" Brain Advanced Computer Surgery Simulator " o simplemente " BACSIM " es un simulador , desarrollado por universitarios de la UNAM , para preparar a las y los profesionales médicos a llevar a cabo una neurocirugía de forma tridimensional, en la que se extirpan tumores. El proyecto que, desde hace seis años, se basó en tecnología robótica y realidad virtual ha sido probado por el Hospital General de México y ya se encuentra en proceso de ser patentado.
Miguel Ángel Padilla Castañeda y Juan Salvador Pérez Lomelí, del Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT), son los líderes del proyecto, pero también contaron con la colaboración del personal médico del Hospital General. El neurocirujano Aldo Hernández trabajó con el simulador universitario, que combina elementos físicos con una cabeza de un maniquí y tecnología robótica en la búsqueda de entrenar antes de llevar a cabo una intervención quirúrgica de tal magnitud, pues hacer pruebas con pacientes resulta muy riesgoso.
“Las oportunidades de ir aprendiendo son escasas y son de riesgo para los pacientes. Por ello hicimos este sistema que tiene elementos físicos y virtuales, con una representación del sitio quirúrgico y dos robots con los cuales se manipulan los elementos virtuales y proporcionan la sensación de tacto del tejido, dando una sensación muy similar a estar en el quirófano, tanto táctil como visualmente”, comentaron los autores del proyecto.
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Una neorocirugía abarca a todas las enfermedades del sistema nervioso central; controla todas las partes del cuerpo, el sistema nervioso periférico; se encarga que el cerebro y la médula espinal reciban y envíen información a otras áreas del cuerpo, el sistema nervioso vegetativo autónomo; regula de las funciones viscerales involuntarias del organismo.
Este sistema, aseguran sus creadores, es único en su tipo, pues ningún otro simulador creado en otras partes del mundo utiliza modelos físicos y virtuales de pacientes:
“No existe ningún sistema similar al nuestro. (...) Los dos o tres que existen tampoco consideran, en el caso de aneurismas, la exploración del valle Silviano, somos los únicos que lo han incorporado", resaltó el doctor Padilla Castañeda.
Además, se convirtió en la primera tecnología, generada nacionalmente, que es instalada y evaluada en un nosocomio; es decir, fuera del laboratorio de investigación.
Desde su concepción en 2006, los expertos añadieron diferentes tecnologías que optimizaron la utilidad de BACSIM. Con los años, el equipo de la UNAM hizo uso de modelos de simulación, por realidad virtual, y modelos matemáticos de biomecánica de los tejidos, con el objetivo de representar técnicas quirúrgicas de alto riesgo.
Pero este logro no habría sido posible sin la intervención de los médicos, pues necesitan conocer el sistema para trabajar con él y, por obvias razones, de resultados en los pacientes.
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De acuerdo con los especialistas, el simulador universitario "se encuentran entre las más complejas y riesgosas de aprender, normalmente le lleva años de adiestramiento al médico".
“Se trata de que el simulador sea lo más real al quirófano. El cirujano no está sentado enfrente de una computadora, sino de pie, como de frente a un paciente y lo que se trata es que el aparato sea ergonómicamente activo. Hemos hecho, además de un simulador grande, otros pequeños que nos permitiría trabajar tanto nacionalmente o con el mercado latinoamericano”, dijo Pérez Lomelík, experto en desarrollar de prototipos.
Una de las claves del buen funcionamiento del simulador -revelaron- fue recrear el comportamiento, tanto del cerebro como del tumor, en la búsqueda que se vea y se sienta lo más realista posible, para que la o el médico experimente la resección del segundo, como si se encontrara ante el paciente.
melc