Texto: Carlos Villasana y Ruth Gómez.

Fotografías actuales: José Antonio Sandoval Escámez.

Diseño web:

Miguel Ángel Garnica.

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En 1861, como resultado de la nacionalización de los bienes eclesiásticos, surgió una calle que con el paso del tiempo se convertiría en una de las más transitadas del Centro Histórico. La avenida Cinco de Mayo sigue fungiendo como alternativa peatonal a Madero y una entrada vehicular al corazón de la capital.

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro

La foto antigua es una imagen de la Avenida Cinco de Mayo vista desde el hoy Eje Central en los años 60, el sentido de la circulación cambió.

Nació tras la desaparición del claustro de La Profesa y tardó un poco de tiempo en ser aceptada y utilizada con frecuencia por la población. El escritor y cronista Héctor de Mauleón menciona en su texto “La calle maldita” que los habitantes de la ciudad tenían miedo de deambular por ahí, ya que se pensaba que podría dar mala fortuna a quien se atreviera a atravesarla: ese abandono supersticioso provocó que los terrenos se vendieran muy esporádicamente, convirtiendo al sitio en un “muladar”.

Después de la victoria del Ejército Mexicano contra los franceses, el 5 de mayo de 1862, el gobierno de la ciudad decidió bautizarla como “Calle Cinco de Mayo”, colocándole una placa. De acuerdo con nuestro compañero, un año más tarde, cuando los franceses ocuparon la capital, “mucha gente lloró de indignación (...) cuando un grupo de zauvos [infantería del ejército galo] balaceó el letrero que recordaba a los invasores el descalabro que habían sufrido en Puebla”.

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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Placa actual de la vía Cinco de Mayo.

Fue justo en esa calle donde se conmemoró por primera vez, en 1868, el triunfo de “La Batalla de Puebla”. Debido a la importancia del evento que le dio nombre, los gobernantes empezaron a embellecer la calle, acordando construcciones de edificios comerciales, de vivienda y de entretenimiento.


Las joyas de Cinco de Mayo
 

Entre 1881 y 1883 se ampliaron dos callejones que se encontraban frente a la torre occidental de la Catedral Metropolitana: el de Mecateros y el Arquillo, la ampliación llegó hasta la calle de Vergara, hoy Bolívar, donde se encontraba el Gran Teatro Nacional, cuya construcción había sido aprobada por Santa Anna a inicios de la década de 1840.

 

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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En la primera imagen de la década de 1880, se observa un callejón. En la segunda imagen, sin fecha, ya es notoria la ampliación de la vía. Al fondo, el Teatro Nacional y detrás de él las copas de los árboles de la Alameda Central.

En el libro “Cultura y literatura en el Centro Histórico de la Ciudad de México”, Alejandro Rosas narra que la idea de dicho teatro había sido de un famoso empresario de nombre Francisco Arbeu, quién le encomendó a Lorenzo de la Hidalga su construcción.

La primera piedra la colocó el entonces presidente Santa Anna en 1842 y dos años después, en 1844, fue inaugurado con el nombre de “Gran Teatro de Santa Anna” que posteriormente cambiaría a Teatro de Vergara, Teatro Nacional y a Teatro Imperial.

Cientos de capitalinos observaron desde sus butacas grandes temporadas de ópera representadas por compañías internacionales; fue en su interior que un 15 de septiembre de 1854 se tocó por primera vez el Himno Nacional y para la década de 1860 se presenció por primera vez el “can can” o el teatro de revista. Sin saberlo, la última función que los habitantes de la ciudad pudieron contemplar fue el 03 de octubre de 1900, con la ópera “Aída” interpretada por connacionales.

Casi sesenta años después de su inauguración, las autoridades porfirianas anunciaron que el Teatro Nacional sería restaurado; la noticia fue aceptada por todos los estratos sociales ya que sabían que le urgían ciertas composturas; sin embargo, en 1901 se dio a conocer que no existiría tal remodelación y que sería demolido: “la noticia cayó como bomba entre la gente del teatro, los cronistas, los artistas y parte de la sociedad que acudía regularmente a sus funciones.

