La agresión física experimentada a edades tempranas podría significar uno de los factores principales que desencadenará comportamientos violentos durante la vida adulta, según un estudio divulgado en el que se consideró a este fenómeno como una de las grandes pandemias sociales en la actualidad.
Un grupo de expertos de las universidades de Córdoba y Cambridge analizaron dos cuestionarios realizados a 871 estudiantes , con 10 a 17 años de edad, para conocer las emociones y las conductas negativas que pueden producirse en diferentes entornos como el escolar y familiar.
Para los expertos, la violencia tiene graves consecuencias en los ámbitos económicos y sociales , impactando en la salud y relaciones de las personas, por ello consideraron como "un paso indispensable para su prevención" la identificación de diferentes experiencias de vida, desde la infancia y la adolescencia, que probablemente hayan motivado a este tipo de manifestaciones.
Raquel Espejo, de la Universidad de Córdoba, dijo que "estas conductas se refieren a problemáticas en casa, incluyendo violencia física contra los padres, hermanos y hermanas; en la escuela, incluyendo violencia física contra el profesorado y compañeros; y otros entornos, incluyendo mala conducta en público".
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Ante los resultados de la investigación, Espejo expuso que uno de los factores detonantes tiene que ver con las decisiones impulsivas y una motivación “ciega” para lograr los objetivos propios, sin importar las consecuencias que implica el uso de la violencia.
Agregó que el grupo de investigación detectó que ser víctima de acoso escolar es otro de los factores de riesgo. Del mismo modo, planteó que las personas que hacen uso de la violencia suelen justificar sus actos a través de excusas con la finalidad de minorizar la gravedad de los mismos.
Los expertos consideraron que, para resarcir las consecuencias que pudieran desatarse en la vida adulta, es importante haceer un pronóstico temprano de los comportamientos violentos , desde meses y años antes del desarrollo de los mismos.
Por otro lado, la investigadora mencionó que poner en práctica la conciencia social, la autogestión, la motivación y la toma de decisiones previene los comportamientos violentos.
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"Es importante la prevención de la violencia, tanto de la victimización como de la agresión, ya que los datos encontrados en esta y otras investigaciones indican que la violencia es un círculo vicioso; ser agresor o víctima conlleva un alto riesgo de desarrollar el rol inverso, consolidando y aumentando la violencia dentro y fuera de la escuela", señaló Espejo.
Ante esta situación, los investigadores continúan con el desarrollo de estrategias que combatan este tipo de comportamientos, por lo que creyeron importante capacitar a los adolescentes con la finalidad de que reevalúen sus metas y las consecuencias de su comportamiento violento "podría tener un impacto en la disminución de la violencia más adelante", advirtió.
nrv