Texto: Consuelo Juárez
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Miguel Ángel Garnica
Si bien el escultismo tiene una estructura de origen en lo militar, no fue nunca la intención de Baden Powell crear soldados, sino que, a través del contacto con la naturaleza y una educación basada en inculcar valores, contribuir a la formación completa de los jóvenes para volverlos responsables, líderes y desarrollar una sensibilidad hacia los intereses ajenos, tanto de su patria como del mundo.
Imagen publicada en EL UNIVERSAL ILUSTRADO, donde niños exploradores marcha junto al presidente mexicano Venustiano Carranza en 1918.
Los Boy Scouts de Puebla y de Jalisco fueron captados por la lente del fotógrafo Carlos Muñana, pionero de la fotografía a contraluz. Las imágenes fueron publicadas el 24 de mayo de 1918 en las páginas de EL UNIVERSAL ILUSTRADO. En ellas se aprecia a un grupo de jóvenes vestidos con uniforme, portando armas, tras participar en un desfile militar frente al presidente Venustiano Carranza.
¿Los niños exploradores en sus inicios estaban militarizados? Francisco Macías Valadez, presidente Nacional de la Asociación de Scouts México y de Pedro Díaz Maya, jefe scout nacional, responden que no y explican a EL UNIVERSAL el movimiento que representan y que nace en Inglaterra en 1907.
Pedro Díaz Maya, jefe scout nacional (izquierda) y Francisco Macías Valadez, presidente Nacional de la Asociación de Scouts México (derecha). Foto: Irvin Olivares. EL UNIVERSAL.
El escultismo surgió en México en 1912 de la mano de Andrés Gómez Oreján, quien formó en Veracruz el primer grupo de exploradores en el país, siguiendo parcialmente las enseñanzas de Baden Powell, autor del libro Escultismo para muchachos.
Los primeros Scout posan para una instantánea captada en Veracruz en 1912. Asociación Scouts México.
Hay que destacar que si bien aquel grupo y los que surgieron en diferentes partes de la República, como en Yucatán y en Hidalgo, practicaban las enseñanzas y métodos de Baden Powell, no estaban regularizados, y en algunas ocasiones, explican los líderes scout, se confundían sus funciones, o bien, al no conocerse el movimiento, eran confundidos con cadetes, pues los uniformes eran muy parecidos.
“Es importante aclarar que no es uno de los preceptos la utilización de armas, ni siquiera es parte de la visión mundial del movimiento. La visión del movimiento es más bien todo lo contrario”, explica Díaz Maya.
Francisco Macías comenzó a ser Scout desde 1950. Portaba su uniforme –que en aquel entonces eran todos iguales, camisola gris y short azul marino- con su navaja sostenida por el cinto.
Las hachas se portaban por doquier también desde el principio del movimiento, pues eran buenas herramientas para sobrevivir en la naturaleza. Sin embargo, afirman los líderes, jamás fueron, ni son en la actualidad utilizadas como armas y se siguen usando de forma responsable. Lo único que ha cambiado, es que ya no pueden portarse como parte del uniforme. “Obviamente no podemos meternos al Metro con nuestras hachas, porque no nos dejan, pero lo que hacemos es adaptarnos a la modernidad.”
Imagen de los años 60 donde observa como los niños exploradores se preparan para armar su campamento en el bosque de la Marquesa.
Si bien los grupos que seguían el escultismo en México fueron pioneros del movimiento en nuestro país, fue reconocido hasta 1926 por la Conferencia Mundial celebrada en Suiza, quedando registrada ante la Organización mundial como Exploradores Nacionales de la República Mexicana. En 1932 el nombre fue cambiado a Asociación de Scouts de México.
En 1926 la Organización mundial reconoció oficialmente a los scouts mexicanos con el nombre de Exploradores nacionales de la República MexicanaAsociación Scouts México.
Es de noche, la fogata atrás está encendida. La instrucción es: Sin lámparas ni nada que alumbre el camino, intérnense en el bosque y encuentren la pañoleta que amarré en un árbol. El que la traiga, es el ganador. Salgan en cuanto suene el silbato. Sean valientes. Los caminantes salen disparados hacia el bosque sin nada más en mente que encontrar la pañoleta.
