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El 16 de octubre, el World Economic Forum (WEF) dio a conocer su Índice Global de Competitividad (Global Competitiveness Index) de 2018. Dicho índice mide distintos aspectos que contribuyen a la productividad y al crecimiento económico de los países y ofrece un análisis objetivo y basado en datos que debe considerarse en la formulación de las políticas públicas.
El índice se integra a partir de considerar a 98 índices particulares que se integran en 12 pilares que miden la competitividad económica de 140 países en distintos ámbitos. Estos pilares miden el desempeño de cada país en la calidad de las instituciones públicas, niveles de infraestructura, estabilidad macroeconómica, funcionamiento del mercado laboral, y estabilidad financiera, entre otros. Cada pilar se evalúa con una calificación que va de 0 a 100 y obviamente la calificación de 100 corresponde a la meta que debería de perseguir todo país para dicho indicador en particular.
En el informe del WEF, México se ubicó en el lugar 46 de los 140 países evaluados. Del lado positivo, México alcanzó una calificación de 99 puntos sobre 100 en el pilar que mide la estabilidad macroeconómica y, de hecho, obtuvo una calificación perfecta en el manejo de la deuda pública y una calificación de 98.4 puntos en el índice que mide el comportamiento de la inflación. Por su parte, el estudio también destaca la transparencia en el manejo de las cifras de finanzas públicas, donde México se situó en cuarto lugar entre los 140 países evaluados. Por último, nuestro país también destacó en el pilar que mide la calidad de la infraestructura pública. Al interior de dicho pilar, México se ubicó entre los siete países con mejor conectividad en la red de carreteras.
Otro tema sumamente relevante es el papel de la innovación como generadora de crecimiento económico. Si bien México se posicionó entre los 50 países mejor evaluados en términos de capacidad de innovación, su calificación resultó de sólo 28.2 puntos sobre 100. Sobresale el bajo nivel de inversión que se dedica en México a la investigación y desarrollo (0.6% del PIB), así como el número reducido de patentes (1.6 aplicaciones por cada millón de habitantes) y su poca diversidad.
En los aspectos desfavorables en que se califica a México destaca el pilar en que se evalúa a las instituciones públicas, ya que nuestro país alcanzó sólo 25.8 puntos de 100. Dentro de los índices que comprenden dicho pilar, sobresale el desempeño desfavorable en los rubros que miden los problemas generados por: (1) El crimen organizado, ya que México se ubicó en la posición 139 de 140 países; (2) la tasa de homicidios, donde estamos entre los 10 peores países evaluados (lugar 130 de 140 países); (3) la confiabilidad de la fuerza policiaca, ya que nos ubicó entre los tres peores países (lugar 138); (4) libertad de prensa, donde se le colocó entre los 20 países peor calificados; y (5) la incidencia de la corrupción, donde México se encuentra entre los 30 países con menor calificación (113 de 140).
Tomando en cuenta los resultados anteriormente comentados, se pueden obtener tres conclusiones generales: (1) La estabilidad macroeconómica que ha distinguido a México entre sus pares se debe a la excelente labor que han realizado instituciones como el Banco de México –particularmente en el manejo de la inflación– y la Secretaría de Hacienda, donde se destaca la transparencia y el buen manejo de las finanzas públicas, particularmente, en el último año; (2) los esfuerzos de las políticas públicas hacia delante deberán de dedicar atención a generar las condiciones necesarias para que la población mexicana tenga mayores incentivos a la innovación; y (3) el próximo gobierno tendrá el reto de mantener la estabilidad macroeconómica alcanzada, así como enfrentar y obtener resultados en los problemas de seguridad pública que han afectado no sólo al dinamismo económico de nuestro país, sino también a su competitividad frente a otros países y a su atractivo a la inversión privada, tanto nacional como extranjera.
Twitter: @alexcervantes