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Texto: Mauricio Mejía Castillo
Diseño web:
Miguel Ángel Garnica
La madrugada del 30 de julio de 1968 un grupo de soldados derribó la puerta principal del antiguo Colegio de San Ildefonso, edificio que en eso momento albergaba a la Prepa Uno. Aquel bazucazo, parte de la violencia que se vivió ese turbulento año, violó la Autonomía Universitaria y dio al traste con tres siglos de historia que tenía ese portón.
El antiguo portón que fue derribado de un bazucazo el 30 de julio de 1968 por soldados.
Esta sólo una de las tantas historias que sucedieron en el histórico plantel. Hoy, a 150 años de que ahí se estableciera la Escuela Nacional Preparatoria, EL UNIVERSAL recuerda algunos de los nombres y acontecimientos que desde esos muros dieron forma a México desde entonces.
Estudiantes de la Prepa en la década de 1950. Colección Villasana-Torres
Hoy, el edificio colonial es un museo. Durante las décadas de los cincuenta y sesenta fueron fundadas las nueve "prepas" que existen actualmente. Cada una fue bautizada con el nombre de los maestros que dieron forma a la institución, a la Universidad y, mediante ellas, a México.
Quienes dieron nombre a las nuevas sedes, en orden numérico de estas, son: Gabino Barreda, fundador de la Nacional Preparatoria; Erasmo Castellanos Quinto, profesor de la institución; Justo Sierra, fundador de la UNAM; Vidal Castañeda Nájera, director de la Preparatoria; José Vasconcelos, Antonio Caso, Ezequiel A. Chávez, Miguel E. Shultz rectores de la máxima casa de estudios; Pedro de Alba, profesor de la ENP y la Facultad de Filosofía y Letras.
Las escuelas preparatorias de Coapa número 5, Coyoacán, prepa 6 y de Tacubaya, Prepa 4, todas de fines de los años 70.
El edificio es sobrio, cubierta la fachada de rojo tezontle. Los rasgos barrocos que enmarcan portones y ventanas acusan que fueron los jesuitas los que lo edificaron en las primeras décadas de la Nueva España.
Después de que Maximiliano fue fusilado, en junio de 1867, Benito Juárez comenzó a dar forma a la República que acaba de quedar restaurada. La educación fue una de sus principales preocupaciones. La noche del 16 de septiembre, en el teatro Principal de Guanajuato, escuchó atento el discurso de uno de los oradores.
El hombre concluyó así: "Que en lo sucesivo una plena libertad de conciencia, una absoluta libertad de exposición y de discusión, dando espacio a todas las ideas y campo a todas las inspiraciones, deje esparcir la luz por todas partes y haga innecesaria e imposible toda conmoción que no sea puramente espiritual, toda revolución que no sea meramente intelectual".
Juárez, que sabía supo rodearse de personas brillantes en su gobierno, supo que en las palabras de aquel hombre estaba la idea que buscaba para el proyecto educativo. El orador era el doctor Gabino Barreda a quien el Presidente le encomendó la tarea. Así, el dos de diciembre de 1867 fue promulgada la Ley de Instrucción Pública con la que nació una de las instituciones más importantes del país: la Escuela Nacional Preparatoria.
El doctor Gabino Barreda, fundador de la ENP.
El lugar escogido para instalarla fue San Ildefonso. En esos años la calle donde está la entrada principal continuaba con su nombre de Donceles hasta ese tramo. Donceles, porque por ahí caminaban hacia los jóvenes estudiantes que eran conocidos como donceles. Años más tarde el nombre fue cambiado a Calle del Maestro Justo Sierra, en honor al científico que en el San Ildefonso, la mañana del 22 de septiembre de 1910, declaró la inauguración de la Universidad Nacional de México.
En el libro Historia General de la Universidad Nacional, María de Lourdes Alvarado, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, describe la situación de la ENP en sus primeros años. Las clases se iniciaron en febrero de 1868 con algo más de 900 alumnos, cifra inusual en los centros de enseñanza mexicano. La matrícula de alumnos disminuyó, entre otras cosas por el rechazo que había hace la filosofía positivista en que estuvo basado el plan de estudios. De hecho, el Orden y el Progreso, estandartes de este pensamiento siguen presente en el lema de la Nacional Preparatoria. Gabino Barreda añadió a ellos el Amor. De manera que la bandera de la institución reza: el Amor como base, el Orden como medio y el Progreso como fin.
