El árbitro Fernando Hernández se equivocó al no señalar una clara mano del defensor de Morelia, Carlos Guzmán, a centro de Alan Mendoza. Era penalti para los Pumas que con esa jugada pudieron empatar el que se convirtió, en el cuarto descalabro del torneo. Pero esperanzarte a algo así, tomarlo como pretexto y no darte cuenta de que este equipo no está a la altura de lo que se necesita para sacarlo de la pobreza de resultados que le aqueja, es el peor error que pudiera cometer cualquier técnico y no sólo Juan Francisco Palencia. La afición exige su salida como la de muchos otros, incluido Hugo Sánchez, pero no sólo es el técnico, es una mala planeación y jugadores que no han mostrado nivel.