Los integrantes del movimiento deben regirse por la Ley Scout, que redactada en 10 decretos, realza las virtudes y obligaciones que muchachos y dirigentes deben cumplir. Entre estas, se resaltan el honor, la confianza, el altruismo, la responsabilidad, la pulcritud, y la lealtad.
Al celebrarse el XIII aniversario de la Fundación de Grupo La Salle, 50 lobatos -grupo scout de La Salle- formularon la solemne promesa de lealtad y servicio a la Patria y al prójimo. Imagen de 1967.
La actividad descrita al principio, es una de tantas que son empleadas dentro del método scout para generar estas habilidades y virtudes, fáciles de aprender mediante el juego. Aunque en el pasado ponderaban los adolescentes de 12 años en adelante, en la actualidad los niños pueden integrarse al movimiento a partir de los 7 años y perdurar hasta los 21.
Los grupos se dividen en secciones de acuerdo a la edad. En cada sección se realizan diferentes actividades de acuerdo a la etapa de aprendizaje y desarrollo de los miembros.
Los más pequeños, de 7 a 11 años, conforman la sección Manada de lobatos, cuya camisola es amarilla para representar la semilla de una flor. Mediante el juego desarrollan la creatividad.
De los 11 a los 14 años los scouts forman parte de la Tropa y usan camisola verde que representa una planta en crecimiento. Ellos desarrollan el gusto por la aventura, el carácter y la capacidad para trabajar en equipo.
De los 14 años hasta antes de los 18, se forman la Comunidad de caminantes, quienes portan camisola azul que representa la flor de la semilla y desarrollan su compromiso social y trabajan en sus propios proyectos.
El Clan de Rovers es la última etapa de la formación scout. Los jóvenes de 18 a 21 años visten camisola roja que representa el fruto maduro. Trabajan y aprenden a tomar las riendas de su propia vida sin olvidar el empeño por cambiar el mundo. Ellos pueden convertirse después en scouters y dirigentes.
"La verdadera misión que tiene el movimiento es crear una universidad de valores, de liderazgo, de organización de trabajo en equipo, de acto responsable paralelo con la familia, y todo eso, lo trabajamos con complementos de las técnicas clásicas del Escultismo que sí son mucho de hacha, cuchillo topografía, fogatas, camillería, pero todo eso lo utilizamos como un complemento", relata Díaz Maya.
A lo largo de los años, la sociedad se ha formado la idea de que los Scouts simplemente se reúnen en parques a jugar y que las actividades no son más que un medio de distracción y que lo único que saben hacer es prender fogatas, montar tiendas de campaña y trepar árboles.
En la historia del escultismo en México se ha tratado de esclarecer esta idea. En 1923, el periódico El País dedicó dos columnas a explicar con lujo de detalle cómo funciona en realidad el movimiento: “El ciudadano es el eje diamante sobre el cual gira el bienestar de la comunidad. El programa de los jóvenes exploradores es ante todo una gran escuela práctica de civismo”, publicó el diario.
“Si bien Scout significa explorador y si formamos personas para que sean hábiles en la naturaleza, lo que en realidad buscamos es que el desarrollo de liderazgo del joven por medio de esas herramientas les sean útiles para la vida” refuta Pedro Díaz.
Pedro Díaz Maya, jefe scout nacional de la Asociación de Scouts México. Foto: Irvin Olivares. EL UNIVERSAL.
Además de estas actividades, el escultismo se caracterizó desde sus inicios por la participación de sus jóvenes en celebraciones patrióticas, artísticas y científicas, como expositores, o bien apoyando en el resguardo de la seguridad de los asistentes, relata el texto de El País de 1923.
“Yo prometo por mi honor hacer cuanto de mí dependa para cumplir mis deberes para con Dios y la patria, ayudar al prójimo en toda circunstancia y cumplir fielmente la Ley Scout”, es la promesa que Baden Powell creó para ser recitada cuando un muchacho recibe su pañoleta. Es responsabilidad de todo aquél que la haya pronunciado cumplirla en la medida de sus posibilidades y es una promesa de por vida.
