Las jornadas de vacunación enfocadas en el combate del Covid-19 avanzan con velocidad, pues ahora las autoridades sanitarias mundiales están interesadas en inmunizar a la población infantil , uno de los grupos que forman parte de los “ supercontagiadores ”. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha exhortado a los gobiernos a dirigir las vacunas , prioritariamente, a las regiones más desfavorecidas, pues sólo de esa manera se evitará la desigualdad y brecha social.
Desde que comenzó la pandemia , a finales del 2019, ha sido notable la falta de organización entre las autoridades facultadas, en materia de regulación y control sanitario de los países, y el organismo de las Naciones Unidas. Mientras que los gobiernos se han preocupado por proteger a sus poblados de nuevos brotes, la OMS busca sofocar los efectos del Covid-19 equitativamente.
"Entiendo que algunos países quieren vacunar a sus niños y adolescentes, pero les insto a reconsiderarlo y a dar vacunas a Covax ", expresó Tedros Adhanom , director general de la OMS, el mayor promotor de la alianza que busca garantizar el acceso indiscriminado de las vacunas para todas las regiones del mundo.
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Foto: AP Photo/Jae C. Hong
En la actualidad, a las distintas formas de abordar la emergencia sanitaria se ha sumado la pretensión de inmunizar a niños y adolescentes. Pese a que este sector de la población tiene menos probabilidades de adolecer la sintomatología del nuevo coronavirus , es bien sabido que son considerados dentro del grupo de los “supercontagiadores”, pues portan la enfermedad asintomáticamente, pero con una alta carga viral.
En este respecto, una investigación liderada por la Universidad de Colorado en Boulder, en Estados Unidos (EU), sugirió que “los supercontagiadores son más peligrosos que las nuevas variantes de preocupación (VOC, por sus siglas en inglés)”.
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De esta manera, las autoridades sanitarias han tomado medidas para evitar un esperado rebrote durante las fiestas decembrinas. Una de ellas es la vacunación de la población más joven. Estados Unidos inició la inoculación en personas de 12 a 15 años y Reino Unido comenzará a inmunizar a niños y adolescentes europeos en septiembre de 2021. A su vez, cada vez son más los países interesados en integrar a los más pequeños dentro de los programas de vacunación.
¿Qué tan seguro es vacunar a la población joven?
Hasta la fecha, la evidencia científica ha demostrado que el SARS-CoV-2 tiene un impacto menor en las poblaciones jóvenes, ya que sus sistemas inmunes están en proceso de maduración, a diferencia de los adultos mayores, pues su respuesta inmunológica envejece junto con ellos. Sin embargo, los padres de familia y tutores ansían que su descendencia sea considerada en los planes de inmunización. Así lo relató Kawsar Talaat , de la Escuela de Salud Pública “Johns Hopkins Bloomberg” en Baltimore, Maryland.
“Los padres están clamando por inscribir a sus hijos en los primeros ensayos de la vacuna Covid-19 en niños pequeños; llamaron, llamaron y llamaron hasta que se les permitió participar”, detalló la científica de vacunas, que forma parte del ensayo clínico de Pfizer , enfocado en este grupo de edad.
Foto: Jacob Hamilton/Ann Arbor News via AP
Estos ensayos tomaron en cuenta las diferencias en el sistema inmunológico de los niños y la susceptibilidad al Covid-19, en comparación con los de los adultos, con el objetivo de establecer protocolos de seguridad adicionales: “Los niños no son pequeños adultos”, aseguró la especialista.
A pesar de que el Covid-19 grave es inusual en los niños y adolescentes que contraen la enfermedad, James Conway, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de Wisconsin-Madison, aseguró que se ha presentado un caso por cada mil, en el que un infante desarrolla el síndrome inflamatorio multisistémico. Este síntoma podría tener consecuencias fatídicas como la muerte del paciente.
“Estoy cansado de ver niños enfermos. Quiero que estén protegidos”, apuntó el investigador de vacunas.
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Conway, en una publicación de “ Nature ”, expuso que las vacunas disponibles han demostrado una alta probabilidad de bloquear la transmisión del nuevo coronavirus. Estos indicios han motivado a los investigadores a proponer la vacunación en niños, ya que “si realmente queremos volver a la normalidad, necesitamos lograr la inmunidad colectiva en todos los grupos que potencialmente contribuyen a la transmisión”, resaltó.
Por su parte, Talaat agregó que, frente a una población conformada por adultos mayores inmunizados, los niños y adolescentes serán el siguiente blanco del SARS-CoV-2, así como de las variantes emergentes. “La transmisión de Covid es ahora más candente en las personas más jóvenes. El virus encontrará formas de sobrevivir y propagarse a menos que cerremos las vías”, advirtió.
Foto: AP Photo/Jae C. Hong
Si bien, la vacunación de los más jóvenes es imprescindible, los expertos reconocieron que los ensayos clínicos deben ajustarse al perfil de estos. Las adecuaciones que se han llevado a cabo tienen que ver con una variedad en las cantidades suministradas en cada una de las dosis. El objetivo de los científicos es que los ajustes a las vacunas proporcionen una respuesta inmune lo suficientemente efectiva, sin que desencadene demasiados efectos secundarios.
¿La respuesta a las vacunas varía entre los jóvenes y adultos?
De acuerdo con Donna Farber , inmunóloga de la Universidad de Columbia, una de las principales diferencias en la forma que el organismo de un niño recibe una vacuna, es que su sistema inmunológico está repleto de células que no han detectado patógenos, por lo que tienden a producir una fuerte respuesta inmunitaria.
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La especialista destacó que, hasta el momento, la vacuna de Pfizer es el tratamiento con mayor fiabilidad para ser administrado entre las personas de 12 a 15 años. Además, Farber señaló que este grupo etario desarrolló niveles sustancialmente más altos de anticuerpos que aquellos con 16 a 25 años.
Sin embargo, la potencialidad de un sistema inmune, relativamente nuevo, tiene consigo otros efectos no tan positivos. Uno de ellos es que los niños y adolescentes vacunados tienen más probabilidades, en comparación a los adultos, de desarrollar fiebre después de la inoculación.
fjb