ALBERTO BARRANCO - Columna Exprés
El problema al que se enfrentó Germán Martínez en su gestión al frente del Instituto Mexicano del Seguro Social es que la Secretaría de Hacienda se creyó los cuentos que tejieron los antecesores de éste, José Antonio González Anaya y Mikel Arriola, sobre un saneamiento financiero que en realidad sacrificó carencias por reservas.
El instituto , decían, tiene viabilidad hasta 2030.
Y como todavía le quedaba sangre, había que cancelar personal y recortarle recursos.
Digamos que Martínez no quiso enfrentarse a la reprobación popular ante un escenario que dejó de lado tratamientos vía protocolos y extendió de tres a seis meses las consultas de especialidades , en un escenario en que se confunde la austeridad por inopia.