Alejandro Cervantes Llamas

Repunte de la confianza

15/08/2018 |04:22
Redacción El Universal
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Recientemente, el Banco de México y el Inegi informaron los resultados de su encuesta de confianza del consumidor, cuyo índice de confianza (ICC) registró un incremento mensual de 14.8% en julio (cifras ajustadas por estacionalidad). Con ello, este indicador alcanzó su nivel más alto desde marzo de 2008. Asimismo, ese avance representó la variación mensual más alta en la serie histórica de este indicador.

Es muy probable que el repunte en la confianza de los consumidores se explique principalmente por el resultado del proceso electoral que se llevó a cabo el 1 de julio, ya que el comportamiento de otras variables hubieran propiciado una contracción de este indicador.

De hecho, la economía mexicana se contrajo 0.1% durante el segundo trimestre del año (variación trimestral utilizando cifras ajustadas por estacionalidad). No obstante, al revisar los componentes del ICC se observa que el correspondiente a las perspectivas de los consumidores respecto a la situación presente del país mostró en julio un incremento de 11.4% m/m (versus un descenso de 0.5% observado en el mes previo), mientras que el referente a las expectativas respecto a la situación futura del país presentó un repunte mensual de 31.9% (versus alza de 3% en junio). Cabe destacar que el repunte de julio de este componente también es el mayor alcanzado en su serie histórica.

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Por su parte, los subíndices del ICC referentes a la expectativa con respecto a la situación presente y futura de los hogares también presentaron en julio un desempeño favorable al incrementarse en 5% y 11.3% m/m, respectivamente.

Ello, no obstante, el menor dinamismo que ha presentado en el país la creación de empleos formales (476 mil trabajos creados en el primer semestre del año vs. 517 mil en el mismo periodo de 2017) y la desaceleración reciente que han registrado algunos indicadores de consumo privado. Por último, la inflación anual en julio se situó en 4.81% alcanzando 19 meses consecutivos por encima de 4.5%.

A pesar del ello, el subíndice del ICC que mide la posibilidad de adquirir bienes duraderos registró un aumento mensual de 13% (3.3% en junio). Si consideramos que la confianza del consumidor es un indicador que está altamente correlacionado con las decisiones de gasto de los hogares mexicanos, lo anterior sugiere que el consumo privado se mantendrá relativamente estable, al menos en el muy corto plazo.

En este contexto, la confianza del consumidor es un indicador exitoso, ya que su resultado logró captar correctamente el sentimiento de los consumidores asociado a la marcada victoria del presidente electo, evento que contrarrestó el efecto negativo en los consumidores resultante de la menor fortaleza de la actividad económica, la desaceleración del empleo formal y la presencia de niveles persistentemente altos de inflación.

Históricamente la confianza del consumidor ha sido exitosa en captar estos factores coyunturales, como fue el caso de sus resultados correspondientes a enero 2017, cuando presentó una contracción mensual de 17.5% generada por la liberalización de los precios de la gasolina y el impacto que posiblemente tuvo sobre el ingreso disponible de los hogares mexicanos. De igual forma, la confianza del consumidor también registró un repunte importante luego del triunfo electoral de Peña Nieto en julio de 2012, aunque hay que reconocer que ciertamente fue menor al registrado por el resultado del triunfo de López Obrador (2.2% m/m en julio de 2012 vs. 14.8% m/m en julio de 2018).

Ahora bien, es posible que el impacto positivo asociado al resultado electoral irá perdiendo fuerza en los próximos meses y que de nuevo la evolución de la confianza del consumidor vaya a estar determinada por el desempeño de la economía mexicana. En particular, su comportamiento estaría influenciado por los siguientes factores: (1) la evolución de la creación de empleos formales; (2) el comportamiento de la inflación y su impacto sobre el crecimiento de los salarios reales; (3) el ritmo de la actividad económica en la segunda mitad del año, y (4) el comportamiento del tipo de cambio de la divisa mexicana, mismo que podría verse afectado por factores externos.

Director de Analítica en Grupo Financiero Banorte. Las opiniones que se expresan son responsabilidad exclusiva del autor.