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Texto: Aída Castro Sánchez
El 9 de mayo de 1942, antes de embarcarse en el Potrero del Llano con rumbo a Nueva York y perder la vida, el teniente de Fragata Rafael Castelán Orta se despidió de su padre con un abrazo, le dio una caja de chocolates y una bolsa con cien pesos para que se los entregara a su mamá, la señora Juana Orta, como regalo del Día de las Madres.
El 17 de mayo de 1942, el señor Donaciano Castelán Navarrete, papá del desaparecido teniente contó a EL UNIVERSAL que antes de partir, su hijo le mencionó que “no tuviera cuidado porque los alemanes no se metían con los mexicanos”; sin embargo, eso no sucedió.
Cuatro días después de aquella despedida, el barco Potrero del Llano fue torpedeado por el submarino alemán U-564, el cual lo interceptó en las costas de Florida al navegar con dirección al norte, de acuerdo con las noticias que se publicaron en este diario.
El 13 de mayo se cumplen 76 años del ataque alemán contra este barco mexicano al servicio de Petróleos Mexicanos, (Pemex) que abastecía a Estados Unidos. En el percance murieron 14 marinos, de los 35 que conformaban la tripulación, lo cual orilló a México a participar en la Segunda Guerra Mundial dos años después con el envío del Escuadrón 201 en la zona de las Islas Filipinas al mando del general estadounidense Douglas MacArthur.
El 15 de mayo de 1942 EL UNIVERSAL publicó en primera plana la agresión alemana contra el buque petrolero nacional, hecho que el gobierno mexicano señaló como un “incalificable atentado”.
Una noche de horror
El horror vivido aquella noche del miércoles 13 de mayo fue narrado a través de un telegrama del teniente de navío Jorge Mancisidor, superviviente del Potrero del Llano, exclusivo para EL UNIVERSAL y publicado el 22 de mayo.
En el texto Mancisidor describió cómo fue ese episodio: “Los que quedamos vivos después del incendio y hundimiento de nuestro barco, veníamos dormidos, a excepción de dos o tres que se disponían a cubrir la guardia de las doce a las cuatro de la mañana.
“El oficial de guardia se ocupaba de hacer su cálculo para fijar la situación precisa del barco y entregarlo al relevo correspondiente, permaneciendo también de guardia el segundo oficial Jorge Pawling Salazar, cuando de pronto oímos una tremenda explosión y sentimos que el barco se movía de forma violenta. Salí inmediatamente de mi camarote y pude darme cuenta de que el puente de mando había desaparecido quedando doce tripulantes del otro lado.
“El boquete que causó el torpedo fue exactamente abajo del camarote del capitán, produciéndose la explosión precisamente en el depósito del combustible y quedando la nave partida en dos entre popa y proa. El incendio que sobrevino al instante convertía además a nuestro barco en una hornaza infernal”, describió Mancisidor.
Uno de los buques petroleros nacionales torpedeado por los germanos en 1942 y que abastecía a los Estados Unidos.
El 15 de mayo de 1942 se publicó el titular: “Potrero del Llano hundido por un submarino”. La nota describía cómo un sumergible del Eje lo echó a pique no obstante que llevaba todos los signos de su nacionalidad y viajaba con las luces encendidas. De los 35 tripulantes sólo se habían salvado 22. El capitán y los oficiales perecieron.
El tanque nacional había sido construido en Inglaterra en 1921 y bautizado F.A.Tamplin, cambió su nombre a Arminco en 1921 y ochos años más tarde a Lucifero, después en abril de 1941 fue rebautizado como Potrero del Llano en honor a uno de los fructíferos campos petroleros en Veracruz, de acuerdo con el libro A través de mis cristales, escrito por Héctor Chavarría.
Este diario dio seguimiento a todas las reacciones que se registraron tras este ataque. El 16 de mayo el senador Fernando Magro Soto dijo: “El hundimiento del barco es una agresión incalificable que hace que a México no le quede otro recurso que declarar la guerra. Considero que México nunca antes había sufrido un ultraje semejante y por lo mismo es patriótico.”
El 28 de mayo de 1942 el presidente Manuel Ávila Camacho declaró la guerra contra los países del Eje conformado por Alemania, Italia y Japón.
Además del Potrero del Llano otros cuatro buques petroleros fueron hundidos en 1942. El Faja de Oro (20 de mayo) en el que diez tripulantes fallecieron. El Tuxpan (26 de junio) que dejó cuatro muertos. Las Choapas (27 de junio) donde perdieron la vida cuatro tripulantes. Por último, cinco personas fallecieron en el derribo del Amatlán (4 de septiembre).
“Como vi el hundimiento de mi barco”
El 22 de mayo de 1942 EL UNIVERSAL publicó el testimonio de Vicente Solano López, tercer maquinista del barco Potrero del Llano y superviviente, quien vivió la tragedia en aquellas horas de angustia: “Me llamo Vicente Solano López, soy maquinista o mejor dicho era maquinista de tercera del barco tanque Potrero del Llano. Eran aproximadamente las 23 horas y cincuenta minutos del día 13 de mayo de 1942, cuando el cuarto maquinista Guillermo León Medina me pidió que lo relevara.
“Al terminar de ponerme los zapatos escuché una explosión tremenda, por lo que el barco se cimbró fuertemente unos instantes que parecía voltearse, mi primer pensamiento fue dirigirme a los botes salvavidas para que en caso de haber peligro de muerte al menos intentar ganar el lugar que me correspondía en dichos botes. Después subí a la cubierta y en el espacio que ocupaba el puente del barco había desaparecido entre las llamaradas inmensas a causa del impacto.
