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El arte de Diego Rivera en las paredes de un mercado

Inaugurado en 1934, tiene pinturas en sus muros que fueron realizadas por discípulos de Diego Rivera

El arte de Diego Rivera en las paredes de un mercado
24/05/2018 |23:00
Redacción El Universal
Periodista de EL UNIVERSALVer perfil

Texto: Aída Castro Sánchez

Diseño web:

Miguel Ángel Garnica

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El mercado Abelardo Rodríguez, inaugurado en 1934, es el primero en tener pinturas murales en sus instalaciones. En las entradas, vestíbulos, patios, paredes, plafones y pasillos del mercado se encuentra parte de la historia del muralismo mexicano, pinturas que fueron elaboradas por alumnos de Diego Rivera.

De acuerdo a un recorrido realizado por este diario, algunas obras presentan cuarteaduras, como los murales de Grace Greenwood ( La minería ), el de Ángel Bracho ( Las vitaminas ) y el de Ramón Alva ( Las labores del campo ), éste último está en curso de restauración por parte del INBA.

Con un salario de cinco pesos diarios empezaron a pintar en junio de 1934, los diez muralistas que participaron en este proyecto supervisado por Diego Rivera. El arquitecto Enrique Aragón Echegaray fue el asesor artístico y se ocupó de hacer una revisión de los metros por pintar de cada uno de los artistas, así como del costo de sus materiales, de acuerdo con los datos del libro de Esther Acevedo.

Muralistas  

Las hermanas Marion (1909-1970) y Grace Greenwood (1912-1979), Miguel Tzab (1908), Pablo O´Higgins (1904-1983), Antonio Pujol (1913-1995), Ángel Bracho (1911-2005), Ramón Alva (1802-), Pedro Rendón, Raúl Gamboa (1914-2006) e Isamu Noguchi (1906-1988) en su mayoría fueron alumnos de Rivera en la Academia de San Carlos, quien fungió como el “fiador artístico” y pagó dos mil pesos de fianza.

Las temáticas que abordaron en los murales del mercado iban desde la producción de los alimentos hasta la explotación de los campesinos, obreros y mineros, así como la lucha contra el nazismo, de acuerdo con Esther Acevedo.

La superficie para pintar dentro del mercado se vio disminuida y de 2 mil 733 metros pasaron a mil 500, debido a desacuerdos con las autoridades del entonces Departamento Central del Distrito Federal que los contrató.

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El mural La minería, describe el proceso de la acuñación en las minas. Fue pintado por la neoyorkina Grace Greenwood en 1935 y se encuentra en la entrada de Rodríguez Puebla. La artista llegó a México en 1933.

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El mural Las labores del campo, fue realizado por Ramón Alva Guadarrama entre 1934 y 1935. Se encuentra en la entrada de las calles de República de Venezuela y Rodríguez Puebla. Esta fue la segunda obra mural individual y la última de Alva porque poco después murió de cáncer.

La obra de Bracho, localizada en el techo de la escalera monumental que daba acceso al Teatro Cívico, hoy cerrado, muestra el desgaste, la humedad y la falta de mantenimiento. Leticia Ramírez, secretaria general de Comerciantes, señala que por desacuerdos entre las autoridades del INBA, de la delegación y las del mercado, es la única pintura que no se le ha dado mantenimiento.

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El mural Las vitaminas, del artista Ángel Bracho plasmaba la importancia de estos productos que podían contribuir a una alimentación equilibrada.

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El mural de Bracho pintado al fresco en 1934, muestra un evidente deterioro al paso de las décadas. Ubicado en el techo de la escalera monumental de acceso al Teatro Cívico, entrada que hoy ya no da paso a este lugar.

Durante el siglo XIX en los terrenos que hoy ocupa este mercado se encontraba el antiguo Colegio jesuita San Gregorio, destinado a la enseñanza del catecismo y alfabetización de los indios, de acuerdo con el texto “Jóvenes muralistas apuestan a un proyecto popular: El Mercado Abelardo R. Rodríguez”, de la investigadora Esther Acevedo.

