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Suiza tiene en sus montañas alpinas más de 1 mil 400 glaciares , que son esenciales para el ciclo hidrológico europeo, pero a finales de siglo podrían quedar reducidos a solo once o incluso desaparecer todos, según un estudio de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) .
Aunque el mundo redujera hoy mismo sus emisiones de dióxido de carbono (principal gas causante del cambio climático) los glaciares suizos podrían quedar reducidos a apenas medio centenar, indica el informe, que prevé distintos modelos de evolución de estas estratégicas reservas de agua helada.
Suiza, que cuenta con el mayor glaciar de los Alpes, el de Aletsch (en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) ha visto cómo la extensión de sus glaciares se reducía año tras año desde 2001, último en el que se registró un avance de estos hielos.
En los diez años transcurridos desde 2008 hasta 2018 los glaciares perdieron como promedio entre 30 y 40 metros de longitud y un 10% de su volumen, señaló un reportaje de la televisión suiza RTS a la luz de los datos de la EPFL.
Sólo entre 2017 y 2018 los glaciares del país centroeuropeo perdieron 1,4 kilómetros cúbicos de agua, el equivalente a más de medio millón de piscinas olímpicas.
Las cifras podrían empeorar este año, en el que Suiza, como otros países de Europa Occidental, vivió temperaturas extremas en julio , que, según los datos del programa europeo Copérnico, fue el más caluroso de la historia desde que se tiene registros.
Los veranos cada vez más calurosos son los que "están matando a los glaciares", destacó la RTS, para explicar que en épocas estivales estas masas heladas carecen de la capa de nieve protectora, y la luz solar funde el hielo con mayor rapidez que la nieve (esta, con su color blanco, refleja parte de la luz solar).
Es por ello que en la región de San Moritz (este de Suiza) , famosa por sus lujosos complejos de esquí, un grupo de expertos en glaciares intentan salvar al Morteratsch, cubriéndolo parcialmente con nieve artificial, en un proyecto que comenzará oficialmente el próximo 19 de agosto.
El glaciar, todo un símbolo del local valle de Engadina y componente de la cuenca del Danubio, ha retrocedido 2,5 kilómetros en 150 años.
Otros glaciares de la zona más pequeños son cubiertos con lonas en los meses más calurosos, como el cercano Diavolezza, que gracias a esta medida ha ganado unos 15 metros de espesor en los últimos siete años, aunque es más difícil actuar de esta forma con aquellas masas de mayor tamaño.
El próximo 24 de septiembre el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU (IPCC) presentará en Mónaco su informe sobre los efectos del calentamiento global en los océanos y la criosfera (zonas heladas del planeta), en el que también se espera una predicción pesimista sobre el futuro de los glaciares.
El informe es el tercero que con carácter especial elabora el IPCC tras el Acuerdo de París de 2016 , después de haber presentado uno en el que pedía mantener el calentamiento global por debajo de un grado y medio y un segundo en el que recomendaba cambios en el uso del suelo y en la dieta para ayudar en este objetivo.
Otro informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), con sede en Suiza y asesora de Naciones Unidas en temas medioambientales, advirtió en abril de que casi la mitad de los glaciares del Patrimonio Mundial podrían desaparecer si se mantiene el actual nivel de emisiones.
UICN predecía que hasta 21 de los 46 glaciares en esa lista de la UNESCO habrán desaparecido en 2100 , e incluso en un escenario optimista, en el que las emisiones desciendan significativamente podrían fundirse completamente ocho de ellos.
Entre las reservas del Patrimonio Mundial que corren peligro se encuentran el Parque Nacional de Monte Perdido, en los Pirineos (España y Francia); el Parque de Los Glaciares en Argentina y otros populares destinos naturales en los Alpes, las Montañas Rocosas o el Himalaya.
Los glaciares cubren aproximadamente un 10 % de la corteza terrestre (en tiempos geológicos recientes la extensión llegó a ser del 30 %) y acumulan más del 60 % del agua dulce de la Tierra. EFE