En un desplegado publicado el 16 de mayo de 1942 en las páginas de EL UNIVERSAL, los trabajadores de Materiales de Guerra mencionan que cada uno de ellos “contribuirá con un día de sueldo para la compra de material bélico a fin de responder como las circunstancias lo exigen, a la agresión de que hemos sido víctimas por las hordas nazifacistas”.
“Después se inició una lluvia de chispas ardientes que me obligaron a volver a cubierta donde me reuní con algunos compañeros donde lanzamos las balsas salvavidas. Después de incendiarse todo el combustible que se derramó del buque al mar, aquello adquirió un espectáculo dantesco, imposible de describir. Estuvimos en el agua por espacio de tres horas un grupo de cinco supervivientes, hasta que fuimos rescatados por un bote patrulla de los Estados Unidos y allí nos proporcionaron ropa, café e impermeables para cubrirnos del frío.
“En mi opinión perecieron todos los que en sus camarotes se encontraban en la parte media del buque. El engrasador Enrique Vieyra, el cual se lanzó al agua junto con todos nosotros los que nos encontrábamos en la popa, y que yo presumo que la corriente lo lanzó a la zona del fuego, quemándose, pues se oyeron dos o tres desgarradores gritos y luego nada…”, concluyó el relato.
Caravana fúnebre de las víctimas del Potrero del Llano y Faja de Oro, que se desplazó por las poblaciones de Hidalgo hasta llegar a la Ciudad de México, para una ceremonia en memoria de los marinos fallecidos.
El 24 de mayo de 1942 llegaron a México los supervivientes del Potrero del Llano, así como el cadáver de su compañero el maquinista Rodolfo Chacón, en un féretro envuelto en una bandera mexicana, tenía 54 años de edad y había muerto en un hospital de Florida.
Realizaron un recorrido por Ixquimilpan, Hidalgo y otras zonas como Colonia, Jacala y Laredo, donde la gente los recibió con flores, después se trasladaron a la ciudad de México y llegaron hasta el Palacio de Bellas Artes, donde se levantó la capilla ardiente para recibir el cadáver de Chacón. Más de cien coronas florales adornaron la amplia sala del recinto. Entre los asistentes a la primera guardia estuvo el legendario líder de la CTM, Fidel Velázquez.
En el primer aniversario del hundimiento del Potrero del Llano y otros cuatro buques petroleros nacionales, Pemex rindió tributo a la memoria de las víctimas y publicó un desplegado con el nombre de los trabajadores muertos en los incidentes de 1942.
Dos días después del ataque, el 15 de mayo se realizó un primer homenaje en memoria de los patriotas muertos en el Potrero del Llano. El señor Efraín Buenrostro, gerente de Petróleos Mexicanos, dispuso que se suspendieran totalmente las labores de la industria del petróleo en la República durante diez minutos, de las 17:00 a las 17:10 horas; asimismo, todas las oficinas de la industria estuvieron de luto.
Por su parte, Petróleos Mexicanos enlutó su edificio en homenaje a la memoria de los marinos mexicanos víctimas de la injustificada agresión de los totalitarios contra la Patria, publicó este rotativo.
El presidente Manuel Ávila Camacho saluda a los miembros del Escuadrón 201, integrado dos años después del artero ataque a cinco buques petroleros mexicanos, en 1942.
La participación del Escuadrón 201
En 1939 tras la invasión de Alemania a Polonia inició el conflicto bélico mundial, que duró seis años, entre los países del Eje y los Aliados. Durante los inicios de la Segunda Guerra Mundial México se había mantenido al margen, hasta que los buques petroleros Potrero del Llano y cuatro más fueron hundidos por los germanos en 1942.
Dos años después del ataque, el 8 de mayo de 1944 el gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho anunció que soldados mexicanos serían llevados a distintos frentes de batalla a mediados de julio.
México participaría al lado de los Estados Unidos con una unidad expedicionaria, en apoyo de los aliados, en la zona de las Filipinas, así surgió la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (FAEM), conocida como Escuadrón 201.
Homenaje a los miembros del Escuadrón 201, en Iztapalapa, donde se encuentra el Monumento a los militares de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (FAEM).
El Escuadrón 201 salió de México el 24 de julio de 1944 hacia los Estados Unidos, donde fue entrenado en bases aéreas de Texas para ir al campo de batalla, uniéndose al grupo número 58 de la Fuerza Aérea estadounidense, a cargo del general Douglas MacArthur en el Pacífico.
El ingeniero Fernando Nava Musa y el Coronel Carlos Garduño Núñez, durante la ceremonia conmemorativa del 71 aniversario del regreso del Escuadrón 201.
De acuerdo con la información publicada, el Escuadrón 201 realizó 96 misiones en compañía de los Aliados de la Segunda Guerra Mundial, lanzó 252 bombas de propósito general y voló mil 966 horas en zonas de combate.
A 73 años del fin de uno de los eventos más cruentos del siglo XX, se calcula que perdieron la vida cerca de 18 millones de civiles y casi 9 millones de soldados entre rusos, ucranianos, bielorrusos y de otras naciones soviéticas, de acuerdo con información del Museo de Memoria y Tolerancia.
Nuestra foto principal pertenece a uno de los cinco barcos petroleros mexicanos hundidos, en 1942 y la fuente es la web. https://mx.tuhistory.com
Vista de la estatua de la Madre Patria en el museo de la Gran Guerra Patria en Kiev, Ucrania, donde se celebró el Día del Recuerdo y Reconciliación en honor de quienes perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial, en la víspera del 73 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi.
Diseño web: Miguel Ángel Garnica.
Fuentes:
Archivo El Universal