Más Información
Más de 10 mil aspirantes registrados para elección judicial 2025; Monreal destaca alta participación
Claudia Sheinbaum felicita a Yamandú Orsi por su triunfo en Uruguay; “El Frente Amplio regresa a gobernar por voluntad del pueblo”
México en COP29; reitera propuesta de reforestar 15 millones de hectáreas y alcanzar cero emisiones para 2050
“Es tiempo de unidad para lograr el cambio”; María Teresa Ealy dialoga con comerciantes del Sagrado Corazón en Miguel Hidalgo
Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas; ONU México hace llamado a la acción colectiva
Ken Salazar acude a misa por la paz y la justicia en México; obispo Francisco Javier invita a abandonar el “funcionalismo”
Atadas de manos y pies, sin vida y con signos de tortura : así encontraron a una mujer de 41 años de edad y a una adolescente de 13 en el municipio de Palmarito, Puebla , hace una semana. Cuando la estadística de feminicidios en esa entidad parecía no crecer más, volvió a estallar; sólo para confirmar que el Estado camotero vive su etapa más violenta del último lustro en cuanto al asesinato de mujeres.
Ellas representaron los feminicidios 97 y 98 de la entidad en este año, pero también eran madre e hija. Y tres meses antes Mara Castillo , una estudiante secuestrada, violada y asesinada en un motel, fue el feminicidio número 83 de ese Estado. A pesar de eso, la Secretaría de Gobernación decidió no emitir la Alerta de Violencia de Género en esa entidad por considerar insuficientes las condiciones de riesgo en las cuales vive el sector femenino.
Algo parecido ocurrió en la Ciudad de México , cuando el Instituto Nacional de las Mujeres dijo a EL UNIVERSAL que emitir la misma alerta en la capital del país no era una opción, pues sólo “hay 500 mujeres que están en riesgo feminicida y tenemos 5 millones de mujeres en la Ciudad, estamos hablando de menos del 1 por ciento”.
Con todo eso, el estudio La violencia feminicida en México, aproximaciones y tendencias 1985-2016 , de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), informa que la CDMX ocupó el cuarto lugar en homicidios de mujeres durante el 2016, pero al tener una tasa de 3.1 asesinatos por cada cien mil pobladoras queda rezagada al lugar número 19 en la lista de estados más mortales para el sector femenino.
La muerte de Lesvy Osorio es uno de los casos más conocidos en la capital. La estudiante de 22 años fue hallada en una caseta telefónica de Ciudad Universitaria el pasado 3 de mayo. La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México explicó a los medios que Lesvy presentaba marcas de asfixia por el cable telefónico y eso apuntaba a que la mujer se había suicidado. Sin embargo, organizaciones como el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, con ayuda de expertos forenses, probaron lo contrario: las pruebas más bien insinuaban que había sido asesinada.
Por otra parte, como sucedió en la CDMX, Puebla padeció 96 homicidios de mujeres en 2016 y sin problema se cuela a la lista de las entidades más riesgosas según el listado de la ONU. Pero por su cantidad de población femenina se ubica en la posición 22 del listado.
Puebla, Guanajuato, Tlaxcala, Baja California, Querétaro, Tabasco y Cajeme, un municipio de Sonora, han sido las demarcaciones donde la Alerta de Violencia de Género se ha negado. Ésta sí se ha declarado en 12 estados de la República.
De todos esos estados, también Guanajuato es uno de los más peligrosos para el sector femenino, pues ahí ocurrieron 121 asesinatos de mujeres durante el 2016 según el mismo estudio de la organización internacional.
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia señala en su artículo 22 que será emitida cuando “los delitos del orden común contra la vida, la libertad, la integridad y la seguridad de las mujeres, perturben la paz social en un territorio determinado y la sociedad así lo reclame, y cuando exista un agravio comparado que impida el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres”.
Asimismo, la ONU resume la condición de las mujeres en México en una frase: “Niñas, mujeres jóvenes, adultas y de edades avanzadas viven en riesgo constante de sufrir algún tipo de violencia, y prácticamente todas, en algún momento de su vida, han sido víctimas de violencia o han experimentado su amenaza por el simple hecho de ser mujeres”.