En la actualidad, los scouts siguen participando en estas actividades y llegan a crear las suyas propias. En cuanto a la seguridad de los contingentes, por ejemplo, relata Macías, hay una perfecta coordinación entre la asociación y autoridad gubernamental del Estado en que se realice el servicio.
Francisco Macías Valadez, presidente Nacional de la Asociación de Scouts México. Foto: Irvin Olivares. EL UNIVERSAL.
Cada 12 de diciembre a la Basílica de Guadalupe, llegan más de 7 millones de peregrinos a visitar a la Virgen, según datos de la Delegación Gustavo A. Madero, publicados por EL UNIVERSAL el año pasado. Los Scouts tienen una labor importante a la que llaman “hacer valla”, en donde tomados de las manos en línea, ayudan a los visitantes a seguir el camino correcto, además de verificar la seguridad y ayudar en caso de algún percance.
Los Scouts, relata el presidente de la asociación, estuvieron plenamente comprometidos con la organización de las olimpiadas en 1968 y en el Mundial de 1970. “En esos tiempos, cuando había problemas con los estudiantes, los únicos jóvenes a los que se nos permitía involucrarnos, era a los Scouts y estuvimos en los diferentes eventos haciendo valla”, relata. También participan en partidos de futbol, en las visitas papales y en otros eventos que requieren de apoyo en cuestión de seguridad u organización.
Los scouts colaboran en diversas eventos. En las Olímpiadas de México 1968 se involucraron en la organización de la justa deportiva. Asociación scouts México.
Para ayudar al medio ambiente, los scouts suelen realizar actividades de recolección de basura, reforestación, y desde hace 13 años llevan a cabo “La flor de lis más grande del mundo”. Durante todo el año, los scouts recolectan latas de aluminio para al final, formar con ellas a lo largo de la plancha del zócalo el símbolo mundial del escultismo, la flor de lis. La intención, es crear conciencia social y educación en el manejo sustentable de residuos sólidos.
Al final, todos los scouts que asisten al evento, rompen filas para correr y generar con patadas una lluvia de latas. La experiencia es dolorosa, pero completamente divertida. El aluminio recolectado se vende y las ganancias son donadas a alguna institución de beneficencia.
Desde hace 13 años se forma “La flor de lis más grande del mundo”, los scouts mexicanos juntan durante todo el año latas de aluminio con las que forman la imagen en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México.
Además, menciona Francisco Macías, el año pasado se organizaron para, en conjunto barrer la Central de Abasto. 1000 scouts se reunieron aquella vez, y además participaron 700 jóvenes externos al movimiento. Dicha acción los hizo acreedores de un Récord Guiness.
“Siempre listos para servir” es el lema que rige la vida del Scout. Ya sea para bajar a un gato de un árbol, ayudar a un invidente a cruzar la calle o para remover escombros, brindar primeros auxilios o recolectar víveres y entregarlos a las comunidades más pobres en la sierra, o en las mejores zonas de la Ciudad de México.
La mañana del 19 de septiembre de 1985, una fuerte sacudida de la tierra interrumpió la rutina de los mexicanos. El terremoto de 8.1 grados Richter derrumbó edificios y casas, dejando atrapadas bajo los escombros a miles de personas.
Los Scouts se hicieron presentes de inmediato, algunos estaban en sus escuelas, otros en sus casas, y otros en la calle, camino a sus actividades diarias. Desde los más pequeños, niños integrantes de las Manadas hasta los adultos scouters comenzaron a organizarse de inmediato, sin haber recibido aún el llamado de “siempre listos” de dirigentes.
Sin haber recibido aún el llamado de “siempre listos”, los exploradores respondieron a la emergencia durante los sismos de 1985.
Los relatos del libro “No hubo dragones. Testimonios Scouts del terremoto de 1985”, dan cuenta de que la forma de actuar de toda la comunidad scout fue similiar pues corrieron a sus casas a ponerse el uniforme y salieron a las calles hacia los edificios derrumbados. Los que lograban organizarse por teléfono, o trasladarse a las casas de otros scout, partían en conjunto, y algunos otros, solos.
