Ciencia y Salud

Un año de pandemia: La Antártida esquiva al Covid, pero no la contaminación

La comunidad científica ha tenido que recurrir a estrictos protocolos y medidas de seguridad para evitar la propagación del coronavirus

Foto: EFE/Instituto Antártico Chileno, archivo
10/03/2021 |11:48
Redacción
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La ha conseguido de momento, gracias a las estrictas medidas de seguridad y protocolos impuestos a la comunidad científica , esquivar al virus responsable de la de , pero no la contaminación atmosférica , procedente en su mayoría de combustibles fósiles y de otros continentes.

Lo han corroborado los científicos españoles, que acaban de cerrar las bases Gabriel de Castilla y Juan Carlos I y emprendido el camino de regreso a casa tras una de las campañas más difíciles, atípicas y exigentes a causa de la pandemia, que comenzó con el buque oceanográfico "Hespérides" parado tras detectarse un brote a bordo y el fallecimiento del sargento primero de la Armada Francisco Rodríguez Sánchez, quien formaba parte de la dotación.

Parado el "Hespérides", todo el apoyo logístico a las bases españolas ha recaído en el buque oceanográfico "Sarmiento de Gamboa" durante los casi dos meses que se ha prolongado una campaña de investigación marcada por el covid-19 y los protocolos que el personal científico y militar español ha cumplido para evitar la introducción del virus en el continente más prístino.

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Los investigadores españoles han profundizado este año en el conocimiento de la interacción termodinámica entre los glaciares y el océano, en el papel que desempeñan los pingüinos en determinados ciclos biogeoquímicos , en la evolución de algunos volátiles bajo el volcán de Isla Decepción o en la evaluación del aire antártico mediante novedosas técnicas láser .

Un año de pandemia: La Antártida esquiva al Covid, pero no la contaminación

En el estudio de los aerosoles atmosféricos en la Antártida participan investigadores de la Universidad de Zaragoza y de la Universidad Complutense de Madrid con financiación del Ministerio de Ciencia para determinar la calidad del aire y el origen -en gran parte natural pero también claramente humano- de las partículas que ya contaminan el aire del continente.

El investigador César Marina Montes ha explicado que en la Antártida predominan las partículas atmosféricas de origen natural (terrestre o marino) pero ha señalado que han encontrado partículas de plomo, cobre o estaño en concentraciones superiores a las que hay en el suelo de las islas y que revelan un origen humano.

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Marina, del Departamento de Química Analítica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, ha explicado a EFE que han utilizado una novedosa tecnología (denominada "espectroscopia de plasma inducida por láser") para evaluar la calidad del aire y caracterizar las partículas atmosféricas y completar así los trabajos de investigación que llevan a cabo, con la ayuda del Ejército de Tierra, desde la campaña 2016-2017.

La mayor parte de las partículas de origen humano proceden de combustibles fósiles , ha detallado el científico, pero ha incidido en que se trata de momento de concentraciones "muy bajas" , comparables a las que se producen en las zonas rurales menos pobladas "y para nada comparables a las concentraciones de nuestras ciudades".

Un año de pandemia: La Antártida esquiva al Covid, pero no la contaminación

Foto: AP

Todavía es muy difícil estimar los efectos negativos que esa contaminación tiene sobre los ecosistemas antárticos , pero el investigador ha observado que el continente actúa "como termostato" de la Tierra y que todo lo que ocurre allí influye en el resto del planeta y viceversa, y que los estudios han demostrado ya que la Antártida se ha calentado, durante los últimos treinta años, tres veces más que el resto de la Tierra.

Tiene -ha subrayado- el aire más puro del planeta, por la casi nula interacción humana y el aislamiento de los continentes más próximos gracias a los vientos circumpolares; es un territorio "de paz y de investigación"; pero algunos contaminantes logran penetrar en su aire, procedentes de zonas próximas o del creciente número de cruceros turísticos y del intenso tráfico marítimo en el Cabo de Hornos.

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La campaña que finaliza ha sido la más atípica y exigente de la historia -el Comité Polar español tuvo que reorganizarla tras el brote de covid-19 en el Hespérides cuando ya se dirigía a la zona-, y los científicos y militares han tenido que cumplir estrictos protocolos ( pruebas PCR , cuarentenas en los hoteles, grupos "burbuja" , etc) para evitar que el SARS-CoV-2 penetrara en el continente .

Los científicos y el personal técnico de numerosos países han comenzado ya a replegarse antes de que comience el invierno y de que las temperaturas extremas conviertan en casi imposible la permanencia en el sexto continente, pero en ese lento regreso los investigadores y los militares vuelven a realizarse los preceptivos controles antes de emprender el viaje de vuelta a casa.

La campaña ha servido también, ha narrado a EFE César Marina desde una de esas escalas, para recordar a la humanidad "que somos muy vulnerables; que la conservación y el respeto a la Naturaleza es esencial para evitar futuras pandemias y que cuanto mayor respeto tengamos hacia ésta, mayor salud tendremos".

nrv

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