Hace unos días, el Inegi dio a conocer su reporte mensual del IGAE (Indicador Global de la Actividad Económica) que aproxima mensualmente el desempeño económico de nuestro país, ya que cubre alrededor de 95% del PIB. Si bien la cobertura mediática de dicho indicador no fue extensa, es relevante analizar con detalle sus resultados.
En octubre, el IGAE exhibió un crecimiento marginal de 0.1% mensual (cifras ajustadas por estacionalidad). Al interior, el sector primario —que comprende la agricultura, el aprovechamiento forestal, la caza y la pesca— registró un incremento de 0.1% mensual. Por su parte, la actividad industrial se redujo 0.1%, en respuesta a disminuciones de 0.6% tanto de la construcción como de la producción manufacturera. En el primer caso, la edificación —usualmente asociada a la inversión privada en construcción— se contrajo 1.3% mensual. Del mismo modo, el descenso de la producción manufacturera se originó por la disminución de 5% de la fabricación de electrónicos, mientras que la producción automotriz se mantuvo en el mismo nivel que en el mes anterior. Con lo anterior, la producción industrial suma dos meses consecutivos en contracción.
Por su parte, los servicios —que representan alrededor de 63% de la economía mexicana— registraron un moderado avance de 0.4% mensual, que contrasta con la contracción de 0.9% que había registrado en septiembre. No obstante, dicho crecimiento no fue homogéneo, ya que los servicios financieros e inmobiliarios disminuyeron 0.4% mensual, mientras que los servicios de transporte e información en medios masivos se redujeron 0.2% mensual. En el agregado, el reporte del IGAE sugiere una mayor desaceleración de la economía mexicana.
Hacia adelante, es posible que la economía mexicana continúe desacelerándose. En el caso particular de la actividad industrial, la producción manufacturera podría presentar avances propiciados por: (1) La depreciación de la divisa mexicana; y (2) el mayor dinamismo de la demanda externa por productos manufactureros mexicanos ante la incertidumbre en torno al futuro de la relación comercial entre México y Estados Unidos, lo que incentivará mayores flujos de mercancías exportadas hacia EU previendo hacia delante un escenario de una restricción en los flujos comerciales entre ambos países.
Por su parte, la debilidad de la industria minera podría continuar al menos durante el primer trimestre del próximo año ante la caída en la plataforma de producción petrolera de Pemex y la reducción en la inversión pública destinada a dicho sector. Con relación a la construcción, sus perspectivas son marginalmente positivas. Cabría esperar que el proceso electoral del próximo año detone un mayor gasto en las entidades federativas y municipios que se verá reflejado también en un crecimiento de los proyectos de infraestructura. No obstante, es probable que los proyectos de construcción privados se vean mermados por la incertidumbre en torno al crecimiento de la economía mexicana ante el escepticismo sobre la posibilidad de una renegociación exitosa del TLCAN y el impacto que tendrá la reforma fiscal norteamericana sobre las perspectivas de crecimiento económico en nuestro país.
En el agregado, el impacto de una menor producción minera y de una posible caída en la construcción privada podría contrarrestar los beneficios derivados de una mayor producción manufacturera y del incremento en el gasto gubernamental, por lo que es posible que la producción industrial continúe desacelerándose en los próximos meses.
En cuanto a los servicios, persisten riesgos que derivarán en un menor dinamismo económico hacia adelante. En particular, es muy probable que el consumo privado pierda fuerza ante la posibilidad de que la inflación persista elevada. Lo anterior se reflejaría en una desaceleración del comercio minorista. De igual forma, el incremento que ha registrado la tasa de desempleo en los últimos tres meses sugiere que el mercado laboral mexicano podría empezar a mostrar algunos signos de desaceleración en el primer trimestre del próximo año.
En esta última columna del año, aprovecho para desearles un muy exitoso 2018.
Economista Senior de Grupo Financiero Banorte.
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