Un nuevo dispositivo de muestreo inspirado en el origami es capaz de plegarse para tomar la forma de un contenedor y capturar delicados organismos marinos. Funciona instalado en brazos robóticos.
El océano abierto es el entorno más grande y menos explorado de la Tierra. Se estima que contiene hasta un millón de especies que aún no se han descrito. Sin embargo, muchos de esos organismos, como las medusas, los calamares y los pulpos, tienen cuerpo blando y son difíciles de capturar con las herramientas submarinas existentes, que con demasiada frecuencia las dañan o las destruyen.
El nuevo dispositivo desarrollado por investigadores del Instituto Wyss de la Universidad de Harvard atrapa con seguridad criaturas marinas delicadas dentro de un recinto poliédrico plegable y las deja ir sin causarles daños utilizando un nuevo diseño inspirado en origami.
"Nos acercamos a estos animales como si fueran obras de arte : ¿podríamos cortar piezas de la 'Mona Lisa' para estudiarla? No, usaríamos las herramientas más innovadoras disponibles. Estos organismos de aguas profundas, algunos de miles de años de edad, merecen ser tratados con una dulzura similar cuando interactuamos con ellos", dijo el autor colaborador David Gruber.
El dispositivo consta de cinco "pétalos" de polímero impresos en 3-D idénticos unidos a una serie de juntas giratorias que se unen entre sí para formar un andamio. Cuando un solo motor aplica torque al punto donde los pétalos se encuentran, hace que toda la estructura gire alrededor de sus articulaciones y se pliegue en un dodecaedro hueco (como una caja de 12 lados, casi redonda), lo que le da el nombre de Rotary Actuated Dodecahedron (RAD). El plegado está completamente dirigido por el diseño de las articulaciones y la forma de los pétalos mismos; no se requiere ninguna otra entrada.
El equipo probó con éxito el dispositivo en un acuarium al capturar una medusa lunar bajo el agua. Después de hacer modificaciones en la muestra para que pudiera soportar las condiciones de mar abierto, montaron el RAD en un vehículo operado por control remoto (ROV) provisto por el Monterey Bay Aquarium y lo probaron a profundidades de 500-700 metros (1,600-2,300 pies) usando el brazo manipulador del ROV y el joystick controlado por humanos para operar la muestra. El equipo pudo capturar organismos blandos como el calamar y las medusas en sus hábitats naturales y liberarlos sin causarles daños.
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