En la década de 1880 comenzaron a inscribirse las primeras alumnas. Entre ellas estuvo Matilde Montoya, la primera mujer en recibirse de la Universidad Nacional. Para 1910, 1345 alumnos (1305 hombres y 40 mujeres) estudiaban en San Ildefonso. Por ello surgió la idea de la apertura de nuevos planteles en otros lugares de la capital. Pero pasó mucho tiempo antes de que esto fuera llevado a cabo.
Una toma de San Ildefonso en los años treinta. Imagen de la Colección Villasana-Torres
Las primeras materias
Dice Alvarado: "La gran novedad de la Escuela Nacional Preparatoria fue su plan de estudios positivista; homogéneo para todos los alumnos, independientemente de sus futuras profesiones, estaba constituido por una serie de asignaturas científicas, que iniciaba con el estudio de las matemáticas, seguido por el de las ciencias naturales, entre ellas cosmografía, física, geografía, química, botánica y zoología, y concluía con la lógica.
A ella se sumaba un segundo grupo de estudios "útiles y aún necesarios", conformado por lenguas vivas (inglés, francés y alemán), que cada día cobraban mayor importancia cultural y social; latín, gramática, historia, literatura y raíces griegas. Con posteridad se incluyeron algunos cursos eminentemente prácticos y ajenos a la serie fundamental, como taquigrafía, teneduría de libros [contaduría], de tal forma, opinaban las autoridades, que si algún alumno interrumpía los estudios bastaría con la formación preparatoria para que pudiera abrirse paso en la vida". El curso contemplaba cinco cursos anuales.
Imagen de la Preparatoria número 1 de Xochimilco, en 1980
Imagen de la Preparatoria número 2 ubicada en Churubusco a fines de los años 70 y de la Preparatoria número 3, en Eduardo Molina.
Fotografía de las prepas 7,8 y 9 ubicadas en La Viga, Plateros y Lindavista. Son fines de los años 70 y la imagen de la prepa 8 reciente es de un festejo en 2010 por los 100 años de la UNAM, en la cancha deportiva del plantel.
El Muralismo y los destacados estudiantes de San Ildefonso
Muchos de los protagonistas de la historia nacional estudiaron en San Ildefonso. Entre ellos, en una ínfima numeración, Manuel Gómez Morí, Vicente Lombardo Toledano y Daniel Cosío Villegas, la generación de 1915, forjadores del México Moderno; también los maestros de estos últimos como José Vasconcelos; poetas y escritores como Octavio Paz, Jaime Torres Bodet; presidentes como Miguel Alemán, Adolfo López Mateos, Carlos Salinas de Gortari.
De Alemán cuenta una leyenda que siendo ya Presidente de México asistió un día un evento en su antigua escuela. Pero antes pasó a un café de chinos, de los que entonces abundaban en ese barrio universitario, a liquidar una deuda que como estudiante había adquirido con el dueño del establecimiento.
En 1922, Vicente Lombardo Toledano fue nombrado director de la ENP. Él llamó a los pintores Diego Rivera, José Clemente Orozco, Fermín Revueltas, Fernando Leal, Ramón Alva de la Canal, Jean Charlot para que plasmaran en los muros del edificio sus obras. Éstas fueron la encarnación plástica del pensamiento que dejó la Revolución Mexicana. Así nació el muralismo, corriente fundamental del arte mexicano. Orozco fue el que más espacio ocupó: los muros norte de los tres pisos y el cubo de la escalera principal Leal pintó las paredes del anfiteatro en el que nació la Universidad con alegorías de la lucha de Simón Bolívar.
En 1922, Vicente Lombardo Toledano fue nombrado director de la ENP. Él ordenó que los muros del edificio quedaran pintados con las obras de grandes artistas. Así nació el muralismo.
El Colegio de San Ildefonso fue convertido en museo en 1992. Para celebrar el aniversario de la Nacional Preparatoria se presentó una exposición en la sede original y fue lanzado un billete de lotería conmemorativo, entre otras actividades.
Hoy, a 150 años de distancia, la idea original de aquel orador del teatro Principal, no está alejada de la obra que con sus palabras nació.
En 1992, San Ildefonso fue convertido en museo. La ceremonia fue presidida por un exalumno del plantel y quien fuera presidente Carlos Salinas de Gortari. El también ex presidente Ernesto Zedillo aparece a la izquierda, entonces era Secretario de Educación Pública.
Vista interior de San Ildefonso. Archivo EL UNIVERSAL.
Fotografías antiguas:
Archivo EL UNIVERSAL. Colección Villasana-Torres.
Fuentes:
Maravillas y Curiosidades: Mundos Inéditos de la Universidad; Antiguo Colegio de San Ildefonso e Historia de la Universidad Nacional Siglo XX.