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La mayoría de los economistas han caracterizado el inicio de 2018 por una alta incertidumbre en torno a las perspectivas sobre la renegociación del TLCAN y con relación a las elecciones que se llevarán a cabo en nuestro país el 1 de julio. No obstante, no se ha reconocido la marcada mejoría que han presentado la mayoría de los indicadores disponibles de producción, demanda interna y externa para los primeros meses del año. En esta columna se destacarán los principales resultados que han arrojado dichos indicadores, los cuales muestran un panorama alentador para el inicio de este año.
El IGAE de enero —indicador que aproxima mensualmente el PIB de México— presentó una recuperación, al registrar un crecimiento anual de 2.2% que superó a la variación de 1.5% del PIB durante el último trimestre de 2017. Los servicios mantuvieron una cierta estabilidad al incrementarse 2.9% a tasa anual, mientras que la construcción presentó un repunte con un crecimiento de 4% impulsado por la edificación. Cabe recordar que la construcción representó uno de los principales lastres de la economía mexicana en 2017, pero las cifras de principios de año apuntan hacia una marcada mejoría.
La balanza comercial mexicana también evidencia un mayor dinamismo económico para nuestro país. Las exportaciones manufactureras mexicanas crecieron 10.5% a tasa anual en los primeros dos meses del año, que se compara con 8.5% observado en el último trimestre del año pasado. A su interior, las exportaciones de vehículos y autopartes se incrementaron 13.9% anual, mientras que las de otras mercancías manufactureras aumentaron 8.7%. Por su parte, las importaciones de bienes de consumo no petroleros —asociadas al gasto privado de los hogares mexicanos— alcanzaron un crecimiento de 11.9% anual en el bimestre referido. Asimismo, las importaciones no petroleras de bienes intermedios —utilizadas como insumos de la producción manufacturera— crecieron 10.7% en el mismo periodo (vs 8.7% en el cuarto trimestre de 2017). Por último, las importaciones de bienes de capital crecieron 19.4% a tasa anual (vs 6.6% en 4T17). Si se considera que las importaciones de bienes de capital representan alrededor de 30% del total de la inversión fija bruta del país, el fuerte crecimiento de este indicador implica que las cifras de inversión resultaran muy positivas en el primer trimestre del año.
Por el contario, en los últimos meses la industria manufacturera mexicana ha mantenido una desaceleración. De hecho, las cifras de actividad industrial de enero, indican que ese mes la producción manufacturera registró un crecimiento de sólo 1.7% anual, luego de la caída de 0.1% observada en diciembre pasado. Ahora bien, los indicadores adelantados —mismos que se utilizan como predictores de corto plazo— muestran un panorama más alentador para este sector. Así, los indicadores de opinión empresarial que el IMEF dio a conocer el pasado lunes, sugieren que tanto la producción manufacturera como los nuevos pedidos registraron una fuerte recuperación en marzo. De igual forma, el mayor dinamismo observado tanto en las exportaciones manufactureras como en las importaciones de bienes intermedios no petroleros también apuntan que la producción manufacturera podría registrar una visible recuperación hacia el segundo trimestre del año.
Los indicadores del ingreso de los hogares mexicanos también muestran un escenario positivo. Por un lado, el empleo formal registró un crecimiento anual de 4.5% en el primer bimestre del año, superior al 4.2% observado en el mismo periodo del año anterior. Por otro lado, en el bimestre referido la masa salarial en el sector formal presentó un crecimiento de 4.3%. En cuanto a la inflación que impacta negativamente al ingreso de los hogares, ésta siguió una trayectoria descendente al pasar de 6.8% en diciembre pasado a 5.2% durante la primera quincena de marzo. Asimismo, el crédito al sector privado no bancario presentó una recuperación en los primeros dos meses del año con un crecimiento anual de 6.1% anual, superior a 4.8% observado en el último trimestre del año pasado. A su interior, el crédito al consumo creció 2.7% en términos reales (vs. 1.5% en 4T17), mientras que el crédito a las empresas se incrementó 9.2% (vs. 7.2% en 4T17).
Si bien es prematuro, las cifras económicas publicadas para el primer trimestre del año son congruentes con un probable crecimiento de la economía mexicana de 2.5% en 2018, por encima de 2% observado en 2017. En el presente año, el crecimiento económico del país estará favorecido por: (1) El gasto público que detonará el proceso electoral; (2) la conclusión y avances significativos de algunas obras de infraestructura del gobierno federal; (3) el mayor dinamismo de la demanda externa generado por la recuperación de la economía global, y, (4) la trayectoria ascendente que mantendrá el gasto de los hogares mexicanos derivado del crecimiento del empleo en el mercado laboral mexicano, del mayor crédito al sector privado y de la mejoría de su ingreso real asociado a la trayectoria descendente de la inflación.
Economista Senior de Grupo Financiero Banorte. Las opiniones que se expresan son responsabilidad exclusiva del autor.