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Texto: Daniel Lávida
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Miguel Ángel Garnica
Hoy se cumplen 95 años de la primera visita de un Premio Nobel de Literatura a nuestro país. Jacinto Benavente nacido en Barcelona, España, en 1866 visitó México con su compañía de teatro para presentar su obra.
Aquel 16 de febrero de 1923 fue recibido con júbilo en la estación San Lázaro por la comunidad de españoles en México. EL UNIVERSAL ILUSTRADO preparó un especial con el que acercaba a los lectores a su obra.
El eminente dramaturgo español Jacinto Benavente, en compañía de los delegados de la prensa, centros científicos y literarios, a su llegada a la estación de trenes de San Lázaro en la Ciudad de México.
“La obra literaria de don Jacinto Benavente es, en mi concepto, la más importante de todas las europeas, incluyendo la de los autores franceses, ingleses e italianos que tanto han llamado la atención en los últimos tiempos”, comentaba José López-Portillo y Rojas, presidente de la Academia Mexicana de la Lengua para EL ILUSTRADO.
El Premio Nobel de Literatura es considerado el mayor galardón que un escritor puede recibir. Otorgado por la Academia Sueca, ha sido entregado desde 1901. A partir del testamento de Alfred Nobel, industrial sueco, donde dejaba gran parte de su fortuna para entregar “premios a quienes durante el año anterior hayan otorgado el mayor beneficio a la humanidad. (…) Una parte para la persona que produjo en el campo de la literatura el trabajo más sobresaliente por el camino ideal.
Dicho premio lo recibió en 1990, el escritor mexicano, Octavio Paz, “por una apasionada escritura con amplios horizontes, caracterizada por la inteligencia sensorial y la integrada humanística”. Pero fue en 1923 cuando México recibió por primera vez a un Premio Nobel.
¿Quién fue?
Jacinto Benavente, dramaturgo, nació en Barcelona, España, en 1866. Antes de adentrarse en la literatura comenzó la carrera de derecho, la que abandonó en 1885 tras la muerte de su padre. En ese momento se dedicó a viajar por Francia y Rusia, lo que le permitió conocer distintas formas de hacer y comprender el teatro.
En 1892 publicó su primera obra Teatro fantástico y su primer estreno fue dos años después, con la obra El nido ajeno, la cual no tuvo el éxito que esperaba. Se tiene el conocimiento de que su forma de escribir era en su cama, acostado, como si lo hubiera atacado algún tipo de enfermedad.
Desde 1885 hasta 1954, cuando fallece, escribió un total de 175 piezas. Entre ellas Los intereses creados –considerada su obra maestra– estrenada el 9 de diciembre de 1907 en el madrileño Teatro Lara, en donde algunas ocasiones formó parte del elenco.
Se integró a la Academia Española en 1916 nombrándolo académico de honor. Seis años después, al fallecer su madre, decide ir a Argentina como director artístico de una compañía de teatro. Durante este viaje se entera que la Academia Sueca le otorgó el Nobel.
Se tiene el conocimiento de que su forma de escribir era sobre su cama, acostado, como si lo hubiera atacado algún tipo de enfermedad.
Mar abierto
Según la publicación de EL UNIVERSAL ILUSTRADO del 22 de febrero de 1923, después de sus presentaciones por Argentina surgió un nuevo territorio por visitar: Chile. Al finalizar, en dicha nación, la serie de presentaciones su camino tomó un nuevo rumbo junto a la compañía de teatro; un lugar que se encontraba al norte: México, un país en el que los españoles cada vez tenían menos influencia dentro de la política y menos flujo migratorio.
Las relaciones entre México y España se encontraban en un punto tenso. Después de la muerte de Carranza el gobierno español se negaba a reconocer al nuevo presidente, Álvaro Obregón, hasta 1921 cuando se realiza el centenario de la consumación de independencia. Momento en el que España decide enviar a Diego Saavedra como representante.
Con esto comienza un nuevo ciclo de relaciones entre ambos países. En 1923, cuando llega Jacinto Benavente, México lo recibe como “embajador intelectual de España”.
Se despidió del puerto de Valparaíso a bordo del “Essequibo”, barco en el que iba uno de sus amigos y colaborador de EL UNIVERSAL ILUSTRADO, Antonio Mediz Bolio quien escribió una crónica, para esta casa editorial, de los días que compartieron en el barco, titulada: En el mar con Benavente.