En la década de los años treinta, a la par del desarrollo de las artes y la urbanización, existía una imperante necesidad de tener organizado y limpio el comercio ambulante, porque la ciudad carecía de centros adecuados y “los vendedores ambulantes contribuyen a complicar el desagradable aspecto de nuestras calles y obras como ésta (el mercado Abelardo L. Rodríguez) ayudarán a descongestionar el comercio de las calles de la Corregidora, del Carmen y parte de la Lagunilla”, dijo el jefe del Departamento del Distrito Federal, Aarón Sáenz, durante la apertura del mercado en 1934.

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En 1934, durante la inauguración del mercado Presidente Abelardo L. Rodríguez estuvieron presentes el presidente electo, Lázaro Cárdenas, el presidente saliente, Abelardo L. Rodríguez, y las autoridades del gobierno capitalino. FOTO: Mediateca INAH.

El mercado Presidente Abelardo L. Rodríguez fue inaugurado el 24 de noviembre de 1934. Las autoridades capitalinas realizaron una gran ceremonia y a las doce horas y seis minutos la Orquesta Típica de Policía tocó el Himno Nacional.

Entre los invitados se encontraban el presidente saliente Abelardo L. Rodríguez, el presidente electo, Lázaro Cárdenas, el jefe del Departamento del Distrito Federal, Aarón Sáenz, así como varios diplomáticos, entre ellos el escritor Alfonso Reyes, embajador de México en Brasil, de acuerdo con la crónica publicada en este diario.

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EL UNIVERSAL publicó en primera plana la crónica de la inauguración del mercado Presidente Abelardo L. Rodríguez, “donde se congregaron millares de personas de todas las clases sociales”.

La construcción del lugar estuvo a cargo del arquitecto Antonio Muñoz y se realizó cuando estaban “en auge las grandes obras con funciones múltiples, además de incluir la transformación social del individuo a partir de los postulados revolucionarios”, de acuerdo con la investigadora Acevedo.

Como parte del mismo proyecto al lado del mercado se construyó lo que hoy es el Teatro del Pueblo, una galería con patio central, salones en los que la gente puede aprender distintos oficios y técnicas artísticas, además de una guardería.

El mercado Abelardo Rodríguez fue el primero en la década de los años treinta en tener murales en sus instalaciones. En 2014 surgió el “Proyecto Marchante. Un trueque con el arte”, el colectivo se encargó de decorar los muros de diez de los más de 300 mercados que hay en la Ciudad de México. Entre ellos, están el mercado Jamaica, el Juárez y el de Medellín, entre otros.

Los mercados y sus murales

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El lote donde fue construido el mercado perteneció a la Compañía de Jesús a finales del siglo XVI y en tiempos prehispánicos a los barrios de Atzacualco, de acuerdo con el texto de la investigadora Sonia Lombardo.

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El mercado Juárez, ubicado en la avenida Chapultepec, tiene en la fachada un mural que describe su historia y fue pintado por el Colectivo Chiquitraca en 2014.

En la visita realizada por este diario al Abelardo Rodríguez , como se le conoce popularmente, observamos algunos murales deteriorados y no es posible identificar el nombre del autor, la temática abordada, el año en que fue realizado o su técnica, información que podría ayudar a los visitantes a conocer la importancia de estas obras representativas del muralismo mexicano.

Los murales

Para saber la ubicación de los murales y su autor, Leticia Pineda, secretaria general de los comerciantes del mercado Abelardo L. Rodríguez, proporcionó a este diario un diagrama que ubica la obra de los diez muralistas. También se consultó el mapa publicado en el libro de la investigadora Esther Acevedo.

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Distribución de los murales en el mercado Abelardo L. Rodríguez. Imagen tomada del libro Jóvenes muralistas apuestan a un proyecto popular: El Mercado Abelardo L. Rodríguez, de Esther Acevedo.

