Y así como Alfonso Romo, en su calidad de titular de la Oficina de la Presidencia, terminó por hacer renunciar a Carlos Urzúa, de igual manera, fue quien puso hace un par de semanas en el escritorio de López Obrador, un documento con sugerencias para buscar conservar la gubernatura en Veracruz, cuando deba ser renovada en las urnas.
Si bien es cierto aún falta mucho tiempo para una nueva disputa electoral por la manija de Veracruz, en Palacio Nacional saben que la tierra que aún gobierna Cuitláhuac García tiene, (junto con el Estado de México, la CDMX y Jalisco), la mayor parte de los votos disponibles en el País. De ahí que busquen evitar sorpresas.
En este documento al que tuve acceso, y que viene divido por “estados de la República”, en lo que concierne a Veracruz se aprecian las siguientes líneas en calidad de “urgente”:
1-. Remover al Secretario de Gobierno del Estado de Veracruz, o en su defecto, hacerle llegar una comitiva de Segob que tome el control, que le ayude, y de esa manera, disminuya su participación en los aspectos que inciden directamente en la solución de conflictos importantes.
2-. Hacer llegar, en los próximos 4 meses, 3 mil elementos más de la Guardia Nacional, de los cuales, el 60 por ciento deberá instalarse en el norte del estado, y el restante, en las zonas de Córdoba, Orizaba, Xalapa y el Puerto de Veracruz.
3-. Aumentar las visitas del Presidente al estado, particularmente a aquellos puntos considerados “calientes” en la geografía veracruzana, como Minatitlán, Coatzacoalcos, Orizaba, Acayucan, entre otros. La idea es que AMLO busque “apagar” los fuegos con su presencia.
4-. No resaltar la labor del Gobernador del Estado. El equipo de Romo busca evitar que la imagen del Presidente se desgaste (más aún) con el actuar de los mandatarios en las entidades donde lidera Morena.
5-. Eliminar aquellos resquicios donde los veracruzanos pudieran pensar (como opinión pública) que se desobedece, desacata, o va en contra de los dichos del Presidente.