Muchos años después de la transición electoral que hizo posible la alternancia y la democracia representativa, llega al país una transición laboral, un cambio de modelo para regular las relaciones del mundo del trabajo. Una buena noticia para México. Después de una reforma constitucional aprobada hace un poco más de dos años, en febrero de 2017, ahora aterrizan los cambios a la ley secundaria para construir el nuevo modelo. En días pasados los diputados aprobaron la reforma laboral y se espera que la próxima semana el Senado de la República discuta el tema y se pueda completar el proceso legislativo. Con esta reforma se hace un esfuerzo estructural para poner las manecillas del reloj laboral a tiempo con el mundo de la democracia, la justicia y las libertades, de acuerdo a los Convenios de la OIT.
Durante décadas el mundo laboral en México se desarrolló dentro de esquemas corporativos, verticales y de control. El sindicalismo se volvió parte del campo político: pasó de su integración sectorial en un partido hegemónico, a un acomodo con el neoliberalismo y el mundo laboral entró a una lamentable etapa de simulación, plagada de contratos de protección, al margen de los trabajadores. Cuando revisamos los antecedentes de la reforma actual se puede calibrar de mejor forma la destrucción del sindicalismo independiente, la imposición de una larga represión salarial, que llevó el valor del trabajo a uno de los niveles más bajos en América Latina. La estrategia exportadora, como la vía dominante, nos llevó a ser un país de subcontratación internacional (Ilán Bizberg dixit), de ensamble maquilador con el atractivo de tener salarios bajos. La reforma laboral pone un alto a este modelo, incluso es una de las exigencias de los demócratas para la firma definitiva del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Puede ser paradójico que nuestro principal socio comercial exija condiciones de mejores salarios y justicia para el mundo laboral mexicano, para tener más equilibrio entre los países de América del Norte. Este vector externo ha impulsado la reforma para vencer resistencias y obstáculos internos.
La reforma laboral se apoya en tres modificaciones importantes: a) una nueva estructura para la impartición de la justicia, que deja atrás el deficiente esquema de las juntas de conciliación y arbitraje y va hacia la construcción de tribunales dentro del Poder Judicial. Se trata de superar esa suerte de anomalía que ha tenido el trabajo en México, para entrar a una modernidad que haga de la justicia un proceso expedito, transparente y eficiente. b) Otra parte está basada en la creación de una nueva institución, el Centro o Instituto Federal de Conciliación y Registros Laborales. Sería un equivalente al INE en materia Electoral. Un organismo público descentralizado con autonomía técnica, operativa, presupuestal, de decisión y de gestión. El objetivo es superar los viejos mecanismos de control que se ejercen para que predominen los intereses políticos y económicos sobre la voluntad de los trabajadores que quieren organizarse libremente. La conciliación y el registro serán dos tareas básicas para generar una nueva lógica de administración laboral. c) El tercer soporte de este modelo apunta hacia la democracia sindical, una materia escasa en nuestro país. Así que tanto para elegir a los dirigentes sindicales, como para la celebración de los contratos colectivos de trabajo, es decir, los pactos entre los patrones y los trabajadores, se procesa mediante una participación y una representación reales. Este proceso significará un cambio enorme. Ahora se garantizará que el voto sea personal, libre, secreto y directo, con lo cual se trata de alcanzar el nivel de cualquier sistema democrático en el mundo del trabajo.
En los próximos años, cuando termine la fase de construcción institucional, se iniciará en México un largo proceso para poner en operación las reglas del nuevo modelo. No será fácil generar otros hábitos y prácticas y dejar atrás los vicios que han caracterizado las relaciones laborales. Para decirlo de manera breve, la transición laboral será larga, sólo esperamos que no sea demasiada accidentada y tortuosa…
Investigador del CIESAS. @AzizNassif