“Si el Gobernador Cuitláhuac García no logra remover pronto al Fiscal Winckler quedará cuestionada su fuerza en el estado, claro, tomando en cuenta que tiene al Congreso a su favor y el respaldo moral de la Federación. Otra cosa ocurriría si estuviera abandonado y sin Jefe del mismo partido en Palacio Nacional”, me dijo una persona bien ubicada en el primer círculo del Presidente López Obrador.
“Acá sabemos que detrás del Fiscal se encuentra el ex gobernador Yunes, y eso no nos preocupa; queremos ver hasta dónde puede llegar Cuitláhuac García para cumplir una instrucción de sus superiores: remover a Jorge Winckler”.
La idea es lograr, me dicen, que para cuando ya exista Fiscal General de la República, en Veracruz no despache Jorge Winckler. Eso lo sabe Cuitláhuac García, razón por la cual ha exigido a su mayoría en el Congreso busque los caminos legislativos para cumplir dicha tarea.
“También le indicamos al Gobernador de Veracruz que no sea él quien se enganche con el Fiscal, tiene a su Secretario de Gobierno para hacerlo. Alguien debe tomar el papel del peleonero, y no le corresponde a él. Nos preocupa que la gente en el estado no vea resultados pronto por esos pleitos”.
En un café ubicado sobre Reforma, el funcionario federal que tiene dentro de sus tareas los temas relacionados con el Sureste del país, me dijo que Alejandro Gertz Manero, propuesto por el Presidente López Obrador para Fiscal General, prefiere trabajar los temas de Veracruz con otra persona que no sea Winckler.
“Y mira Alejandro, el tema no es Winckler, el asunto es su innegable relación con el ex gobernador. A Winckler lo puso Yunes, con qué cara dice ahora que Morena quiere apoderarse de la Fiscalía; si eso fuera cierto, debería recordar que él se prestó a ese juego en su momento, cuando las circunstancias eran otras en Veracruz. No pensaron que perderían la elección”.
“En fin, la instrucción es dejar que Cuitláhuac García, su gente y nuestra mayoría legislativa en Veracruz, se coordinen para remover al Fiscal en corto o mediano plazo. Quiero creer que no tendrán problema para hacerlo. Es la primera prueba de fuego para Cuitláhuac, no sólo porque Winckler es yunista, sino porque los colectivos de desaparecidos se lo pidieron”, me dijo, mientras terminaba su taza de café con doble carga.