La rapidez con la que se movilizaron los jóvenes fue impresionante. Minutos después del terremoto estuvieron en las zonas de desastre para cargar escombros; dirigir el tránsito; llevar alimentos, brindar primeros auxilios, organizar y proteger a la sociedad e incluso, rescatar personas de entre las ruinas.
“Llegaron los scouts y uno de ellos, al ver una rendija bajo la losa en medio del montón de escombros dijo:
-Yo me meto.
Se oía un llanto. Entró el scoutito y sacó al niño. Al salir dijo: “Hay otro”.
Se volvió a meter y se cae la losa”, relató sobre estos jóvenes Elena Poniatowska en su libro Nada, nadie. Las voces del temblor.
El temblor del 85 mostró a la sociedad la organización, el altruismo y el amor a la patria del movimiento scout mexicano. Hoy en día, afirma Macías, el gobierno sigue reconociendo la disposición y las ganas de hacer las cosas sin recibir nada a cambio.
En el temblor del 19 de septiembre del pasado año, los scouts de la capital se reunieron en brigadas en las instalaciones de la oficina scout nacional, ubicada en la calle Córdoba de la colonia Roma, en donde se organizaron y partieron a las zonas de necesidad.
A diferencia del terremoto del 85, cuenta Díaz, todo estuvo muy bien comunicado. “Teníamos perfectamente claro qué edificio tenía qué situación y llegábamos a los edificios y ya había tanta ayuda que no necesitaban de nosotros”, explica el scout.
“Así que a lo que nos dedicamos fue hacer centros de acopio, aquí y en los estados y todo se mandaba a Xochimilco, a Oaxaca o a las zonas necesitadas. Si nos pedían manos en algún centro de acopio de la ciudad íbamos y apoyábamos; estuvimos en Coyoacán, llenamos tráileres, apoyábamos en todo lo que se necesitara y todo se hizo de manera muy ordenada”, precisa Pedro Díaz.
Al igual que en 1985, los exploradores volvieron a responder a la emergencia, honrando el lema scout “Siempre listos para servir”.
Todos los víveres que se recolectaron fueron transportados y recibidos en su destino por los mismos scouts, quienes se aseguraron que la ayuda íntegra llegara verdaderamente a los damnificados.
Además, en Tetela del volcán, Pedro Díaz coordinó un proyecto en donde se reconstruyeron la barda de una escuela rural y una casa que resultó dañada. Esto, cuenta el dirigente, se realizó con recursos del Fondo Mundial Scout y con el apoyo de los jóvenes del movimiento.
También es importante precisar que aunque la organización es autónoma, en este tipo de actividades siempre existe coordinación con las instituciones gubernamentales para no generar caos.
Pedro Díaz Maya, jefe scout nacional (izquierda) y Francisco Macías Valadez, presidente Nacional de la Asociación de Scouts México (derecha). Foto: Irvin Olivares. EL UNIVERSAL.
Boy scout se traduce literalmente como “chico explorador”, haciendo referencia únicamente al género masculino. En sus inicios, el escultismo estaba pensado sólo para los hombres, explica Macías, pues no era bien visto que una mujer realizara "estas actividades".
Al fallecer Robert Baden Powell, su esposa decidió crear un movimiento parecido, pero únicamente con mujeres. Sin embargo, sus labores se relacionaban más con la cocina, el zurcido y actividades "apropiadas para las damas".
Al pasar el tiempo y después de la segunda guerra mundial, la liberación femenina y el cambio de costumbres comienzan a tener su auge, sin embargo, no es sino hasta 1972 que las mujeres son integradas como beneficiarias del movimiento mundial.
En México, esta integración tardó ocho años más. Las mujeres se unieron al escultismo mexicano hasta 1980. En la actualidad, la asociación está conformada por el 52% de mujeres y el 48% de varones. Tanto mujeres como hombres realizan las mismas actividades y comparten los mismos espacios, en el mundo y en nuestro país.