No tardaron en aparecer rumores de que Limantour se beneficiaría con la demolición del Nacional y la apertura de Cinco de Mayo, desde la Calle de Vergara hasta Niño Perdido [hoy Eje Central]”, escribió Alejandro Rosas, la demolición se llevó a cabo del 8 al 21 de mayo de 1901.

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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La avenida 5 de Mayo, vista desde lo alto de la Catedral Metropolitana a finales de los años veinte del siglo pasado. Colección VIllasana - Torres.

El Edificio París, se construyó en 1907 en la esquina de Cinco de Mayo y Motolinía, construido en para alojar a la Compañía Bancaria de Fomento y Bienes Raíces de México S.A., en su planta baja abrió en 1909 el primer cine de “permanencia voluntaria”, el Cinematógrafo-Cine Club de Jorge Alcalde. Hoy, la planta baja aloja a una tienda de suministros médicos y diversas tiendas de ropa.

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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Fotografía del Edificio Paris, cercana a 1910. Colección VIllasana - Torres.

Mauleón escribió que aquí también “se levantó uno de los primeros rascacielos que hubo en la ciudad: el edificio de La Palestina, cuyos cinco pisos de altura despertaban el ingenuo asombro de los caminantes”.

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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Edificio de La Palestina sobre Cinco de Mayo a la altura de la hoy calle de Bolívar en la década de los años 20.

En esta calle también vemos una dulcería que poco ha cambiado desde su apertura en 1874, la Dulcería Celaya, entre las calles de Bolívar y Motolinía, sobre Cinco de Mayo.

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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Esta famosa dulcería está sobre Cinco de Mayo, entre las calles de Bolívar y Motolinía.

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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Edificio de Ferrocarriles sobre Cinco de Mayo y Bolívar. Imagen de los años 30.

Asimismo, existen dos cafés que siempre tienen una larga fila para ingresar, La Blanca y El Popular, cuyos tradicionales sabores de pan, café y platillos mexicanos deleitan o tranquilizan el hambre que provoca una jornada de compras, de trabajo o de visita en el Centro Histórico.

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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Sobre Cinco de Mayo se erigen edificios de diversos estilos arquitectónicos, que son testigos de cómo se ha desarrollado la urbe, en qué ha fallado o en qué sigue siendo similar al siglo en el que nació.

En la actualidad, el tramo cercano a la Plaza de la Constitución es continuamente cerrado para evitar el congestionamiento vial o para privilegiar al peatón cuando hay ferias o eventos en el Zócalo.

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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La foto antigua es la Avenida Cinco de Mayo hacia el Zócalo capitalino en los años 60. La segunda es una vista de cómo luce hoy. La circulación ha cambiado.

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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Imagen de Cinco de Mayo en los años 80.

Desde Mochilazo en el Tiempo los invitamos a mirar hacia arriba cuando caminen por esta o las demás calles del Centro, para gozar del patrimonio que ha logrado trascender a pesar del tiempo.

Avenida Cinco de Mayo, de muladar a importante vía del Centro
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Vista de la calle de 5 de Mayo a mediados de los años treinta. Del lado derecho se aprecia la fachada estilo Art Déco del Cinema Palacio, donde hoy se encuentra un estacionamiento, y del izquierdo, el letrero de una sucursal de los populares Sombreros Tardán. Al fondo se distinguen los árboles de la Alameda Central FOTO: Colección Villasana-Torres

La foto principal es la avenida Cinco de Mayo en una postal de las primeras décadas del siglo pasado. Colección. Villasana-Torres.

En nuestra foto comparativa antigua observamos al Gran Teatro Santa Anna, luego llamado Teatro de Vergara y posteriormente Gran Teatro Nacional. Colección. Villasana-Torres / "La capital de México, 1876-1900".

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Así luce hoy esta céntrica avenida vista hacia el Zócalo capitalino.

Fotografías antiguas:

Colección Villasana - Torres.

Fuentes:

Artículo ”La calle maldita” de Héctor de Mauleón, EL UNIVERSAL. Libro “Cultura y literatura en el Centro Histórico de la Ciudad de México”.

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