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Ingenieros nipones han desarrollado una tecnología que usa realidad virtual (VR) para crear un mapa de la distribución de la contaminación radiactiva en el interior de la accidentada planta nuclear de Fukushima y ayudar a su desmantelamiento.
La tecnología integra imágenes 3D con las mediciones de radiación obtenidas con dispositivos operados a distancia, como robots, para "visualizar equipos contaminados y escombros en el interior de los edificios que forman parte de la planta de Fukushima Daiichi", explicó hoy a Efe el responsable del proyecto, Tatsuo Torii.
Las mediciones se usan posteriormente para crear gráficos tridimensionales del interior de los edificios y reproducirlos con tecnología de realidad virtual, que ayuda a su visualización.
Tras conocer a través de estas imágenes la distribución de zonas y objetos muy contaminados es posible desarrollar planes de trabajo que "mantengan seguros a los trabajadores mediante el control de las fluctuaciones en la distribución de la radiación", explicó Torii, miembro de la Agencia de la Energía Atómica de Japón (JAEA).
Los reactores 1, 2 y 3 de la planta atómica de Fukushima Daiichi (noreste) sufrieron fusiones parciales de sus núcleos a raíz del desastre desencadenado por el terremoto y el tsunami del 11 marzo de 2011, y un gran volumen de sustancias radiactivas se dispersaron en el interior de los edificios.
Debido a que los rayos radiactivos se dispersan cuando chocan con las paredes o el suelo, es difícil determinar de manera detallada la ubicación de las zonas con sustancias radiactivas, pese a que pueda medirse el nivel de radiación mediante dosímetros.
Con esta nueva tecnología de la JAEA ha creado una cámara que analiza los niveles y ángulos de los rayos radiactivos y muestra ubicaciones en rojo donde se descargan fuertes rayos de radiación.
El equipo realizó una prueba en el reactor 1 en marzo en la que pudieron detectar "con claridad" lugares contaminados, dijo Torii.
La JAEA está manteniendo conversaciones con la propietaria de la central, Tepco Electric Power (TEPCO) , para comenzar la aplicación práctica de esta tecnología en 2019 en el desmantelamiento de la planta, una tarea que se prolongará entre tres y cuatro décadas.
Este desarrollo podría tener otras aplicaciones "en lugares donde las personas no pueden acercarse fácilmente debido a las altas dosis de radiación, como en el espacio", añadió el investigador. EFE