En la imagen, un desfile muy especial de los scouts sobre Paseo de la Reforma, en la toma se aprecian a las niñas y niños exploradores, las chicas llevan falda y los chicos pantalón corto.
Estados Unidos dio el último paso, pues recientemente anuncio que se incluirán a las mujeres en el movimiento, pues a pesar de existir grupos de Girls Scouts, aún ponderaba el separatismo. Las mujeres estadounidenses podrán conformar patrullas mixtas a partir del próximo año.
Los niños y jóvenes con capacidades diferentes pueden participar en el escultismo uniéndose a cualquier grupo. Sin embargo, reconoce Pedro Díaz, es una labor difícil, pues requiere de una preparación especial por parte del scouter y la inclusión total de los padres.
En el evento de “La flor de lis más grande del mundo” del presente año, el gobierno de la Ciudad de México entregó a la asociación a cambio de las latas un cheque por 185 mil 212 pesos. Los recursos serán empleados para otorgar becas a los 30 jóvenes que formarán al Grupo 21, que será el primero integrado por scouts con Síndrome de Down en México, afirma información retomada de EL UNIVERSAL.
Niños y jóvenes con capacidades diferentes pueden participar en el movimiento scout.
A lo largo de su existencia, el movimiento scout ha crecido considerablemente. Al primer campamento scout, celebrado en 1908 en Brownsea, sólo asistieron 20 integrantes. En la actualidad, la cifra de scouts alrededor del mundo suma más de 42 millones de jóvenes y dirigentes. El movimiento tiene presencia en más de 200 países
En México se encuentran registrados 42 mil miembros scout activos alrededor de toda la república mexicana, sin embargo, afirma Macías, “hay que ser conscientes de que hay muchas personas que por motivos personales han tenido que dejar las actividades, pero una vez scout, siempre scout”, afirma convencido, por lo que presume, la cifra sería mucho mayor.
La actual meta del movimiento, es que para 2023 sean ya 100 millones de scouts alrededor del mundo.
Actualmente, la asociación lleva a cabo una campaña de difusión llamada #Únete, que funcionará principalmente a través de redes sociales y se colocarán espectaculares en diferentes espacios públicos proporcionados por las autoridades.
Por último, ambos scouts llaman a la sociedad a acercarse a conocerlos, pues la desinformación, y el creer que los scouts “sólo van a jugar” propicia una idea errónea que provoca burlas y evita que más personas se acerquen al movimiento. “México necesita ciudadanos con valores íntegros, y el movimiento los desarrolla. Así que conózcanos e intégrense con nosotros”, pide Pedro.
“Únete como scouter, únete a un grupo y únete incluso dentro de la asociación. Todos somos uno”, dice Francisco Mecías en un mensaje dirigido a México. “Es el mejor lugar para que los niños y jóvenes de 7 a 21 años, tengan una educación no formal, pero muy comprometida para crear hombres de bien” Afirma el presidente de la asociación.
Pueden integrarse al movimiento niños y niñas de cualquier credo, pues a pesar de ser importante la fe, no está destinada a un dios en particular. El acercamiento se hace a través de grupos cercanos a su comunidad o en la oficina nacional ubicada en Córdoba 57, Roma Norte.
Un adulto puede, de igual manera, acercarse a las oficinas si quiere convertirse en scouter, para lo cual deberá cumplir con los requisitos de ser económicamente estable y no tener antecedentes penales, además de pasar por una capacitación.
Foto principal:
Campamento de Boy Scouts en la Marquesa. Imagen captada en los años 60. EL UNIVERSAL.
Fotos:
Fototeca EL UNIVERSAL. Asociación de Scouts de México. EL UNIVERSAL ILUSTRADO.
Fuentes:
Hemeroteca de EL UNIVERSAL. Entrevista con Francisco Macías Valadez, presidente Nacional de la Asociación de Scouts México y de Pedro Díaz Maya, jefe scout nacional. EL UNIVERSAL ILUSTRADO. Dossier de la Asociación de Scouts México. Hemeroteca Nacional.