Crónica de Antonio Mediz Bolio sobre Jacinto Benavente.
“A bordo saludo a mi insigne amigo Jacinto Benavente: estrecho las manos a Lola Membrives, la grande artista, y abrazo a Ricardo Puga, y doy los buenos días a Celia Ortiz, y miro todo el barco revuelto por el ir y venir de la farándula que acaba de embarcar.
“Después de medio año en Buenos Aires y Montevideo y unas semanas en Chile, la compañía Benavente marcha a México, dejando maravillados a los públicos del Sur. Vamos a ser el viaje juntos por merced de la fortuna”, escribe el colaborador de EL ILUSTRADO.
Jacinto Benavente el primer Nobel en México. Su visita fue en 1923.
Mientras el barco seguía su curso, a ese país de Norte América, Mediz Bolio y Benavente se enfrascan en una conversación llena de recuerdos y de nostalgia por una patria que les había dado tanto y de la que, en ese momento, estaban tan alejados.
Dentro de su conversación aparece constantemente México. Ambos hablaban del maravilloso porvenir que podría tener el país después de la Revolución. El dramaturgo y ganador del nobel ya tenía una idea fija sobre nuestro territorio:
–“Lo veo como una tierra de quimera, como cosa de maravilla. Todos sus dolores y sus sueños lo hacen fuerte y digno de la vida más alta y más bella. Sigue viviendo su historia, que es una de las más formidables y gloriosas en el mundo, puesto que junta a la que heredó de España, la incomparable historia de los pueblos indios, que ahonda quién sabe qué profundidad en el tiempo, hasta rozar la épocas del Génesis”.
EL UNIVERSAL ILUSTRADO realizó una portada en honor al ganador del premio nobel de 1922.
Tierra a la vista
Días antes de su llegada a México se preparaba un especial en EL ILUSTRADO, para el cual se entrevistó a seis intelectuales sobre la obra de Jacinto Benavente. Entre los entrevistados estaban: José López-Portillo y Rojas, Rafael López, José Juan Tablada, Antonio Mediz Bolio. Julio Jiménez Rueda y Marcelino Dávalos. Cada uno de ellos tenía buenos recuerdos del escritor español.
“Así como Echegaray es el representativo del teatro romántico, Benavente es todo el teatro español. Un teatro más humano, más real, más nuestro”, comentaba Marcelino Davalos, sobre el teatro benaventino, para EL ILUSTRADO.
Primera página del Especial realizado por EL UNIVERSAL ILUSTRADO hacía Jacinto Benavente. En esta portada se observa el rostro de Benavente.
Llegó a tierras mexicanas el 16 de febrero de 1923. Recibido por la comunidad española en México y Pedro Serrano, representante de EL UNIVERSAL. Después de haber desembarcado tomó un tren para llegar así a la estación de San Lázaro, (donde hoy se ubican las calles de Emiliano Zapata, Rosario, Plaza San Lázaro –en este espacio se encuentran unidades habitacionales– y parte de la Cámara de Diputados) lugar en el que fue recibido de nueva cuenta por la comunidad española. Quienes lo llevaron a un casino “con motivo del arribo de nuestro país del literato más grande de las letras castellanas contemporáneas”.
Don Jacinto Benavente a bordo del vapor que lo condujo a playas mexicanas , unos instantes antes de desembarcar en Veracruz.
Hoy se cumplen 95 años de la llegada del Premio Nobel de Literatura, Jacinto Benavente. México sigue viviendo su historia como dijo Benavente: “que es una de las más formidables y gloriosas en el mundo, puesto que junta a la que heredó de España, la incomparable historia de los pueblos indios, que ahonda quién sabe qué profundidad en el tiempo, hasta rozar la épocas del Génesis”. Tierra en la que hemos visto llegar y vivir a dos premios Nobel de Literatura más, Gabriel García Márquez y Octavio Paz, pero eso es una historia que se contará en otro momento…
Jacinto Benavente con sus actores principales después de un día de ensayos.
Fotografías:
El UNIVERSAL ILUSTRADO y Archivo fotográfico de EL UNIVERSAL.
Fuentes:
Especial: Su retrato mental, EL UNIVERSAL ILUSTRADO; La obra de Jacinto Benavente, EL UNIVERSAL ILUSTRADO; En el mar con Benavente, EL UNIVERSAL ILUSTRADO 15 de febrero de 1923.