era un comerciante polaco aficionado a la astronomía. Este personaje del siglo XVII estaba dotado de una capacidad visual fuera de serie que lo llevaba a observar estrellas de hasta séptima magnitud a simple vista, sin embargo, sus ojos no podían resolver todos los misterios estelares, así que construyó nuevos instrumentos de observación y creó un observatorio en el techo de su casa. El llamado (Ciudad de las estrellas), uno de los mejores observatorios del mundo hasta la creación de varias instituciones astronómicas europeas.

Su pasión por lo llevó a crear uno de los más extensos catálogos de la época y un atlas celeste: Catalogus Stellerum Fixarum y Firmamentum Sobiescianum. Otro gigante de la Astronomía y de las Matemáticas, Claudio Ptolomeo, escribió en Alejandría (norte de Egipto) uno de los libros más influyentes de la historia, el Almagesto, un catálogo de mil estrellas conocido como el Catálogo de Ptolomeo que sirvió de base para que a lo largo de la historia muchos otros, como el caso de Hevelius, sumaran sus propias observaciones.