Hoy pero hace 58 años, en 1964, fue asesinada en las inmediaciones de su hogar, en el condado de Queens, en Nueva York. La mujer de 28 años fue apuñalada la madrugada del 13 de marzo de 1964, por Winston Moseley, quien la atacó dos veces por la espalda antes de escabullirse, tras la reacción de uno de los vecinos que presenciaba el crimen desde el alfeizar de una de sus ventanas. Sin embargo, el perpetrador volvió minutos más tarde, mientras la víctima escapaba malherida. Genovese perdió la vida luego de media hora de vejaciones, incluida una violación. La tragedia le dio la vuelta de mundo, ya no sólo por la atrocidad que conllevaba, sino porque más de una treintena de personas presenciaron lo ocurrido y ninguna de ellas intervino, a raíz de estos hechos la estudio ampliamente el fenómeno, que más tarde denominó como el .

Síndrome del Espectador: Cuando la antipatía por el asesinato de una mujer fue estudiada por la psicología
Síndrome del Espectador: Cuando la antipatía por el asesinato de una mujer fue estudiada por la psicología

Foto: Especial 

“38 personas que vieron un asesinato y no llamaron a la policía”, recitaba uno de los encabezados del "New York Times", escrita por Martin Gansberg, dos semanas de lo sucedido. En el que el periodista plasmaba la insensibilidad social que comenzaba a producirse, luego de recabar el testimonio de uno de los vecinos que presenció el asesinato, pero prefirió no llamar a la policía para no verse involucrado. A su vez, "Harlan Ellison's Watching", un libro publicado en 1988, expone que un hombre optó por encender la radio para insonorizar los gritos de Genovese que se filtraban hasta dentro de su casa. De ahí deriva el término psicológico, el Síndrome del Espectador.

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¿Qué es el Sídrome del Espectador?

Los especialistas han desentrañado que entre más personas presencien una situación de emergencia es menos probable que ayuden a una persona que esté en riesgo. A diferencia de lo que ocurre cuando hay menos observadores presentes, en los que nace la necesidad de intervenir y asistir a quien peligra. De acuerdo con la psicología, formar parte de una gran multitud produce un sentido natural de inacción, por la que ninguna persona asume la responsabilidad de impedir la perpetración de una injusticia.

Bibb Latané y John Darley teorizaron el "efecto espectador", concluyendo que el tiempo que una o un espectador tarda en alertar sobre una eventualidad depende del número de personas que lo rodea. Estos resultados fueron probados en un estudio clásico en el que colocaron a un sujeto en tres condiciones distintas; solo en una habitación, con dos personas más, y con múltiples acompañantes. Tras comenzar el experimento, los investigadores llenaron el cuarto de humo como si de un incendio se tratara.

La respuesta de los participantes varió en cada uno de los escenarios; cuando los participantes estaban solos, el 75 % informó sobre el humo, se alertó en un 38% en el cuarto con dos personas, y en el grupo final, pese a que se percataron de la presencia de humo, optaron por ignorarlo.

La explicación de esta reacción es vinculada con la idea que, ante la presencia de un numeroso grupo de personas, cada una de ellas asume que las otras intervendrá y optan por no ser quien lo haga, pues se considera que se trata de una responsabilidad compartida, que de haber la posibilidad de no tomarla, se espera a que otra persona la tome, ya que la obligación moral de ayudar no cae en una sola persona- Pero hay otro factor que genera esta reacción, que tiene que ver con las convencionalidades sociales y la búsqueda de aceptación. Cuando otras y otros observadores no reaccionan, es interpretada como una señal que no se necesita intervenir o que hacerlo no es adecuado.

Además, Latané y Darley vislumbraron que es más factible que una o un espectador opte por no intervenir cuando la situación se torna ambigua, por ejemplo, en el caso de Kitty Genovese, las y los testigos informaron que creían presenciar una "pelea de amantes" y no se dieron cuenta de que en realidad la joven era atacada. Cuando una eventualidad carece de claridad, las personas alrededor se mantiene preguntándose qué es lo que ocurre realmente, tiempo en el que podrían evitar una tragedia y, en cambio, voltean a su en torno y adoptan la reacción y el comportamiento que la mayoría, pese a que tengan la intención de ayudar, esta se inhibe. De la misma manera que, aquellas personas que aunque no reaccionaron de forma activa, muestren signos de nerviosismo y preocupación por la víctima.

¿Cómo combatir el Síndrome del Espectador?

La psicología asegura que el simple hecho de concientizar con respecto a qué desencadena esta tendencia, las personas tienen la posibilidad de romper con esta cadena cuando se encuentran en una situación inesperada y que implica un riesgo para una persona, al intervenir, sin que participar se convierta también en un peligro para la o el intervencionista.

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Para combatir los efectos del Síndrome del Espectador, Latané y Darley formularon el "Modelo de decisión de ayudar", en 1970, dividido en cinco etapas:

El espectador debe notar que algo anda mal.

El espectador debe definir esa situación como una emergencia.

El espectador debe evaluar qué tan personalmente responsable se siente.

El espectador debe decidir cuál es la mejor manera de ofrecer ayuda.

El espectador debe actuar sobre esa decisión.

melc

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