rezagadas, otros indicadores relacionados con el gasto de los hogares mexicanos –tales como las ventas en tiendas totales de la ANTAD y el indicador de ventas minoristas del Inegi– exhibieron una significativa recuperación en los últimos dos meses.

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Otros indicadores económicos también aluden a una mejoría de la confianza de los agentes económicos, tales como los de confianza empresarial publicados por el Inegi. Así, la confianza de los productores en el sector de la construcción ya sumó tres meses consecutivos al alza, probablemente impulsada por el mayor gasto gubernamental de las entidades federativas y municipios detonado por el proceso electoral que se llevará a cabo el 1 de julio. Asimismo, la confianza en el sector comercio también mostró una sustancial mejoría en marzo y abril derivado de la recuperación que ha presentado el poder adquisitivo de los hogares mexicanos aunado al mayor dinamismo del empleo formal y del crédito al sector privado.

Por el contrario, la confianza empresarial en el sector manufacturero retrocedió en abril. No obstante, los subíndices que miden las expectativas de los empresarios respecto a la situación presente y futura del país sumaron dos meses consecutivos en expansión, al mismo tiempo que los subíndices que miden la situación económica presente y futura de la empresa registraron un mayor dinamismo en abril. Si consideramos el impacto positivo que tendrá la depreciación que recientemente ha registrado la divisa mexicana sobre la demanda externa por productos manufactureros mexicanos, es probable que los indicadores mencionados mantengan una recuperación durante los próximos meses.

Hacia delante y, no obstante la visible recuperación que ha presentado la economía mexicana a comienzos del presente año, no hay que descartar que la confianza tanto del consumidor como del productor registren retrocesos marginales en los próximos meses por los siguientes factores: (1) La volatilidad de la divisa mexicana asociada a las posibilidades de una renegociación exitosa del TLCAN; y (2) la incertidumbre que acompaña al proceso electoral que se llevará a cabo en nuestro país el 1º de julio. No obstante, en la medida que estos factores de volatilidad se disipen, la confianza podría exhibir una recuperación mucho más visible apoyada por un mayor dinamismo económico y la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos de nuestro país.


Economista Senior de Grupo Financiero Banorte. Las opiniones que se expresan son responsabilidad exclusiva del autor.