En los últimos meses los mercados han reaccionado a la incertidumbre sobre las posibilidades de una renegociación exitosa del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Ello pudiera haber afectado la cotización de la divisa mexicana, misma que se ha depreciado 9.9% desde su nivel mínimo de 17.49 pesos por dólar alcanzado el 19 de julio.
Ahora bien, considero que es altamente probable que se logre una renegociación exitosa del TLCAN. El equipo de negociadores de México que encabeza el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, se ha destacado por tener una amplia trayectoria en negociaciones comerciales. No obstante, conviene evaluar el posible impacto sobre la economía mexicana que tendría una hipotética salida de EU del TLCAN. Para este análisis se hará el supuesto para simplificar, por un lado, que la salida de EU del TLCAN se efectuaría durante el primer trimestre del próximo año y, por otro, que tanto México como EU permanecerían dentro de la OMC.
Una salida de EU del TLCAN implicaría que cualquier relación comercial entre ambos países se llevaría a cabo bajo las reglas establecidas por la OMC (Organización Mundial de Comercio o WTO por sus siglas en inglés). Particularmente, las exportaciones e importaciones mexicanas estarían amparadas por el principio de “nación más favorecida”. Dicho principio establece que no se puede discriminar a los socios comerciales miembros de este organismo internacional. Así, si se otorga a un país una ventaja comercial (la reducción de un arancel a uno de sus productos) ese beneficio se tiene que extender a los demás miembros comerciales pertenecientes a la OMC.
Al revisar los aranceles bajo el principio de nación más favorecida (NMF) de la OMC se aprecia que el arancel promedio aplicable a las importaciones mexicanas de productos agrícolas es equivalente a 15.2%. Sólo el 19.6% de los productos agrícolas importados por México están exentos de tarifas, mientras que 41.8% de tales productos son gravados con un arancel superior a 15%. En el caso del maíz –producto en que las importaciones mexicanas provenientes de EU alcanzaron alrededor de $US2.6 mil millones en 2016- el arancel promedio bajo dicho principio sería de 4%.
Por su parte, el arancel promedio que pagarían las importaciones norteamericanas de productos agrícolas provenientes de México sería de sólo 5.2%, mientras que alrededor de 30.8% de los productos agrícolas importados por EU no pagan arancel. De hecho, sólo 5.2% de los productos agrícolas que Estados Unidos importa están gravados con un arancel superior a 15%.
En el caso de los productos no agropecuarios, México también estaría bien posicionado. De acuerdo con cifras de la OMC, el arancel promedio que pagan las mercancías importadas por México bajo NMF es de 5.7%. El 55.2% de los productos importados por México están libres de arancel, mientras que 11.2% de las mercancías están grabadas con una tarifa superior a 15%. Por el contrario, las importaciones no agrícolas que realiza EU bajo NMF son grabadas con un arancel promedio de sólo 3.2%, mientras que 48.4% de las mercancías no pagan arancel y sólo 2.3% de las mercancías importadas por EU se gravan con un arancel superior a 15%.
La salida de EU del TLCAN potencialmente le otorgaría a México una ventaja comercial, ya que los aranceles promedios que pagarían los productos exportados hacia EU serían significativamente menores que los que se aplicarían a las importaciones mexicanas de productos norteamericanos. Por lo anterior, es muy probable que la terminación del TLCAN no implique una fuerte desviación del comercio exterior mexicano hacia otros países, ya que los aranceles para las exportaciones de nuestro país hacia EU serían relativamente bajos. No obstante, las exportaciones mexicanas podrían registrar una ligera disminución, mientras que las importaciones mexicanas probablemente exhibirían una mayor caída derivada de los mayores aranceles y de alguna depreciación temporal del tipo de cambio. En ese escenario, el superávit comercial que México tiene con EU podría incluso ampliarse, y ello podría contribuir con alrededor de 0.2 puntos porcentuales al crecimiento económico de México.
Las principales calificadoras han señalado que un fracaso en la renegociación del TLCAN implicaría una reducción en la calificación crediticia de la deuda soberana de México. Ello podría impactar al tipo de cambio del peso dado el incremento en la prima riesgo-país. Con ello, la salida de EU del TLCAN afectaría las decisiones de inversión de corto plazo. Se estima que ese efecto en la inversión podría impactar al crecimiento del PIB en 2018 en aproximadamente medio punto porcentual.
Con relación al consumo privado, éste mostraría una desaceleración derivado del impacto en los precios internos originado por la depreciación temporal del tipo de cambio y por el aumento de los precios de las mercancías importadas de EU. Se estima que este efecto podría restar alrededor de 0.6 puntos porcentuales al crecimiento económico de México.
Resumiendo, bajo un escenario muy probable de renegociación exitosa del TLCAN la economía mexicana podría crecer en 2018 alrededor de 2.5%, mientras que bajo el escenario de terminación de dicho acuerdo y considerando sus posibles impactos en el intercambio comercial, los precios y el gasto de consumo e inversión, la expansión del PIB resultaría de 1.6%. Así, el escenario negativo en 2018 sin TLCAN para la economía mexicana que algunos analistas han vislumbrado es tan exagerado como los rumores a que hizo referencia en su momento Mark Twain sobre su muerte.