Los diez murales de los jóvenes pintores se encuentran distribuidos de la siguiente forma: en la fachada principal, hacia la calle de Venezuela, las pinturas de Antonio Pujol (Los alimentos y los problemas del obrero), de Ángel Bracho (Influencia de las vitaminas), de Pedro Rendón (Escenas populares) y de Ramón Alva Guadarrama (Las labores del campo). Sobre el callejón de Girón están la obra de Raúl Gamboa (Los mercados) y de Miguel Tzab (Los mercados).

En las instalaciones del Centro de Ayuda al Alcohólico, ubicado en las esquinas de las calles de República de Venezuela y Rodríguez Puebla están los murales de Ramón Alva (Las labores del campo).

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El espacio que ocupan los murales de Ramón Alva se encuentra en la esquina de República de Venezuela y Rodríguez Puebla. Su obra El amanecer, está pintada en un plafón dentro del Centro de Ayuda al Alcohólico y sus Familiares (CAAF).

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Detrás de una juguería se localiza el mural Producción de carbón, pintado por Ramón Alva.

Hacia la calle de Rodríguez Puebla esquina con Girón están las obras de las hermanas Marion (La industrialización del campo) y Grace Greenwood (La minería). Andrea Belém Flores, comerciante del mercado Abelardo L. Rodríguez menciona que en cada aniversario le da una “pasadita” a los murales para limpiarlos del polvo. Con más de dos décadas vendiendo en este lugar, dice que en este tiempo las autoridades encargadas de restaurar las obras le han dado dos o tres retoques.

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El mural Mercado de Jamaica fue pintado por Marion Greenwood en 1935. Se encuentra en la entrada del mercado, en las esquinas de las calles de Ramírez Puebla y Venezuela. La narrativa aborda la entrada y salida de ese centro de abasto, sitio que se surtía de otros mercados de la ciudad en la década de los años treinta.

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En la entrada del mercado que está en las esquinas de Ramírez Puebla y el callejón de Girón, se encuentran las instalaciones del Centro Comunitario donde ofrecen servicio dental, médico y de masajes. Es aquí, en el primer piso, donde está un relieve de cemento y ladrillo, cuyo título es Historia de México, que elaboró el artista japonés Isamu Noguchi.

Para el desarrollo de la obra que Pablo O´Higgins realizó entre los años de 1934 a 1936, escogió los corredores del patio que correspondía al ex Colegio de San Gregorio. Algunos investigadores del muralismo mexicano ubican al estadounidense de ser el líder intelectual de los jóvenes pintores del mercado Abelardo L. Rodríguez.

En los años veinte surge el movimiento del muralismo mexicano y el aparato político callista obligó a los artistas a definir su postura política, la cual necesitaba institucionalizar la revolución. Los muralistas que se inclinaron por distintas posiciones frente a la política cultural de Calles fueron David Alfaro Siqueiros, Xavier Guerrero, entre otros, y como consecuencia no se les permitió volver a pintar muros en esa década. En los años posteriores se desgastaron los planteamientos que dieron origen al muralismo.

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La obra del japonés Isamo Noguchi, Historia de México, es una escultopintura en cemento, realizada en 1936. El relieve del muro tiene 2 metros de altura y 22 metros de largo. El artista plasmó los símbolos de la guerra y el fascismo, así como la acumulación del capital.

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El mural Historia de México fue el primer gran trabajo de Noguchi, en cemento coloreado y ladrillo.

FOTOS ACTUALES: Aída Castro

FOTO PRINCIPAL:

Mediateca INAH

FUENTES:

Archivo y Hemeroteca de EL UNIVERSAL. http://archivo.eluniversal.com.mx/notas/433638.html. Acevedo, Esther. Jóvenes muralistas apuestan a un proyecto popular: El Mercado Abelardo R. Rodríguez . Lombardo, Sonia. Desarrollo urbano del México-Tenochtitlán, México . INAH. http://www.centrohistorico.cdmx.gob.mx/. https://www.inba.gob.mx