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Pocas cosas hay más significativas para un equipo de futbol que sus colores. Colores, bandera y escudo. Los tres pilares sobre los que se cimenta la tradición, el orgullo y el amor a un club que se va trasvasando generación tras generación, inalterables como el tiempo, impertérritos ante cualquier inclemencia.
Así era al menos hasta que desembarcó el marketing extremo, las luces de neón cegadoras y el “se vende” por encima de cualquier cosa. Últimamente hemos visto casos en los que esos colores inamovibles, grabados en la piel y el alma de muchos aficionados, son cambiados por esa maquinaria implacable de fabricar dólares: La mercantilización.
Nací en Santander y aquí sigo viviendo, una ciudad de tamaño medio-pequeño en el norte de España . En esta ciudad tenemos un equipo tan modesto como histórico; el Real Racing Club se fundó en 1913 y fue uno de los 10 equipos pioneros de la Liga española en 1928.
Camiseta blanca con ribetes verdes, pantalón negro y medias verdes. Ese es el sanctasantórum del Racing, no puede haber otra manera de identificar a nuestro equipo… pues también fuimos víctimas. En España esa venta al por mayor de sentimientos llegó antes que a México; corría el año 2003 cuando la empresa Diadora se convertía en proveedor del Racing, de buenas a primeras nos encontramos con unos modelos de camisetas sumamente bonitos y con unos pantalones… ¡verdes! Inaudito, el pantalón negro, presente desde poco después de la fundación del club, desaparecía y no volvería hasta la temporada 2006/2007. ¿La respuesta de Diadora? Clara y contundente, cuestiones de marketing.
Cuando mi buen amigo y columnista de este periódico, Fernando Andere , me comentaba que al Necaxa le sacaron las rayas de la camiseta no me sorprendió, me dio pena ya que la experiencia vivida, me hace sabedor de lo que se siente —y eso con un pantalón, no quiero ni pensar si nos cambian los colores de la camiseta—. La verdad es que viendo fotos de la zamarra de Necaxa actual y comparándola con las de temporadas anteriores, no es que le hayan arrancado unas rayas decorativas, es como si le hubieran arrancado la personalidad.
Ahora quizás la marca de las camisetas —pido disculpas por no escribir playera, espero que no se moleste nadie— venda mucho más género en toda América y en Europa, pero dejaron a la afición a la que dicen representar huérfana de su símbolo característico.
@AitorAlexandre