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Texto: Mauricio Mejía Castillo
Diseño web:
Miguel Ángel Garnica
Las elecciones presidenciales de 1976 fueron singulares: sólo hubo un candidato. Quienes acudieron a las urnas el domingo 4 de julio para escoger al presidente del sexenio 1976-1982 encontraron que en la boleta sólo aparecía el nombre de José López Portillo y Pacheco, lanzado por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Popular Socialista (PPS) y Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM). Los comicios para nombrar al nuevo Ejecutivo fueron mero trámite.
José López Portillo y Pacheco tenía 56 años cuando llegó a la Presidencia de la República.
En aquella campaña, el partido Comunista Mexicano apoyó la candidatura del líder de izquierda Valentín Campa Salazar. El Partido Femenino postuló a Mariana González del Boy. Ninguno de los dos partidos tenía registro oficial por lo que fueron anulados los votos que obtuvieron. El Partido Acción Nacional era oficialmente reconocido pero no lanzó a ningún candidato.
En enero de 1976 se realizó su Convención Nacional de Elecciones en las que el ingeniero Pablo Emilio Madero obtuvo el 73% de la votación para competir por la presidencia de la República. El estatuto del PAN señalaba que era obligatorio alcanzar el 80% para ser el abanderado del partido; Acción Nacional no figuró en la boleta. El campo estaba libre para López Portillo.
Si sólo López Portillo hubiera votado por él habría ganado la elecciones. Aquí en los comicios de julio de 1982, cuando ya era presidente saliente.
Los únicos rivales reales que tuvo López Portillo, ex secretario de Hacienda y Crédito Público en el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976), estuvieron dentro de su propio partido. En septiembre de 1975 EL UNIVERSAL hablaba de otros seis presidenciables: Hugo Cervantes del Río, secretario de la Presidencia; Augusto Gómez Villanueva, de la Reforma Agraria; Porfirio Muñoz Ledo, del Trabajo; Luis Enrique Bracamontes, de Obras Públicas; Carlos Chávez Betancourt, director del Seguro Social; Mario Moya Palencia, de Gobernación. Echeverría eligió como sucesor al secretario de Hacienda, el gran amigo de su juventud.
El Destape
El 25 de septiembre de 1975, durante la V Convención Nacional Ordinaria del PRI, López Portillo y Pacheco aceptó su candidatura para la presidencia de México. “Acepto la bandera de la Revolución Mexicana en el proceso electoral. La tremolaré después en el pacto social que, desde ahora, acepto con todos los mexicanos a través de los priistas que aquí representan a todos los partidarios de las causas de la Revolución Mexicana”, dijo en el discurso aquel día en el Zócalo de la capital.
Lo escucharon unas 200 mil personas que representaban a los tres sectores del Revolucionario Institucional: la Confederación de Trabajadores Mexicanos, la Nacional Campesina y la Nacional de Organizaciones Populares. José López Portillo era candidato del PRI, título que automáticamente lo convertía en aquello que el Dr. Atl llamó el Señor de México. La Presidencia fue el único cargo de elección popular que ejerció López Portillo.
El régimen de López Portillo es recordado como uno de los sexenios más corruptos en la historia de México.
Dueño de una retórica emocionante, López Portillo tomó protesta como candidato el 5 de octubre. En aquella ceremonia afirmó que amaba a su patria y que creía en ella; que a la causa de su pueblo que era la de su partido entregaba lo que era y podía ser. “Ciudadanos del Partido; tenemos un camino: la justicia por la libertad. La tarea es convencer para vencer con el voto de las mayorías, capacitar para participar y participar para compartir, todo ello es expresión de nuestra democracia política y social. ¡Viva el PRI! ¡Viva México!”.
López Portillo era un gran orador.
Siete años después, en su último informe presidencial, pidió perdón por los errores de su gobierno. Fueron famosas las lágrimas que derramó el 1º de septiembre de 1982. El sexenio lopezportillista quedó en la historia como uno de los más corruptos.
Se hizo famosa una canción en aquella campaña: Con José, con José yo progresaré. El lema del candidato era “La solución somos todos”. Durante el sexenio fue cambiado popularmente a “La corrupción somos todos”.
La Elección
Casi 26 millones de personas acudieron a votar el 4 de julio de 1976. Se eligieron también diputados y senadores. En total, 17 millones votaron por López Portillo para presidente. Él mismo recordó en una entrevista para el programa de televisión “Los Sexenios” de Enrique Krauze: “Tuve satisfacción y desazón de ser candidato único. De tal manera que con que hubiera votado mi mamá por su hijito Pepito hubiera yo salido”. Y fue en casa de su mamá donde tranquilamente esperó aquel domingo a que se hiciera oficial su triunfo.
Para esa elección, el PRI echó mano de la mejor tecnología. En sus oficinas de la calle de Lafragua fue instalada una computadora que contaba cada voto en favor del partido en todo el país.
Las elecciones del 76, sin embargo, dieron paso a una reforma política que abrió espacio en el congreso a otros partidos políticos.
López Portillo tomó posesión como presidente el 1º de diciembre de 1976.
Nuestra foto principal es de octubre de 1975. El candidato del PRI a la Presidencia, José López Portillo, saludando en plena campaña. Archivo fotográfico EL UNIVERSAL.
Fuentes:
Hemeroteca de EL UNIVERSAL. Entrevista a José López Portillo para el programa de televisión “Los Sexenios” de Enrique Krauze.